Columna de Eduardo Morón en El Comercio, Febrero 8, 2007
Disculpen el título bonaerense pero captura lo que quiero decir. En las últimas semanas se han dado dos cambios muy interesantes en cuanto a la información de los clientes bancarios y de los propios bancos. La SBS anunció con bombos y platillos la publicación de los costos efectivos de los créditos bancarios. Lo central del anuncio es que hay una diferencia grande entre la información que maneja y entiende el cliente promedio que solicita un crédito a un banco y la que maneja y entiende el banquero sentado al otro lado de la mesa. Cualquiera de nosotros está acostumbrado a que las cosas que compra o los servicios que solicita tengan un único precio. Eso facilita comparar si el terno está más barato aquí o allá o si estoy dispuesto a pagar 30 por ciento más por tratarse de esa marca en lugar de la otra.
Pero cuando se trata de pedir un crédito “el precio” es mucho más que la tasa de interés que nos ponen en letras grandazas en la publicidad a colores que nos atrajo en un primer momento. Quien haya hecho el trámite sabrá algo. Pero quien alguna vez pagó un crédito sabrá que de pronto aparecen una serie de conceptos que cambian lo que -en realidad- nos termina costando un crédito. Por ejemplo, habrán portes, seguro de desgravamen, comisiones, etc. Al final uno puede creer que el préstamo sólo costaba 10 por ciento pero en realidad estás pagando digamos 12 por ciento.
La SBS ha hecho un esfuerzo interesante por tratar de poner en marcha el mecanismo de mercado que se llama arbitraje. En palabras simples: compara y cámbiate. Para ello ha tomado dos tasas la mínima y la máxima por cada banco y ha calculado el costo efectivo de ese crédito. Fuera de la crítica que su página web es cualquier cosa menos amigable para el usuario, creo que la SBS podría hacer mucho más si es que pone en su web un “calculador de costos efectivos” y le dice a los usuarios sobre qué información debe pedir para poder comparar. Creo que esto podría ser un mecanismo más eficaz para hacer que el mercado funcione. Imagínese la cara del sectorista del banco cuando el cliente regrese con la simulación impresa con el logo de la SBS mostrando que la alternativa que le ofrecieron como más barata le sale más cara. Ahí se rompe el problema de información incompleta que había en un inicio.
Con lo que actualmente tiene la SBS en su portal los bancos siempre podrán decir que eso está hecho para un cliente promedio y que curiosamente usted no es igual sino peor. ¿Qué puede hacer usted? Otra vez está sujeto a un problema de información incompleta. Si la SBS no modifica el mecanismo dudo mucho que se consiga que bajen las tasas. ¿Se ha preguntado usted que tan caro es vender su deuda a otro banco? ¿Sabe cómo hacerlo? Otra tarea pendiente para la SBS.
El segundo tema es el anuncio hecho por ASBANC comprometiéndose a darle “dientes” a la ley que permite poner en un registro público a todos aquellos deudores alimentarios morosos. ASBANC anunció que la banca no otorgará créditos a estas personas. Eso resuelve el tema del flujo de nuevos créditos pero no así el stock de créditos ya otorgados a personas que eventualmente aparecerán en estos registros. Será interesante saber que planes tienen los bancos con respecto a los que vayan apareciendo en la lista. En la medida que ese registro sea público la ley impulsada por la congresista Sasieta representará un mecanismo eficaz para incentivar a que las personas cumplan con las obligaciones financieras que tienen con sus hijos. Así que si usted es de los que no paga, ¡báncate esa información!
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