Columna de Carlos Adrianzen en Peru 21
Cumplido el primer año de la segunda administración de Alan García Pérez, llegó implacable la hora del primer balance. Quebrando lo usual, no pretenderemos aburrirlo con cifras o gráficos. Solo reflejarían la amalgama de la inercia toledista y los primeros frutos apristas. Nos interesa señalar lo bueno, lo malo y lo feo de las líneas de acción que se han trabajado.
Encontramos que a García no le va tan mal. De mantenerse y perfeccionarse en el tiempo lo bueno, un balance preliminar se dibuja favorable (asumiendo, claro está, que los errores no se profundizarán o que el Congreso no caerá en manos bolivarianas). Y es que los efectos de respetar la estabilidad macro, defender legalmente el orden público, y buscar una mayor apertura comercial y la modernización de la educación pública, pueden cambiar lentamente el panorama económico del país. El Perú se ha visto beneficiado por el ATPDEA y por los precios internacionales en los seis últimos años, pero su clima como destino de inversiones persiste como uno de espanto. Varios TLC cerrados reducirían el alto riesgo de expropiación que aún deprime la inversión y crecimiento.
Lo Bueno
Afán por respetar la ley (manejo de la crisis de Santa Anita, por ejemplo).
Actitud a favor del TLC (a veces sí, a veces no).
Cambio en la política educativa (desmontar el control sutepista y mejorar la carrera magisterial).
Acciones parciales por reforma del Estado (Ley de Silencio Administrativo Positivo, fusión de instituciones redundantes, etc.).
Avances parciales del shock de inversiones (recomponer el gasto burocrático hacia la inversión en servicios públicos y de infraestructura).
Respeto a la institucionalidad en ciertas áreas (directorios del BCR, del Indecopi, etc.).
Lo MALO
Ahorro involuntario (aún inflan un gasto sin reformas, ahorran por error).
Resurgimiento de las empresas públicas (Banco de la Nación, Petroperú, Agrobanco, etc.).
Inercia fiscal y monetaria (estructura tributaria poco lúcida y dólar distorsionado).
Gerencia lenta y temerosa en las concesiones.
Regulación débil y prácticas incipientes de control de precios.
Lo feo
Política laboral (diagnóstico errado: acabar con la tercerización y con los puestos que genera, más la Ley General que tal vez se promulgue).
Política remunerativa (los elevadísimos costos de contar con burócratas baratos).
Falta de brújula (el crecimiento de las economías mixtas es históricamente rezagado).
Síndrome de la piñata (viejo síndrome heredado de la pusilanimidad de la administración toledista).
Pero abundan las causas fundadas de preocupación. Las políticas que configuran los lados malo y feo de la gestión están vivitas y coleando. Su facilidad o carácter popular, así como ignorar los enormes costos que implican, constituye su mayor fortaleza. Por todo esto, el mayor reto de García Pérez -y el de quienes lo acompañan- implica desmontarlas antes de que descarrilen un primer año modestamente auspicioso.
lunes, 30 de julio de 2007
domingo, 29 de julio de 2007
Sin susto
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Tengo que reconocer que no escucho con simpatía los mensajes a la Nación. Se utilizan para justificar por qué no se hicieron determinadas políticas o para dar grandes anuncios populistas que luego no se pueden cumplir o ponen en riesgo la estabilidad económica o la democracia. Sin embargo, si comparamos el discurso de ayer con el de hace diez o veinte años, podemos decir que hemos progresado. No vemos un riesgo de fractura de la democracia como hace una década. Hoy se privilegia la estabilidad económica y la inversión privada y no la intervención del Estado en la economía, como en 1987. El discurso del presidente García planteó adecuadamente las grandes metas para el año 2011: Niveles de pobreza reduciéndose a 30%, un PBI de US$140,000 millones, finanzas públicas ordenadas y también un país menos desigual. Para lograr estas metas, debemos hacer grandes reformas de segunda generación que creen las bases de una verdadera institucionalidad.
Tengo que reconocer que no escucho con simpatía los mensajes a la Nación. Se utilizan para justificar por qué no se hicieron determinadas políticas o para dar grandes anuncios populistas que luego no se pueden cumplir o ponen en riesgo la estabilidad económica o la democracia. Sin embargo, si comparamos el discurso de ayer con el de hace diez o veinte años, podemos decir que hemos progresado. No vemos un riesgo de fractura de la democracia como hace una década. Hoy se privilegia la estabilidad económica y la inversión privada y no la intervención del Estado en la economía, como en 1987. El discurso del presidente García planteó adecuadamente las grandes metas para el año 2011: Niveles de pobreza reduciéndose a 30%, un PBI de US$140,000 millones, finanzas públicas ordenadas y también un país menos desigual. Para lograr estas metas, debemos hacer grandes reformas de segunda generación que creen las bases de una verdadera institucionalidad.
jueves, 26 de julio de 2007
Mi discurso para el 28
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Algunos no lo saben pero uno de mis trabajos anteriores fue hacerle los discursos al Ing. Jorge Camet cuando el ocupó el cargo de Ministro de Economía. Así que en plan de recordar viejos encargos le voy a sugerir algunas ideas al Presidente García para este sábado. Luego del queridos compatriotas yo seguiría así.
No he venido aquí a decirles que las cosas que están caminando bien y que tengan paciencia. Hoy he venido a convocarlos a todos los que me escuchan a ayudar a que las cosas se hagan mejor por el bien de todos nosotros, los peruanos. Estoy convencido que el Perú que dejemos el 2011 puede ser un Perú muy distinto al que hoy tenemos donde aún miramos más hacia atrás para ver lo que pudimos ser. Donde miramos a los costados no para pedir ayuda sino para buscar responsables de lo que no salió como queríamos. Y donde se hace tan difícil mirar hacia delante con convicción de que el porvenir está en nuestras manos, en nuestro esfuerzo individual y de conjunto. Hoy he venido a pedir su ayuda.
Hace unos días el INEI mostró cual debería ser nuestra principal preocupación. Las cifras de pobreza revelan que si bien el crecimiento de los últimos años ha permitido reducir la pobreza en algunos puntos porcentuales, dicho crecimiento ha sido absolutamente ineficaz para reducir la pobreza en las zonas más pobres del país. Luego de este auge económico en 14 de las 24 regiones del país la pobreza supera el 50 por ciento. Esto es intolerable. No podemos pretender construir un Perú distinto sin modificar radicalmente esta situación. Desde aquí llamo a los Presidentes regionales a colaborar en esta cruzada, el país, sus regiones no necesitan alzar piedras y palos para resolver estos problemas. La solución está en aquello que si ha funcionado en las otras áreas del país donde la inversión privada se ha podido desarrollar para dar empleo formal y en donde la presencia del Estado si ayuda. En esas zonas el Estado ha construido o ha dejado construir a los privados las carreteras que acercan los mercados, que posibilitan los negocios, que integran.
Estas cifras nos llevan a cuestionar lo que el Estado ha venido haciendo en materia de programas sociales. Desde hace algunos años atrás el Perú viene gastando cifras récord en las políticas sociales y estas no han dado los frutos que uno esperaría. Hoy la mayoría de nuestros niños de escuelas públicas no son competitivos. No pueden enfrentar con éxito el mercado de trabajo que hoy es mucho más exigente. El gobierno está firmemente convencido que se necesita revolucionar la educación pública. Para ello hemos aprobado una nueva ley de carrera pública magisterial que permitirá que los profesores sientan que su esfuerzo es recompensado. Que el Estado premia a quienes si ponen de su parte para reconstruir la escuela pública en el país. Entiendo que hay muchos que tienen temor a estos cambios y eso es normal. Pero insisto en mirar hacia delante y pensar en que sí se puede transformar la educación pública.
Desde aquí hago un llamado urgente a todas las bancadas, a todos los empresarios chicos y grandes, a apostar por la transformación del país en uno más justo, más solidario, y sobre todo donde la pobreza se reduzca creando oportunidades, alentando el progreso que se traduce en mayor desarrollo. El país reclama que no ahorremos esfuerzos en construir esas alianzas que permitan que todos nos sintamos orgullosos de ser peruanos. Pongamos lo mejor de nosotros por construir nuestro país. ¡Viva el Perú!
Algunos no lo saben pero uno de mis trabajos anteriores fue hacerle los discursos al Ing. Jorge Camet cuando el ocupó el cargo de Ministro de Economía. Así que en plan de recordar viejos encargos le voy a sugerir algunas ideas al Presidente García para este sábado. Luego del queridos compatriotas yo seguiría así.
No he venido aquí a decirles que las cosas que están caminando bien y que tengan paciencia. Hoy he venido a convocarlos a todos los que me escuchan a ayudar a que las cosas se hagan mejor por el bien de todos nosotros, los peruanos. Estoy convencido que el Perú que dejemos el 2011 puede ser un Perú muy distinto al que hoy tenemos donde aún miramos más hacia atrás para ver lo que pudimos ser. Donde miramos a los costados no para pedir ayuda sino para buscar responsables de lo que no salió como queríamos. Y donde se hace tan difícil mirar hacia delante con convicción de que el porvenir está en nuestras manos, en nuestro esfuerzo individual y de conjunto. Hoy he venido a pedir su ayuda.
Hace unos días el INEI mostró cual debería ser nuestra principal preocupación. Las cifras de pobreza revelan que si bien el crecimiento de los últimos años ha permitido reducir la pobreza en algunos puntos porcentuales, dicho crecimiento ha sido absolutamente ineficaz para reducir la pobreza en las zonas más pobres del país. Luego de este auge económico en 14 de las 24 regiones del país la pobreza supera el 50 por ciento. Esto es intolerable. No podemos pretender construir un Perú distinto sin modificar radicalmente esta situación. Desde aquí llamo a los Presidentes regionales a colaborar en esta cruzada, el país, sus regiones no necesitan alzar piedras y palos para resolver estos problemas. La solución está en aquello que si ha funcionado en las otras áreas del país donde la inversión privada se ha podido desarrollar para dar empleo formal y en donde la presencia del Estado si ayuda. En esas zonas el Estado ha construido o ha dejado construir a los privados las carreteras que acercan los mercados, que posibilitan los negocios, que integran.
Estas cifras nos llevan a cuestionar lo que el Estado ha venido haciendo en materia de programas sociales. Desde hace algunos años atrás el Perú viene gastando cifras récord en las políticas sociales y estas no han dado los frutos que uno esperaría. Hoy la mayoría de nuestros niños de escuelas públicas no son competitivos. No pueden enfrentar con éxito el mercado de trabajo que hoy es mucho más exigente. El gobierno está firmemente convencido que se necesita revolucionar la educación pública. Para ello hemos aprobado una nueva ley de carrera pública magisterial que permitirá que los profesores sientan que su esfuerzo es recompensado. Que el Estado premia a quienes si ponen de su parte para reconstruir la escuela pública en el país. Entiendo que hay muchos que tienen temor a estos cambios y eso es normal. Pero insisto en mirar hacia delante y pensar en que sí se puede transformar la educación pública.
Desde aquí hago un llamado urgente a todas las bancadas, a todos los empresarios chicos y grandes, a apostar por la transformación del país en uno más justo, más solidario, y sobre todo donde la pobreza se reduzca creando oportunidades, alentando el progreso que se traduce en mayor desarrollo. El país reclama que no ahorremos esfuerzos en construir esas alianzas que permitan que todos nos sintamos orgullosos de ser peruanos. Pongamos lo mejor de nosotros por construir nuestro país. ¡Viva el Perú!
miércoles, 25 de julio de 2007
La zorra, las uvas y el TLC
Columna de Carlos Adrianzen en Peru 21
Sería tacaño no reconocer la eficacia de la coalición opositora al TLC, ese sugestivo amarre de mercantilistas, izquierdistas antigringos, asalariados bolivarianos, virreyes sindicales y despistados. En estos años han pujado de todo. Han mentido, han contrabandeado sus lemas en toda protesta popular, han tratado de boicotear la negociación, han tratado de incluirse como negociadores. en fin, de todo. Cuando parecía que el país ganaba, cuando casi todos pensaban que -con redundantes adendas laborales y medioambientales- se introduciría finalmente el TLC peruano a la votación congresal norteamericana, la confabulación de ciertos peruanos y extranjeros (conocidos sindicalistas, políticos, ambientalistas y otros ayayeros), más los dólares bolivarianos, habría dado sus frutos. Un puñado de populistas del partido demócrata exige hoy nuevas leyes absurdas. No faltarán los vivazos que repetirán que las uvas están verdes. Que no necesitamos realmente un TLC.
Sería tacaño no reconocer la eficacia de la coalición opositora al TLC, ese sugestivo amarre de mercantilistas, izquierdistas antigringos, asalariados bolivarianos, virreyes sindicales y despistados. En estos años han pujado de todo. Han mentido, han contrabandeado sus lemas en toda protesta popular, han tratado de boicotear la negociación, han tratado de incluirse como negociadores. en fin, de todo. Cuando parecía que el país ganaba, cuando casi todos pensaban que -con redundantes adendas laborales y medioambientales- se introduciría finalmente el TLC peruano a la votación congresal norteamericana, la confabulación de ciertos peruanos y extranjeros (conocidos sindicalistas, políticos, ambientalistas y otros ayayeros), más los dólares bolivarianos, habría dado sus frutos. Un puñado de populistas del partido demócrata exige hoy nuevas leyes absurdas. No faltarán los vivazos que repetirán que las uvas están verdes. Que no necesitamos realmente un TLC.
domingo, 22 de julio de 2007
Desarrollo sostenible
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Las últimas cifras del INEI sobre pobreza vuelven a darnos una señal de alerta sobre cómo y dónde se deben focalizar las políticas públicas. Por un lado, la reducción de la pobreza entre 2004 y 2006 de 48.6% a 44.5% nos da señales claras de que la estabilidad macroeconómica, el manejo prudente de las finanzas públicas y el fomento de la inversión privada sí dan resultados en cuanto a generar mayor empleo y mejorar el bienestar. Sin embargo, por otro lado vemos que este crecimiento no está llegando a todos por igual. El área rural sigue desconectada del crecimiento y no hemos sido capaces de articular programas sociales y económicos que vinculen a todos los peruanos y reduzcan la pobreza en esta zona. Es importante que se aceleren y mejoren los programas sociales con una adecuada focalización. También que los gobiernos regionales y locales gasten mejor e inviertan aceleradamente en infraestructura básica para las zonas más pobres. Finalmente, y no menos importante, es que las empresas privadas inviertan y focalicen mejor sus programas de responsabilidad social a favor de las comunidades donde operan. Las empresas deben pensar en el desarrollo sostenible de sus negocios, lo que implica que las comunidades crezcan junto con ellas.
Las últimas cifras del INEI sobre pobreza vuelven a darnos una señal de alerta sobre cómo y dónde se deben focalizar las políticas públicas. Por un lado, la reducción de la pobreza entre 2004 y 2006 de 48.6% a 44.5% nos da señales claras de que la estabilidad macroeconómica, el manejo prudente de las finanzas públicas y el fomento de la inversión privada sí dan resultados en cuanto a generar mayor empleo y mejorar el bienestar. Sin embargo, por otro lado vemos que este crecimiento no está llegando a todos por igual. El área rural sigue desconectada del crecimiento y no hemos sido capaces de articular programas sociales y económicos que vinculen a todos los peruanos y reduzcan la pobreza en esta zona. Es importante que se aceleren y mejoren los programas sociales con una adecuada focalización. También que los gobiernos regionales y locales gasten mejor e inviertan aceleradamente en infraestructura básica para las zonas más pobres. Finalmente, y no menos importante, es que las empresas privadas inviertan y focalicen mejor sus programas de responsabilidad social a favor de las comunidades donde operan. Las empresas deben pensar en el desarrollo sostenible de sus negocios, lo que implica que las comunidades crezcan junto con ellas.
sábado, 21 de julio de 2007
La reduccion de la pobreza
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
No sorprende que la pobreza se haya reducido de 49% a 45% en los últimos dos años, pues la economía viene creciendo consistentemente desde el 2001. Tampoco debe llamar la atención que la reducción se haya producido en la costa (de 35% a 29%) y en las zonas urbanas en general (37% a 31%), porque son áreas mucho más articuladas a los mercados, con mejor infraestructura, servicios y nivel educativo. Similarmente, no debería extrañar que la pobreza en las zonas rurales permanezca en niveles intolerables (69%) para un país que pretende tener grado de inversión. Esas zonas no están integradas a los mercados, no tienen vías de comunicación y la educación y los servicios de salud son paupérrimos. El Estado no existe en el Perú rural. El gasto social debe focalizarse en esta parte del país y el Gobierno debe poner en marcha una estrategia de desarrollo rural. Ambas tareas requieren de una gestión pública eficaz. ¿Es consciente de ello el actual gobierno?
No sorprende que la pobreza se haya reducido de 49% a 45% en los últimos dos años, pues la economía viene creciendo consistentemente desde el 2001. Tampoco debe llamar la atención que la reducción se haya producido en la costa (de 35% a 29%) y en las zonas urbanas en general (37% a 31%), porque son áreas mucho más articuladas a los mercados, con mejor infraestructura, servicios y nivel educativo. Similarmente, no debería extrañar que la pobreza en las zonas rurales permanezca en niveles intolerables (69%) para un país que pretende tener grado de inversión. Esas zonas no están integradas a los mercados, no tienen vías de comunicación y la educación y los servicios de salud son paupérrimos. El Estado no existe en el Perú rural. El gasto social debe focalizarse en esta parte del país y el Gobierno debe poner en marcha una estrategia de desarrollo rural. Ambas tareas requieren de una gestión pública eficaz. ¿Es consciente de ello el actual gobierno?
jueves, 19 de julio de 2007
Fallas de comunicación
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Los que saben dicen que las fallas de comunicación arruinan empresas, terminan matrimonios y descarrilan la vida de nuestros hijos. Resulta poco sorprendente que el gobierno ahora diga frente a la semana de protestas por todo el país que lo que ha hecho falta es comunicar los logros del gobierno. Al Presidente lo recibieron de muy mala forma en Puno y creo que eso puso el punto final a su gira por el sur andino. Las giras se han sustituido por spots en radio y TV donde se trata de decir lo que nadie quiere oír.
Lo cierto es que cualquiera que sea jefe sabe perfectamente que no hay excusa más fácil que señalar que la raíz de los problemas está en que la gente no ha recibido la información correcta. Obviamente, estos problemas no son nuestros problemas. Los culpables serán nuestra oficina de prensa, el jefe de comunicaciones, o porqué no, la prensa en sí misma que no coopera, o inclusive los propios trabajadores que de repente tienen una actitud hostil o poco comprometida con la empresa. De esa manera, zafamos cuerpo de los problemas y alguien más se merece una llamada de atención.
Desde el punto de vista macroeconómico, el gobierno pretende señalar que las protestas se originan por una falla en la comunicación de los logros del gobierno. Una gran mayoría de gente con justa razón está harta que se le refriegue que el Perú viene creciendo más de 70 meses seguidos y que el PBI per capita aumentó más de 30 por ciento en los últimos seis años. Y le molesta porque ve a su alrededor y nada de eso pasó con su familia. El colegio al que van sus hijos sigue estando igual de ruinoso, su hija mayor tuvo que emigrar pues no hay quien le de un trabajo en la zona, y de la presencia de los políticos no queda más rastro que unos polos raídos que algunos utilizan como trapos.
La tarea del gobierno es compleja pues los datos muestran que reducir la pobreza significativamente requiere persistir en un camino de prudencia macroeconómica pero también requiere salir del actual modelo de políticas sociales. Estas han demostrado su enorme ineficiencia en sacar de la pobreza a ese 50 por ciento de peruanos para el cual el crecimiento no ha sido suficiente. Claro que hay dentro de este grupo algunos que han podido salir de la pobreza pues hoy tienen un mejor empleo que el que tenían aunque siga siendo informal.
El gobierno ha aceptado –resignado- que el TLC con Estados Unidos vendrá en la primavera porque los legisladores gringos están más interesados en pelearse entre ellos que resolver los temas. Sin embargo, los avances en la agenda del TLC interno son mucho más complejos. La infraestructura pública no mejora a la velocidad necesaria aunque en el camino, la reforma laboral se tuvo que postergar para que no se arme más lío, la mejora de la educación pública se empezará a sentir en muchos años más si es que nadie perfora la ley aprobada y los involucrados se comprometen con la reforma, y sigo sin entender porqué tiraron al tacho el programa de carreteras costa-sierra que era la estrategia más obvia de integración.
Se necesita no perder la brújula y caminar por donde sabemos se tendrá frutos en el tiempo, ojalá que los presidentes regionales quieran convocar a sus poblaciones a sumarse a este esfuerzo. Pretender tener logros que mostrar en el corto plazo es querer que las gallinas produzcan huevos en la mitad del tiempo. No hay marcha que logre eso.
Los que saben dicen que las fallas de comunicación arruinan empresas, terminan matrimonios y descarrilan la vida de nuestros hijos. Resulta poco sorprendente que el gobierno ahora diga frente a la semana de protestas por todo el país que lo que ha hecho falta es comunicar los logros del gobierno. Al Presidente lo recibieron de muy mala forma en Puno y creo que eso puso el punto final a su gira por el sur andino. Las giras se han sustituido por spots en radio y TV donde se trata de decir lo que nadie quiere oír.
Lo cierto es que cualquiera que sea jefe sabe perfectamente que no hay excusa más fácil que señalar que la raíz de los problemas está en que la gente no ha recibido la información correcta. Obviamente, estos problemas no son nuestros problemas. Los culpables serán nuestra oficina de prensa, el jefe de comunicaciones, o porqué no, la prensa en sí misma que no coopera, o inclusive los propios trabajadores que de repente tienen una actitud hostil o poco comprometida con la empresa. De esa manera, zafamos cuerpo de los problemas y alguien más se merece una llamada de atención.
Desde el punto de vista macroeconómico, el gobierno pretende señalar que las protestas se originan por una falla en la comunicación de los logros del gobierno. Una gran mayoría de gente con justa razón está harta que se le refriegue que el Perú viene creciendo más de 70 meses seguidos y que el PBI per capita aumentó más de 30 por ciento en los últimos seis años. Y le molesta porque ve a su alrededor y nada de eso pasó con su familia. El colegio al que van sus hijos sigue estando igual de ruinoso, su hija mayor tuvo que emigrar pues no hay quien le de un trabajo en la zona, y de la presencia de los políticos no queda más rastro que unos polos raídos que algunos utilizan como trapos.
La tarea del gobierno es compleja pues los datos muestran que reducir la pobreza significativamente requiere persistir en un camino de prudencia macroeconómica pero también requiere salir del actual modelo de políticas sociales. Estas han demostrado su enorme ineficiencia en sacar de la pobreza a ese 50 por ciento de peruanos para el cual el crecimiento no ha sido suficiente. Claro que hay dentro de este grupo algunos que han podido salir de la pobreza pues hoy tienen un mejor empleo que el que tenían aunque siga siendo informal.
El gobierno ha aceptado –resignado- que el TLC con Estados Unidos vendrá en la primavera porque los legisladores gringos están más interesados en pelearse entre ellos que resolver los temas. Sin embargo, los avances en la agenda del TLC interno son mucho más complejos. La infraestructura pública no mejora a la velocidad necesaria aunque en el camino, la reforma laboral se tuvo que postergar para que no se arme más lío, la mejora de la educación pública se empezará a sentir en muchos años más si es que nadie perfora la ley aprobada y los involucrados se comprometen con la reforma, y sigo sin entender porqué tiraron al tacho el programa de carreteras costa-sierra que era la estrategia más obvia de integración.
Se necesita no perder la brújula y caminar por donde sabemos se tendrá frutos en el tiempo, ojalá que los presidentes regionales quieran convocar a sus poblaciones a sumarse a este esfuerzo. Pretender tener logros que mostrar en el corto plazo es querer que las gallinas produzcan huevos en la mitad del tiempo. No hay marcha que logre eso.
miércoles, 18 de julio de 2007
Obviando lo fundamental
Columna de Carlos Adranzen en Peru 21
Los peruanos, digan lo que digan, tenemos muy desarrolladas ciertas capacidades. Algunas buenas, otras no. Por ejemplo: en las últimas controversias sobre la tercerización laboral tendemos a confundir ilusiones con la realidad. Tengámoslo bien claro: en una economía con gente educada -y alta inversión- se tercerizará o contratará, fuera de la firma, gente altamente empleable y productiva (con salarios decentes y bajo desempleo). En otra con baja inversión y gente pobremente educada, la tercerización implicará salarios de subsistencia y empleabilidades precarias. Este es el fondo de la historia. En el Perú, el problema no es la tercerización ni hipotéticos abusos empresariales. El meollo está en nuestro explosivo mercado de trabajo, absurdamente regulado y repleto de gente no calificada. Un ambiente con productividades y empleabilidades escandalosamente reducidas. Prohibir o regular la tercerización no altera el fondo. Solo destruirá cientos de miles de puestos.
Los peruanos, digan lo que digan, tenemos muy desarrolladas ciertas capacidades. Algunas buenas, otras no. Por ejemplo: en las últimas controversias sobre la tercerización laboral tendemos a confundir ilusiones con la realidad. Tengámoslo bien claro: en una economía con gente educada -y alta inversión- se tercerizará o contratará, fuera de la firma, gente altamente empleable y productiva (con salarios decentes y bajo desempleo). En otra con baja inversión y gente pobremente educada, la tercerización implicará salarios de subsistencia y empleabilidades precarias. Este es el fondo de la historia. En el Perú, el problema no es la tercerización ni hipotéticos abusos empresariales. El meollo está en nuestro explosivo mercado de trabajo, absurdamente regulado y repleto de gente no calificada. Un ambiente con productividades y empleabilidades escandalosamente reducidas. Prohibir o regular la tercerización no altera el fondo. Solo destruirá cientos de miles de puestos.
domingo, 15 de julio de 2007
La raiz del problema
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Hace bien el Gobierno en no dar marcha atrás en la creación de un nuevo sistema de carrera pública magisterial. Las evaluaciones internacionales sobre la calidad de la enseñanza y el pobre nivel promedio del estudiante peruano demuestran la necesidad de cambios en el sistema actual. Las marchas y paralizaciones del Sutep en contra del sistema de evaluación y del pago por meritocracia demuestran, una vez más, que el cambio era necesario y urgente. Un siguiente paso debe ser mejorar -cambiar- el sistema de educación de los maestros: ¿Dónde han estudiado los maestros que hoy no pueden enseñar adecuadamente a sus alumnos? ¿Cómo obtuvieron su título de educadores? Tenemos que seguir hasta encontrar la raíz del problema y seguir haciendo reformas. Debe evaluarse y replantearse la currícula y la carrera de educación en las universidades públicas y los centros pedagógicos. Como lo hemos visto cientos de veces, los países que han logrado desarrollarse en el tiempo lo hicieron sobre la base de una buena educación que generó mejoras en su capital humano.
Hace bien el Gobierno en no dar marcha atrás en la creación de un nuevo sistema de carrera pública magisterial. Las evaluaciones internacionales sobre la calidad de la enseñanza y el pobre nivel promedio del estudiante peruano demuestran la necesidad de cambios en el sistema actual. Las marchas y paralizaciones del Sutep en contra del sistema de evaluación y del pago por meritocracia demuestran, una vez más, que el cambio era necesario y urgente. Un siguiente paso debe ser mejorar -cambiar- el sistema de educación de los maestros: ¿Dónde han estudiado los maestros que hoy no pueden enseñar adecuadamente a sus alumnos? ¿Cómo obtuvieron su título de educadores? Tenemos que seguir hasta encontrar la raíz del problema y seguir haciendo reformas. Debe evaluarse y replantearse la currícula y la carrera de educación en las universidades públicas y los centros pedagógicos. Como lo hemos visto cientos de veces, los países que han logrado desarrollarse en el tiempo lo hicieron sobre la base de una buena educación que generó mejoras en su capital humano.
sábado, 14 de julio de 2007
¿Quien defiende a los pobres?
Columna de Gainfranco Castagnola en Peru 21
En pocas materias existe tanto consenso como en la importancia de la educación para la mejora de la calidad de vida de la población y en lograr la igualdad de oportunidades. Ningún país se ha desarrollado sin mejorar la educación. La desigualdad en el Perú se profundiza cuando solo una minoría accede a buena educación. Para revertir esta situación, es indispensable contar con una Ley de Carrera Pública Magisterial meritocrática que aliente el buen desempeño docente. Que el Sutep se oponga -con injustificable violencia- al proyecto aprobado por el Congreso, que precisamente apunta en esa dirección, refleja las prioridades reivindicativas de sus dirigentes. Pero que líderes de la izquierda antigua y de la nueva (populista-chavista) apoyen esa posición, muestra que estos están más preocupados por colgarse de cualquier conflicto social y no por ayudar a los sectores marginados a salir de la pobreza. Porque atacar la reforma educativa es condenar a los pobres para siempre.
En pocas materias existe tanto consenso como en la importancia de la educación para la mejora de la calidad de vida de la población y en lograr la igualdad de oportunidades. Ningún país se ha desarrollado sin mejorar la educación. La desigualdad en el Perú se profundiza cuando solo una minoría accede a buena educación. Para revertir esta situación, es indispensable contar con una Ley de Carrera Pública Magisterial meritocrática que aliente el buen desempeño docente. Que el Sutep se oponga -con injustificable violencia- al proyecto aprobado por el Congreso, que precisamente apunta en esa dirección, refleja las prioridades reivindicativas de sus dirigentes. Pero que líderes de la izquierda antigua y de la nueva (populista-chavista) apoyen esa posición, muestra que estos están más preocupados por colgarse de cualquier conflicto social y no por ayudar a los sectores marginados a salir de la pobreza. Porque atacar la reforma educativa es condenar a los pobres para siempre.
jueves, 12 de julio de 2007
El Osiptel y el factor X
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Como se reportó ayer en este diario he participado junto con otros especialistas en el equipo que apoyó a Telefónica del Perú a preparar su propuesta de reajuste tarifario para los servicios de telefonía fija. Para la gran mayoría de los mortales el proceso resulta muy complejo y para mi muchas de las cosas también han sido novedad. Déjenme tratar de explicar este asunto desde mi perspectiva. No soy experto en regulación así que no podré utilizar el lenguaje enredado que se utiliza en esa parte de la profesión.
Casi todos sabemos que cuando Telefónica compró la Compañía Peruana de Teléfonos el gobierno vendió un monopolio y por muchos años el servicio de telefonía fija fue atendido exclusivamente por dicha empresa. Esa situación obligó al gobierno a fijar en el contrato de concesión que periódicamente las tarifas se reajustarían. La práctica internacional utiliza un sistema que consiste en trasladarle forzosamente al usuario cualquier mejora en la eficiencia de la empresa. Es decir, si Telefónica genera más productos con menos insumos esa ganancia de productividad debería reflejarse en menores tarifas para los usuarios de dicho servicio. De esta forma, Telefónica comparte sus mayores utilidades con los usuarios.
Nuestra regulación funciona de la siguiente manera. Telefónica propone un valor que debería servir para ajustar sus tarifas (conocido como el factor X). Luego, Osiptel revisa estos cálculos y propone su propio valor. Telefónica a su turno revisa lo propuesto por Osiptel y opina. Luego de una audiencia pública donde se busca recoger más opiniones, Osiptel publica una resolución que podría ser objetada por Telefónica. Ayer fue la audiencia y hasta ahora Telefónica propuso un factor X de 4.13% y Osiptel propuso 8.23%. Mientras uno propone que las tarifas se reduzcan cada año 8 por ciento el otro dice que la sólo la mitad.
Obviamente que uno podría decir que aquí se acabó la discusión. Que lo lógico sería ir por una mayor rebaja de tarifas. Pero no todo es tener un precio bajo. Si no pregúntenle a los argentinos cómo sufren de cortes de electricidad porque el gobierno impuso tarifas irreales que no promueven una mayor inversión en el sector eléctrico. Además, el gobierno debería tener dos objetivos en mente. Por un lado, menores tarifas para todos los actuales usuarios. Pero por otro lado, expandir el acceso al servicio. No todos tienen acceso a servicios de telefonía. Creo que el actual MTC tiene perfectamente claro este tema, ojalá Osiptel esté sintonizado.
Yendo al actual proceso creo que la preocupación central es una vez más la predicitibilidad del marco regulatorio. Si un año Osiptel utiliza una determinada forma de hacer los cálculos y en el siguiente proceso hace algo totalmente distinto sin mayor justificación entonces Osiptel está contribuyendo a aumentar el llamado riesgo regulatorio que no es otra cosa que la probabilidad de arbitrariedad y sorpresas injustificadas en las decisiones del regulador. En este sentido, Osiptel ha hecho dos cosas que yo no hubiera hecho. Una es calcular la productividad total de la economía por un método que nadie en el Perú ha calculado porque no hay datos para hacerlo de manera apropiada. Y la segunda es creer que la variación del Indice de Precios al Consumidor que publica oficialmente el INEI no es el indicador de precios de la economía, cuando ellos mismos lo han utilizado en los dos procesos anteriores. En vez de ello han recurrido al deflactor implícito del PBI que es un número que cambia cada año con cada revisión de las cifras del PBI. ¿Se imaginan que el INEI cada año diga que la inflación no fue la que dijo que antes anunció y publicó en El Peruano? ¿Usted tomaría ese dato para algún contrato?
Como se reportó ayer en este diario he participado junto con otros especialistas en el equipo que apoyó a Telefónica del Perú a preparar su propuesta de reajuste tarifario para los servicios de telefonía fija. Para la gran mayoría de los mortales el proceso resulta muy complejo y para mi muchas de las cosas también han sido novedad. Déjenme tratar de explicar este asunto desde mi perspectiva. No soy experto en regulación así que no podré utilizar el lenguaje enredado que se utiliza en esa parte de la profesión.
Casi todos sabemos que cuando Telefónica compró la Compañía Peruana de Teléfonos el gobierno vendió un monopolio y por muchos años el servicio de telefonía fija fue atendido exclusivamente por dicha empresa. Esa situación obligó al gobierno a fijar en el contrato de concesión que periódicamente las tarifas se reajustarían. La práctica internacional utiliza un sistema que consiste en trasladarle forzosamente al usuario cualquier mejora en la eficiencia de la empresa. Es decir, si Telefónica genera más productos con menos insumos esa ganancia de productividad debería reflejarse en menores tarifas para los usuarios de dicho servicio. De esta forma, Telefónica comparte sus mayores utilidades con los usuarios.
Nuestra regulación funciona de la siguiente manera. Telefónica propone un valor que debería servir para ajustar sus tarifas (conocido como el factor X). Luego, Osiptel revisa estos cálculos y propone su propio valor. Telefónica a su turno revisa lo propuesto por Osiptel y opina. Luego de una audiencia pública donde se busca recoger más opiniones, Osiptel publica una resolución que podría ser objetada por Telefónica. Ayer fue la audiencia y hasta ahora Telefónica propuso un factor X de 4.13% y Osiptel propuso 8.23%. Mientras uno propone que las tarifas se reduzcan cada año 8 por ciento el otro dice que la sólo la mitad.
Obviamente que uno podría decir que aquí se acabó la discusión. Que lo lógico sería ir por una mayor rebaja de tarifas. Pero no todo es tener un precio bajo. Si no pregúntenle a los argentinos cómo sufren de cortes de electricidad porque el gobierno impuso tarifas irreales que no promueven una mayor inversión en el sector eléctrico. Además, el gobierno debería tener dos objetivos en mente. Por un lado, menores tarifas para todos los actuales usuarios. Pero por otro lado, expandir el acceso al servicio. No todos tienen acceso a servicios de telefonía. Creo que el actual MTC tiene perfectamente claro este tema, ojalá Osiptel esté sintonizado.
Yendo al actual proceso creo que la preocupación central es una vez más la predicitibilidad del marco regulatorio. Si un año Osiptel utiliza una determinada forma de hacer los cálculos y en el siguiente proceso hace algo totalmente distinto sin mayor justificación entonces Osiptel está contribuyendo a aumentar el llamado riesgo regulatorio que no es otra cosa que la probabilidad de arbitrariedad y sorpresas injustificadas en las decisiones del regulador. En este sentido, Osiptel ha hecho dos cosas que yo no hubiera hecho. Una es calcular la productividad total de la economía por un método que nadie en el Perú ha calculado porque no hay datos para hacerlo de manera apropiada. Y la segunda es creer que la variación del Indice de Precios al Consumidor que publica oficialmente el INEI no es el indicador de precios de la economía, cuando ellos mismos lo han utilizado en los dos procesos anteriores. En vez de ello han recurrido al deflactor implícito del PBI que es un número que cambia cada año con cada revisión de las cifras del PBI. ¿Se imaginan que el INEI cada año diga que la inflación no fue la que dijo que antes anunció y publicó en El Peruano? ¿Usted tomaría ese dato para algún contrato?
miércoles, 11 de julio de 2007
Olvidadizos
Columna de Carlos Adrianzén en Peru 21
Con qué facilidad olvidamos los peruanos. No hace mucho tiempo, la pusilanimidad e irresponsabilidad de sucesivos directorios del BCR nos llevó a sufrir un cuadro inflacionario muy nocivo e inusualmente largo. La inflación, abiertamente, le robó sus ahorros a mucha gente y generó caos económico. Con lo ocurrido aquellos días, debimos haber interiorizado que la inflación es siempre, y en todo lugar, un fenómeno monetario. Es decir: responsabilidad del BCR. Hoy pecamos de olvidadizos, casi bordeando con el ridículo. Mientras el BCR inyecta desproporcionadamente liquidez en los últimos meses -y distorsiona el dólar nominal, imponiendo arbitrariamente un límite bajísimo sobre las inversiones externas de los trabajadores en las AFP-, algunos despistados (incluyendo al BCR) culpan a los combustibles y a ciertos productos agropecuarios de rebrotes inflacionarios recientes. Desesperados, hasta rebajan aranceles. Parece que no aprendemos. ni a palazos.
Con qué facilidad olvidamos los peruanos. No hace mucho tiempo, la pusilanimidad e irresponsabilidad de sucesivos directorios del BCR nos llevó a sufrir un cuadro inflacionario muy nocivo e inusualmente largo. La inflación, abiertamente, le robó sus ahorros a mucha gente y generó caos económico. Con lo ocurrido aquellos días, debimos haber interiorizado que la inflación es siempre, y en todo lugar, un fenómeno monetario. Es decir: responsabilidad del BCR. Hoy pecamos de olvidadizos, casi bordeando con el ridículo. Mientras el BCR inyecta desproporcionadamente liquidez en los últimos meses -y distorsiona el dólar nominal, imponiendo arbitrariamente un límite bajísimo sobre las inversiones externas de los trabajadores en las AFP-, algunos despistados (incluyendo al BCR) culpan a los combustibles y a ciertos productos agropecuarios de rebrotes inflacionarios recientes. Desesperados, hasta rebajan aranceles. Parece que no aprendemos. ni a palazos.
domingo, 8 de julio de 2007
Dos en el sentido correcto
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Luego de varios desaciertos en la aprobación de leyes en el Congreso, esta semana se han aprobado dos importantes normas que buscan mejorar la educación y la forma de hacer trámites con el Estado. En primera votación se aprobó la nueva Ley de la Carrera Magisterial, que busca introducir conceptos como meritocracia, evaluación de desempeño y participación de los padres en la educación pública y así desterrar el concepto de la estabilidad laboral absoluta en el magisterio. Es un muy buen segundo paso (el primero fue la evaluación de los maestros) para lograr una educación que ayude a seguir creciendo sostenidamente. También se promulgó la Ley del Silencio Administrativo, que busca agilizar los trámites públicos para el ciudadano y la empresa. Esperemos que la Comisión Permanente pueda, en algo, resarcir la mala imagen del Congreso y no apruebe o insista en leyes populistas que lo único que logran es alejarnos de la institucionalidad y del grado de inversión.
Luego de varios desaciertos en la aprobación de leyes en el Congreso, esta semana se han aprobado dos importantes normas que buscan mejorar la educación y la forma de hacer trámites con el Estado. En primera votación se aprobó la nueva Ley de la Carrera Magisterial, que busca introducir conceptos como meritocracia, evaluación de desempeño y participación de los padres en la educación pública y así desterrar el concepto de la estabilidad laboral absoluta en el magisterio. Es un muy buen segundo paso (el primero fue la evaluación de los maestros) para lograr una educación que ayude a seguir creciendo sostenidamente. También se promulgó la Ley del Silencio Administrativo, que busca agilizar los trámites públicos para el ciudadano y la empresa. Esperemos que la Comisión Permanente pueda, en algo, resarcir la mala imagen del Congreso y no apruebe o insista en leyes populistas que lo único que logran es alejarnos de la institucionalidad y del grado de inversión.
sábado, 7 de julio de 2007
Economia y Politica
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
Es notorio el contraste entre las noticias que se leen en las páginas de economía y en las de política. Por un lado, récord de crecimiento, de exportaciones y de recaudación, cercanía al grado de inversión, próxima firma del TLC y anuncios de proyectos de inversión privada. Por otro, paros regionales, huelgas, marchas y tomas de carreteras. Es un error pensar que en el Perú la economía ha logrado "desengancharse" de la política. Es cierto que parte de estos movimientos responde a presiones interesadas de grupos que se oponen a reformas necesarias para el país -caso del Sutep y de la región Ucayali-. Pero también lo es que la mitad de la población que está debajo de la línea de pobreza reclama por una mejor atención del Estado y por una mayor participación en la bonanza económica. Si estos reclamos no son atendidos de una manera pronta y eficaz, y sin poner en riesgo los fundamentos económicos, en 2011 veremos cómo la economía no está desligada de la política
Es notorio el contraste entre las noticias que se leen en las páginas de economía y en las de política. Por un lado, récord de crecimiento, de exportaciones y de recaudación, cercanía al grado de inversión, próxima firma del TLC y anuncios de proyectos de inversión privada. Por otro, paros regionales, huelgas, marchas y tomas de carreteras. Es un error pensar que en el Perú la economía ha logrado "desengancharse" de la política. Es cierto que parte de estos movimientos responde a presiones interesadas de grupos que se oponen a reformas necesarias para el país -caso del Sutep y de la región Ucayali-. Pero también lo es que la mitad de la población que está debajo de la línea de pobreza reclama por una mejor atención del Estado y por una mayor participación en la bonanza económica. Si estos reclamos no son atendidos de una manera pronta y eficaz, y sin poner en riesgo los fundamentos económicos, en 2011 veremos cómo la economía no está desligada de la política
jueves, 5 de julio de 2007
Voracidad y crecimiento
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Vengo de una familia de cinco hermanos (cuatro hombres con mucho apetito y una mujer) así que los almuerzos siempre fueron una potencial fuente de conflictos. Cómo usted ya sabe a mi me gusta proponerle ejercicios para su sana diversión. Llame a sus hijos más chicos o a sus sobrinos y a sus amigos y siéntelos a la mesa. Una vez que estén todos sentados y con un plato vacío al frente ponga una pizza humeante en el medio bien cortada en pedazos simétricamente iguales. Haga la prueba de no decir absolutamente nada y probablemente una lluvia de brazos se lanzarán al unísono sobre la pizza, cada uno intentará tomar un pedazo y mientras haya pizza para todos no habrá mayor problema que quien le pone primero orégano a su porción o quien repite primero.
A la semana siguiente haga exactamente el mismo ejercicio pero cambie sólo un pequeño detalle del experimento. Esta vez sirva la pizza sin cortarla previamente. ¿Qué cree que pasará esta vez? Los chicos hambrientos y desesperados por naturaleza tendrán que negociar quien hace uso del único cuchillo disponible capaz de servir para repartir la pizza. Por más que alguien tome la iniciativa y empiece a cortar pedazos tratando de aplicar sus conocimientos de geometría para lograr los pedazos más parecidos posibles, esta persona recibirá una lluvia de críticas porque el resto de comensales dudará de su capacidad de repartir de manera justa la pizza en cuestión. Seguramente no faltará alguno que quiera dar un “golpe de estado” y asumir la labor de cortador oficial de la pizza.
La ausencia de reglas claras con respecto a la división de la pizza lleva a situaciones de potencial conflicto. Inclusive, uno podría imaginar un caso en el cual los comensales no se ponen de acuerdo y mientras uno toma el cuchillo otro se apodera de la pizza para evitar que esta caiga en manos de un injusto repartidor de porciones. Poniéndome pesimista la pizza podría terminar volando por los aires en medio de la voracidad de los comensales y la ausencia de un árbitro que ponga freno al desorden y la ausencia de una regla para compartir los beneficios. Al final lo único que se repartirán serán las quejas por haber arruinado la posibilidad de disfrutar una humeante y sabrosa pizza.
Este tipo de problemas parecen haberse desatado como consecuencia de los abundantes recursos financieros que está generando temporalmente la minería en el Perú. Empiezan a haber algunos que cuestionan el tamaño de los sueldos de algunos gerentes de algunas empresas mineras. A otros les parece poco los impuestos a la renta provenientes de las utilidades de las empresas mineras y encima cuestionan que el Estado no recibe nada pues no hay impuestos a las ganancias de capital. Pero los que se llevan el premio son algunos de los presidentes regionales que en lugar de ponerse a trabajar en la forma más eficiente de utilizar los ingentes recursos que están recibiendo amenazan con tomar las minas. ¿A cuantas personas ha detenido el Ministro Alva Castro por bloquear carreteras?
El gobierno acaba de sacar una parte del aporte voluntario minero para dedicarlo al proyecto Crecer. Una vez más el Perú financia gastos permanentes con recursos temporales. La miopía es increíble. Claro, siempre alguien dirá que es mejor gastarlos que verlos sentados en las cuentas de algún banco. Lo cierto es que la pizza está servida, pero si no hay claridad en la forma en que ésta será repartida en el futuro, puede ser que el encargado del delivery ya no quiera venir más por nuestra casa. La voracidad sin instituciones que garanticen reglas básicas termina produciendo un crecimiento menor del que podría darse.
Vengo de una familia de cinco hermanos (cuatro hombres con mucho apetito y una mujer) así que los almuerzos siempre fueron una potencial fuente de conflictos. Cómo usted ya sabe a mi me gusta proponerle ejercicios para su sana diversión. Llame a sus hijos más chicos o a sus sobrinos y a sus amigos y siéntelos a la mesa. Una vez que estén todos sentados y con un plato vacío al frente ponga una pizza humeante en el medio bien cortada en pedazos simétricamente iguales. Haga la prueba de no decir absolutamente nada y probablemente una lluvia de brazos se lanzarán al unísono sobre la pizza, cada uno intentará tomar un pedazo y mientras haya pizza para todos no habrá mayor problema que quien le pone primero orégano a su porción o quien repite primero.
A la semana siguiente haga exactamente el mismo ejercicio pero cambie sólo un pequeño detalle del experimento. Esta vez sirva la pizza sin cortarla previamente. ¿Qué cree que pasará esta vez? Los chicos hambrientos y desesperados por naturaleza tendrán que negociar quien hace uso del único cuchillo disponible capaz de servir para repartir la pizza. Por más que alguien tome la iniciativa y empiece a cortar pedazos tratando de aplicar sus conocimientos de geometría para lograr los pedazos más parecidos posibles, esta persona recibirá una lluvia de críticas porque el resto de comensales dudará de su capacidad de repartir de manera justa la pizza en cuestión. Seguramente no faltará alguno que quiera dar un “golpe de estado” y asumir la labor de cortador oficial de la pizza.
La ausencia de reglas claras con respecto a la división de la pizza lleva a situaciones de potencial conflicto. Inclusive, uno podría imaginar un caso en el cual los comensales no se ponen de acuerdo y mientras uno toma el cuchillo otro se apodera de la pizza para evitar que esta caiga en manos de un injusto repartidor de porciones. Poniéndome pesimista la pizza podría terminar volando por los aires en medio de la voracidad de los comensales y la ausencia de un árbitro que ponga freno al desorden y la ausencia de una regla para compartir los beneficios. Al final lo único que se repartirán serán las quejas por haber arruinado la posibilidad de disfrutar una humeante y sabrosa pizza.
Este tipo de problemas parecen haberse desatado como consecuencia de los abundantes recursos financieros que está generando temporalmente la minería en el Perú. Empiezan a haber algunos que cuestionan el tamaño de los sueldos de algunos gerentes de algunas empresas mineras. A otros les parece poco los impuestos a la renta provenientes de las utilidades de las empresas mineras y encima cuestionan que el Estado no recibe nada pues no hay impuestos a las ganancias de capital. Pero los que se llevan el premio son algunos de los presidentes regionales que en lugar de ponerse a trabajar en la forma más eficiente de utilizar los ingentes recursos que están recibiendo amenazan con tomar las minas. ¿A cuantas personas ha detenido el Ministro Alva Castro por bloquear carreteras?
El gobierno acaba de sacar una parte del aporte voluntario minero para dedicarlo al proyecto Crecer. Una vez más el Perú financia gastos permanentes con recursos temporales. La miopía es increíble. Claro, siempre alguien dirá que es mejor gastarlos que verlos sentados en las cuentas de algún banco. Lo cierto es que la pizza está servida, pero si no hay claridad en la forma en que ésta será repartida en el futuro, puede ser que el encargado del delivery ya no quiera venir más por nuestra casa. La voracidad sin instituciones que garanticen reglas básicas termina produciendo un crecimiento menor del que podría darse.
martes, 3 de julio de 2007
Mineria y Desarrollo
Columna de Elmer Cuba en Gestión
Cifras record de canon minero transferido a las regiones en donde se extrae el mineral e historias sobre supuestos impuestos no pagados por alguna empresa. Boom de exploraciones y presencia de mineras junior junto con ONG antimineras. Precios de minerales en niveles históricamente altos, huelga minera para julio y derechos laborales no reconocidos en algunas medianas y pequeñas empresas mineras. Contaminación siempre discutida, a veces real a veces sólo en el imaginario colectivo.
Múltiples actores: las empresas, los sindicatos, las comunidades, las autoridades locales, las ONG, los ministerios de Energía y Minas, Trabajo, del Interior, OSINERGMIN y la SUNAT.
Todo esto puede resultar algo paradójico y confuso, pero es más simple si cada parte y sector involucrado define bien sus fueros y hace lo que le corresponde. El Estado debe ser capaz de generar el diálogo y entendimiento para mejorar el bienestar del país.
La creencia más popular y que tiene bases en la historia del siglo XX es que la minería contamina y no paga los impuestos que debería. Sin embargo, afortunadamente hoy en día ésta una generalización más cercana a la falsedad que a la verdad.
Hoy en día las empresas más importantes del mundo están presentes en el país. Los estándares de buenas prácticas y buen gobierno corporativo también se hacen notar. La modernidad ha llegado al sector. Las normas nacionales también se han puesto a la altura de las circunstancias. Instituciones públicas importantes supervisan la normal marcha de la actividad: el Ministerio de Trabajo, la SUNAT y el OSINERGMIN siguen de cerca al sector en los aspectos laborales, tributarios, ambientales y de seguridad, respectivamente.
Las empresas modernas siguen el mandato de sus accionistas y operan respetando el medio ambiente, minimizando los impactos, con planes de cierre y colaborando con el entorno social en el que se desenvuelven.
Obviamente hay quienes no lo hacen y para eso existen sanciones que deben ser aplicadas por las autoridades competentes.
Los objetivos empresariales y los del fisco también están alineados. Hacer utilidades contribuye a mejorar los ingresos tributarios.
Ya en 2005, con mejores precios pero previo al boom minero, la minería aportaba cerca de 30% de los ingresos por impuesto a la renta (3ra. categoría). En 2006 su participación fue de 44% y en 2007 sería nada menos que ¡cerca de 50%!. De allí, la mitad irá directamente a los municipios distritales y gobiernos regionales.
La repartición del canon no será la más justa, pero éste no necesariamente es el mejor momento para discutirlo, ya puede provocar respuestas difíciles de enfrentar. Fue hace un año cuando se pudo haber propuesto algún cambio, cuando se anticipaba lo que ocurre hoy. Ahora queda redistribuir con el gasto público para equilibrar lo que ocurrirá con el canon. Claro que esta redistribución geográfica puede terminar paradójicamente perjudicando a las regiones con canon, si sus autoridades no están a la altura de las circunstancias y el gobierno central es más eficiente gastando en regiones sin canon.
La naturaleza ha sido generosa con nuestros recursos mineros. El Perú puede duplicar en corto tiempo sus niveles de exportaciones mineras. Los ingresos por impuesto a la renta y regalías pueden transformarse en gasto público, en gasto social. Sería absurdo dejar de extraer nuestros recursos. El gobierno y las empresas deben liderar la cruzada por la minería moderna.
Chile, Australia, Canadá son buenos ejemplos de cómo una actividad minera importante no está reñida con el respeto al medio ambiente, las comunidades y las arcas fiscales.
Nuestra historia está llena de episodios conocidos como las “oportunidades perdidas”. Son recurrentes las historias del güano, caucho, salitre, petróleo, harina de pescado. Ahora tenemos otra oportunidad y no debemos dejarla pasar.
Mientras la economía costeña viene creciendo muy dinámicamente y el empleo ha comenzado también a dinamizarse, los andes esperan su oportunidad y tienen ahora los recursos iniciales para obtener infraestructura económica y social. Caminos, telecomunicaciones, electricidad, agua, educación, salud, proyectos productivos. Ahora sí ha aparecido el financiamiento para cambiar su situación. El shock minero puede ser la gran salida para estos territorios postergados en la historia.
Que cuando los recursos no renovables se agoten, tengamos infraestructura y ciudadanos educados, capaces de generar riqueza en otras industrias.
Cifras record de canon minero transferido a las regiones en donde se extrae el mineral e historias sobre supuestos impuestos no pagados por alguna empresa. Boom de exploraciones y presencia de mineras junior junto con ONG antimineras. Precios de minerales en niveles históricamente altos, huelga minera para julio y derechos laborales no reconocidos en algunas medianas y pequeñas empresas mineras. Contaminación siempre discutida, a veces real a veces sólo en el imaginario colectivo.
Múltiples actores: las empresas, los sindicatos, las comunidades, las autoridades locales, las ONG, los ministerios de Energía y Minas, Trabajo, del Interior, OSINERGMIN y la SUNAT.
Todo esto puede resultar algo paradójico y confuso, pero es más simple si cada parte y sector involucrado define bien sus fueros y hace lo que le corresponde. El Estado debe ser capaz de generar el diálogo y entendimiento para mejorar el bienestar del país.
La creencia más popular y que tiene bases en la historia del siglo XX es que la minería contamina y no paga los impuestos que debería. Sin embargo, afortunadamente hoy en día ésta una generalización más cercana a la falsedad que a la verdad.
Hoy en día las empresas más importantes del mundo están presentes en el país. Los estándares de buenas prácticas y buen gobierno corporativo también se hacen notar. La modernidad ha llegado al sector. Las normas nacionales también se han puesto a la altura de las circunstancias. Instituciones públicas importantes supervisan la normal marcha de la actividad: el Ministerio de Trabajo, la SUNAT y el OSINERGMIN siguen de cerca al sector en los aspectos laborales, tributarios, ambientales y de seguridad, respectivamente.
Las empresas modernas siguen el mandato de sus accionistas y operan respetando el medio ambiente, minimizando los impactos, con planes de cierre y colaborando con el entorno social en el que se desenvuelven.
Obviamente hay quienes no lo hacen y para eso existen sanciones que deben ser aplicadas por las autoridades competentes.
Los objetivos empresariales y los del fisco también están alineados. Hacer utilidades contribuye a mejorar los ingresos tributarios.
Ya en 2005, con mejores precios pero previo al boom minero, la minería aportaba cerca de 30% de los ingresos por impuesto a la renta (3ra. categoría). En 2006 su participación fue de 44% y en 2007 sería nada menos que ¡cerca de 50%!. De allí, la mitad irá directamente a los municipios distritales y gobiernos regionales.
La repartición del canon no será la más justa, pero éste no necesariamente es el mejor momento para discutirlo, ya puede provocar respuestas difíciles de enfrentar. Fue hace un año cuando se pudo haber propuesto algún cambio, cuando se anticipaba lo que ocurre hoy. Ahora queda redistribuir con el gasto público para equilibrar lo que ocurrirá con el canon. Claro que esta redistribución geográfica puede terminar paradójicamente perjudicando a las regiones con canon, si sus autoridades no están a la altura de las circunstancias y el gobierno central es más eficiente gastando en regiones sin canon.
La naturaleza ha sido generosa con nuestros recursos mineros. El Perú puede duplicar en corto tiempo sus niveles de exportaciones mineras. Los ingresos por impuesto a la renta y regalías pueden transformarse en gasto público, en gasto social. Sería absurdo dejar de extraer nuestros recursos. El gobierno y las empresas deben liderar la cruzada por la minería moderna.
Chile, Australia, Canadá son buenos ejemplos de cómo una actividad minera importante no está reñida con el respeto al medio ambiente, las comunidades y las arcas fiscales.
Nuestra historia está llena de episodios conocidos como las “oportunidades perdidas”. Son recurrentes las historias del güano, caucho, salitre, petróleo, harina de pescado. Ahora tenemos otra oportunidad y no debemos dejarla pasar.
Mientras la economía costeña viene creciendo muy dinámicamente y el empleo ha comenzado también a dinamizarse, los andes esperan su oportunidad y tienen ahora los recursos iniciales para obtener infraestructura económica y social. Caminos, telecomunicaciones, electricidad, agua, educación, salud, proyectos productivos. Ahora sí ha aparecido el financiamiento para cambiar su situación. El shock minero puede ser la gran salida para estos territorios postergados en la historia.
Que cuando los recursos no renovables se agoten, tengamos infraestructura y ciudadanos educados, capaces de generar riqueza en otras industrias.
El optimismo y el desarrollo
Columna de Claudia Cooper en Gestión
“Nunca podemos permitirnos un optimismo completo. Si el pesimismo radical es nocivo, estéril, el absoluto optimismo es una ingenuidad peligrosa”.
Esta frase escrita por Jorge Edwards en una artículo de opinión publicado hace una semanas en El Comercio grafica bastante bien los sentimientos encontrados que nos produce la bonanza económica actual tanto peruana como internacional.
El círculo virtuoso de que somos testigos y que nos ha impulsado a muchos y al Gobierno a incrementar nuestros pronósticos de crecimiento, se basa en una expansión económica gracias a una creciente inversión financiada a través del ahorro (tanto externo como interno), a diferencia del periodo expansivo anterior sustentado en el endeudamiento externo tanto privado como público. Este crecimiento viene dándose hasta ahora, sin limitaciones ni cuellos de botella, en gran medida gracias al bajo nivel inicial, especialmente si nos comparamos a nuestros vecinos.
Así, nos encontramos ante una estructura exportadora cargada de minerales cuyos precios no podían ser mejores, generándose estabilidad cambiaria y baja inflación. También gozamos, a diferencia de Chile o Argentina, de una capacidad energética reforzada con Camisea que ha permitido abastecer a una industria con crecimientos superiores al 7%. Por si fuera poco, contamos mercado de capitales listo para aprovechar el contexto global de alta liquidez, que ya llevó los spreads por riesgo crediticio y riesgo cambiario a niveles que difícilmente podrán continuar cayendo. Así, la estabilidad de precios ayudada por la estabilidad cambiara permite al Perú contar con las tasas de interés más bajas de la región, haciendo ya difícil pensar, en un contexto de menor expansión de la liquidez global, que su tendencia de tasas a la baja tiene aún demasiado espacio. Esto especialmente en los instrumentos peruanos donde los spreads crediticios y de mercado así como los ratios bursátiles ya parecen descontar eventos como el grado de inversión y la firma del TLC.
Por otro lado, contamos con un mercado laboral que al ser prominentemente informal, viene generando una oferta infinita de trabajo. Esto se traduce en incremento de salarios reales negativos desde el 2004, lo que abona a favor de la baja inflación, las bajas tasas de interés, etc, etc.
En este especial contexto de virtuosismo macroeconómico ya empiezan a requerirse factores que faciliten las inversiones de mucho más largo plazo y que trasciendan un periodo gubernamental y con rentabilidades menores a las del negocio minero.
En cuanto al TLC hay que ser también responsables y no olvidar que su firma es una condición necesaria pero no suficiente para lograr con éxito convertirlo en el eslabón que requerimos para volvernos una economía sólida y capaz de resistir los embates de un ciclo recesivo mundial. Para bajar a la realidad, es interesante evaluar lo que ocurrió con los países centroamericanos luego que firmaron el CAFTA. Las negociaciones del tratado de libre comercio centroamericano comenzaron en enero de 2003 y se logró acuerdo con El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua el 17 de diciembre de 2003 y con Costa Rica el 25 de enero de 2004. Este último es el único país que no ha aprobado el Tratado debido a la fuerte oposición de algunas fuerzas políticas del país.
Panamá y Costa Rica, que aún no cuentan con el TLC son los países que más inversión extranjera directa (IED) han recibido en el 2005 y 2006 según el último informe de inversión extranjera publicado por la CEPAL. Utilizando datos de este informe vemos que los países que más han visto incrementada su IED en los años 2006 y 2006 respecto al periodo 2002-2004 son Panamá y Costa Rica. En ambos países la IED pasó de representar el 3% del PBI en el periodo 2002-04 a ser el 15.7% y el 7% del mismo respectivamente en los años 2005 y 2006. Y en Colombia ocurrió lo mismo (la IED pasó de 1.3% del PBI a 6.5% entre ambos periodos). No ocurre lo mismo con los países del Cafta. En el Salvador la inversión extranjera se mantuvo estancada en 2.1% y el Guatemala, Honduras y Nicaragua el ratio se mantuvo en niveles bajos y el incremento en el mismo no fue significativo (de 0.4% a 0.9% en el primer caso, de 3.2% a 4.4% en el segundo y de 4.9% a 5.1% en el tercero).
¿La razón? Probablemente factores institucionales, laborales y de competitividad. Uno puede ver que existe cierta relación entre el grado de informalidad laboral y la atracción de inversión extranjera, especialmente la ligada a los tratados de libre comercio donde la formalidad es un requisito para exportar. Así, Colombia Panamá y Costa Rica cuentan con una informalidad de 58%, 48% y 37% respectivamente, mientras que los cuatro ya miembros del Cafta, Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador muestran ratios de informalidad mucho más altos (88%, 86%, 80% y 73%). Aquí, el Perú se ubica más cerca del segundo grupo con 71%. ¿Cómo esperamos un TLC hacia adentro e impactos sustanciales de éste sobre nuestra economía, sin sacar al Perú de los últimos lugares en competitividad laboral?
Si analizamos otros aspectos institucionales como cumplimiento a la Ley, corrupción de funcionarios y a indicadores referentes a la continuidad económica como carencia de apoyo a las dictaduras o satisfacción con la economía de mercado se mantiene la misma estructura. Colombia, Costa Rica y Panamá, dentro de una muestra de 18 países latinoamericanos obtienen los puestos 2do. 6to y 7mo, mientras que El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras el 10mo, 12avo, 13avo y 14avo. El Perú, clasifica como 17avo confirmando su debilidad institucional.
Así, parece que es la viabilidad de largo plazo de las reglas de juego lo que va a determinar las inversiones a gran escala y de largo plazo y en sectores no extractivos, siendo el TLC un aliado y no al revés.
Una de las fortalezas fiscales peruanas es la flexibilidad del gasto, el cual no está indexado a ninguna variable, lo hace factible un ajuste fiscal relativamente rápido en caso haya un ajuste en los metales que reduzca drásticamente el impuesto a la renta. Aquí cabe preguntarse si la actual desesperación Gubernamental por gastar a como de lugar y rápido no haga el proceso irreversible y tengamos que decirle adiós a esa flexibilidad… y al grado de inversión. ¿Cuál es el apuro?. En aras de una mayor institucionalidad, lo que conlleva un costo, ¿no es mejor hacer madurar de forma sólida a la inversión pública y no desesperarnos en acelerar un proceso, destruyendo indiscriminadamente (sin crear nuevas mejores) todas las normativas y estructuras existentes, que corre serio riesgo de desencadenar en corrupción e ineficiencia. No vaya a ser que estemos creando un peligro mayor al que queremos resolver, especialmente cuando los vientos empiecen a virar.
“Nunca podemos permitirnos un optimismo completo. Si el pesimismo radical es nocivo, estéril, el absoluto optimismo es una ingenuidad peligrosa”.
Esta frase escrita por Jorge Edwards en una artículo de opinión publicado hace una semanas en El Comercio grafica bastante bien los sentimientos encontrados que nos produce la bonanza económica actual tanto peruana como internacional.
El círculo virtuoso de que somos testigos y que nos ha impulsado a muchos y al Gobierno a incrementar nuestros pronósticos de crecimiento, se basa en una expansión económica gracias a una creciente inversión financiada a través del ahorro (tanto externo como interno), a diferencia del periodo expansivo anterior sustentado en el endeudamiento externo tanto privado como público. Este crecimiento viene dándose hasta ahora, sin limitaciones ni cuellos de botella, en gran medida gracias al bajo nivel inicial, especialmente si nos comparamos a nuestros vecinos.
Así, nos encontramos ante una estructura exportadora cargada de minerales cuyos precios no podían ser mejores, generándose estabilidad cambiaria y baja inflación. También gozamos, a diferencia de Chile o Argentina, de una capacidad energética reforzada con Camisea que ha permitido abastecer a una industria con crecimientos superiores al 7%. Por si fuera poco, contamos mercado de capitales listo para aprovechar el contexto global de alta liquidez, que ya llevó los spreads por riesgo crediticio y riesgo cambiario a niveles que difícilmente podrán continuar cayendo. Así, la estabilidad de precios ayudada por la estabilidad cambiara permite al Perú contar con las tasas de interés más bajas de la región, haciendo ya difícil pensar, en un contexto de menor expansión de la liquidez global, que su tendencia de tasas a la baja tiene aún demasiado espacio. Esto especialmente en los instrumentos peruanos donde los spreads crediticios y de mercado así como los ratios bursátiles ya parecen descontar eventos como el grado de inversión y la firma del TLC.
Por otro lado, contamos con un mercado laboral que al ser prominentemente informal, viene generando una oferta infinita de trabajo. Esto se traduce en incremento de salarios reales negativos desde el 2004, lo que abona a favor de la baja inflación, las bajas tasas de interés, etc, etc.
En este especial contexto de virtuosismo macroeconómico ya empiezan a requerirse factores que faciliten las inversiones de mucho más largo plazo y que trasciendan un periodo gubernamental y con rentabilidades menores a las del negocio minero.
En cuanto al TLC hay que ser también responsables y no olvidar que su firma es una condición necesaria pero no suficiente para lograr con éxito convertirlo en el eslabón que requerimos para volvernos una economía sólida y capaz de resistir los embates de un ciclo recesivo mundial. Para bajar a la realidad, es interesante evaluar lo que ocurrió con los países centroamericanos luego que firmaron el CAFTA. Las negociaciones del tratado de libre comercio centroamericano comenzaron en enero de 2003 y se logró acuerdo con El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua el 17 de diciembre de 2003 y con Costa Rica el 25 de enero de 2004. Este último es el único país que no ha aprobado el Tratado debido a la fuerte oposición de algunas fuerzas políticas del país.
Panamá y Costa Rica, que aún no cuentan con el TLC son los países que más inversión extranjera directa (IED) han recibido en el 2005 y 2006 según el último informe de inversión extranjera publicado por la CEPAL. Utilizando datos de este informe vemos que los países que más han visto incrementada su IED en los años 2006 y 2006 respecto al periodo 2002-2004 son Panamá y Costa Rica. En ambos países la IED pasó de representar el 3% del PBI en el periodo 2002-04 a ser el 15.7% y el 7% del mismo respectivamente en los años 2005 y 2006. Y en Colombia ocurrió lo mismo (la IED pasó de 1.3% del PBI a 6.5% entre ambos periodos). No ocurre lo mismo con los países del Cafta. En el Salvador la inversión extranjera se mantuvo estancada en 2.1% y el Guatemala, Honduras y Nicaragua el ratio se mantuvo en niveles bajos y el incremento en el mismo no fue significativo (de 0.4% a 0.9% en el primer caso, de 3.2% a 4.4% en el segundo y de 4.9% a 5.1% en el tercero).
¿La razón? Probablemente factores institucionales, laborales y de competitividad. Uno puede ver que existe cierta relación entre el grado de informalidad laboral y la atracción de inversión extranjera, especialmente la ligada a los tratados de libre comercio donde la formalidad es un requisito para exportar. Así, Colombia Panamá y Costa Rica cuentan con una informalidad de 58%, 48% y 37% respectivamente, mientras que los cuatro ya miembros del Cafta, Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador muestran ratios de informalidad mucho más altos (88%, 86%, 80% y 73%). Aquí, el Perú se ubica más cerca del segundo grupo con 71%. ¿Cómo esperamos un TLC hacia adentro e impactos sustanciales de éste sobre nuestra economía, sin sacar al Perú de los últimos lugares en competitividad laboral?
Si analizamos otros aspectos institucionales como cumplimiento a la Ley, corrupción de funcionarios y a indicadores referentes a la continuidad económica como carencia de apoyo a las dictaduras o satisfacción con la economía de mercado se mantiene la misma estructura. Colombia, Costa Rica y Panamá, dentro de una muestra de 18 países latinoamericanos obtienen los puestos 2do. 6to y 7mo, mientras que El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras el 10mo, 12avo, 13avo y 14avo. El Perú, clasifica como 17avo confirmando su debilidad institucional.
Así, parece que es la viabilidad de largo plazo de las reglas de juego lo que va a determinar las inversiones a gran escala y de largo plazo y en sectores no extractivos, siendo el TLC un aliado y no al revés.
Una de las fortalezas fiscales peruanas es la flexibilidad del gasto, el cual no está indexado a ninguna variable, lo hace factible un ajuste fiscal relativamente rápido en caso haya un ajuste en los metales que reduzca drásticamente el impuesto a la renta. Aquí cabe preguntarse si la actual desesperación Gubernamental por gastar a como de lugar y rápido no haga el proceso irreversible y tengamos que decirle adiós a esa flexibilidad… y al grado de inversión. ¿Cuál es el apuro?. En aras de una mayor institucionalidad, lo que conlleva un costo, ¿no es mejor hacer madurar de forma sólida a la inversión pública y no desesperarnos en acelerar un proceso, destruyendo indiscriminadamente (sin crear nuevas mejores) todas las normativas y estructuras existentes, que corre serio riesgo de desencadenar en corrupción e ineficiencia. No vaya a ser que estemos creando un peligro mayor al que queremos resolver, especialmente cuando los vientos empiecen a virar.
domingo, 1 de julio de 2007
Institucionalidad II
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
En la semana que termina se ha logrado avanzar en términos de lograr la integración del Perú en el mundo. Se prorrogó el ATPDEA y se recibieron las adendas para la firma del TLC con EE.UU., que rápidamente fueron aprobadas por el Congreso peruano. Falta que esto sea ratificado por el Congreso norteamericano, proceso que necesitará un nuevo esfuerzo de funcionarios y autoridades peruanas para convencer a sus pares en EE.UU. Las enmiendas incluyen temas sociales, ambientales y de salud, lo que parece se convertirá en un estándar a nivel de estos acuerdos comerciales en el mundo. Para el Perú, además de la integración comercial, podría significar la oportunidad de que, en cierto grado, estemos importando institucionalidad. Es decir reglas, procesos y también instituciones y transparencia. Aunque para algunos en un primer momento pueda parecer la pérdida de una mal llamada autonomía, puede también verse como una oportunidad para acceder a otro tipo de reglas que permitan que el Perú sea percibido como estable en sus normas, y esto apoyará su crecimiento sostenido.
En la semana que termina se ha logrado avanzar en términos de lograr la integración del Perú en el mundo. Se prorrogó el ATPDEA y se recibieron las adendas para la firma del TLC con EE.UU., que rápidamente fueron aprobadas por el Congreso peruano. Falta que esto sea ratificado por el Congreso norteamericano, proceso que necesitará un nuevo esfuerzo de funcionarios y autoridades peruanas para convencer a sus pares en EE.UU. Las enmiendas incluyen temas sociales, ambientales y de salud, lo que parece se convertirá en un estándar a nivel de estos acuerdos comerciales en el mundo. Para el Perú, además de la integración comercial, podría significar la oportunidad de que, en cierto grado, estemos importando institucionalidad. Es decir reglas, procesos y también instituciones y transparencia. Aunque para algunos en un primer momento pueda parecer la pérdida de una mal llamada autonomía, puede también verse como una oportunidad para acceder a otro tipo de reglas que permitan que el Perú sea percibido como estable en sus normas, y esto apoyará su crecimiento sostenido.
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