Columna de Eduardo Morón en El Comercio
En mi última columna presenté evidencia de que había un tema por explicar cuando se revisaba los indicadores de rentabilidad ajustada por riesgo de los multifondos que administran las AFP. El punto es realmente simple: imagínense que tengo 2 activos disponibles para invertir mi fondo previsional. Uno es muy rentable y riesgoso (fondo 3) y el otro es poco rentable y poco riesgoso (fondo 1). Lo lógico sería que el fondo 2 esté a medio camino. Es decir, no sea ni tan rentable o riesgoso como el fondo 3 pero más rentable y riesgoso que el fondo 1. El problema de las cifras que mostré para febrero de este año es que el fondo 2 es menos rentable que una combinación de los fondos 1 y 3 para igual riesgo en promedio.
Si yo fuera un afiliado que está actualmente en el fondo 2 estaría piteando como tren de sierra. Alguien tiene que explicar que es lo que está pasando. Y ojo que las cuatro AFP están en la misma situación así que nadie se salva de la crítica. Una posible explicación es la que apuntaba la semana pasada: medir el riesgo de mañana mirando eventos pasados es a todas luces incorrecto pero también es lo menos arbitrario. Nadie puede negar que la forma como la SBS ha escogido medir el riesgo es lo más simple posible.
Sin embargo, asumamos que ese no es el problema sino otro. Una primera posibilidad es que la regulación de la SBS y el BCRP hacen que las AFP no puedan tener un manejo eficiente del portafolio de los fondos previsionales. Esta hipótesis sugeriría que dado que el fondo 2 es el más grande, las AFP no tienen capacidad de diversificar los actuales recursos invertidos en dichos fondos porque las reglas de inversión son muy restrictivas.
La segunda posibilidad es que el problema no está en los límites de inversión sino que la oferta de activos financieros en los cuales pueden invertir las AFP son muy limitados y por lo tanto es imposible hacer un manejo eficiente de los fondos previsionales. Es decir, no es que las AFP pequen por no tener lo que se llama un manejo activo de los fondos previsionales sino que no hay en donde más poner los fondos. Digamos que para frenar un incendio sería mejor utilizar baldes pero si lo único que tengo a disposición son vasitos descartables de cumpleaños infantil el resultado va a ser menos eficiente. El problema es que el que se quema en esta historia es el afiliado quien termina con una menor pensión.
Una tercera posibilidad es que este resultado es un efecto no deseado de la estrategia comercial que están siguiendo las AFP. Basta revisar los diarios y uno encontrará que lo que estas instituciones venden es una rentabilidad mayor. El problema es que esta estrategia no sólo deja de comunicar el verdadero sentido de las AFP -otorgar pensiones más altas-, sino que promueve un manejo del portafolio que no necesariamente está en línea con otorgar un balance entre rentabilidad y riesgo a todos los afiliados.
En el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico hicimos el cálculo para los cinco multifondos chilenos utilizando la metodología de la SBS y nos salió algo muy similar para el mes de febrero de 2007. Si en algo nos diferenciamos de Chile en el tema de AFP es que ellos tienen regulaciones menos estrictas y tienen menos problemas de oferta insuficiente de activos. Habría que preguntarse si esto es pura casualidad pues no encontramos este problema en los multifondos chilenos cuando hicimos el mismo cálculo para otro mes. Las preguntas están planteadas, ahora faltan las respuestas.
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