Columna de Aldo Defilippi en Gestión
La crisis bursátil en la China denominada el efecto arroz en la última semana de febrero ha encendido las luces de alarma sobre el funcionamiento de la economía mundial. Es claro que a pesar de que nuestra economía está en crecimiento continuo también podría ser afectada por una crisis de la economía internacional.
Fundamentalmente, analistas económicos realizaron diversos pronósticos sobre un posible enfriamiento económico de la economía norteamericana. En este sentido, el influyente ex presidente de la Reserva Federal de los EE.UU., Alan Greenspan, consideró que existe un tercio de posibilidades que la economía de su país ingresara en un periodo de recesión. Semejante mensaje tuvo que ser rebatido por el actual encargado de la Fed, Ben Bernanke, quien manifestó que “en general, la economía estadounidense se expandirá probablemente a un ritmo moderado este año y el próximo, con un fortalecimiento del crecimiento parejo a la disminución del lastre del mercado inmobiliario". Según los cálculos de la Fed, durante 2007 el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU aumentará entre un 2,5% y un 3%, mientras que en 2008 se espera que los avances sean de entre un 2,75% y un 3%.
Por su parte, la entidad Business Roundtable, asociación que agrupa a los principales ejecutivos de las más importantes empresas –por un total de 10 millones de empleados y $4.5 trillones de ingresos anuales-, publicó una investigación sobre la opinión de los principales CEOs sobre la futura performance de la economía más afluente del mundo. La investigación muestra que los CEOs creen que la economía está creciendo a un ritmo razonable. Las proyecciones para ventas, inversiones y empleo muestran un crecimiento estable sin ningún tipo de aceleración o descenso pronunciado dentro de los próximos seis meses.
Sobre el crecimiento en general de la economía norteamericana, los CEOs han considerado que será de 2.9% sobre el PBI en 2007, ligeramente más optimista que los pronósticos de economistas que consideran que el crecimiento se ubicará en el rango de 2.3 a 2.8%.
Independientemente de los vaticinios de los profesionales de la economía, las crisis económicas y financieras en una era de gran integración económica, pueden provocar desajustes importantes para una economía pequeña como el Perú. Es por ello que el país debe tener una economía sólida que permita evitar o limitar los avatares de las diversas crisis internacionales.
Luego, más allá de las prudentes políticas macroeconómicas adoptadas en los últimos tiempos, el Perú necesita intensificar los esfuerzos para diversificar los mercados de destino de nuestras exportaciones y, al mismo tiempo, afianzar una estrategia de incorporación de valor agregado a la producción nacional destinada al mercado externo. Asimismo, resulta necesario profundizar en la política de promoción de inversiones y la reducción del riesgo país, la misma que deberá apoyarse necesariamente en la estabilidad macroeconómica y jurídica, el desarrollo de infraestructura y la mejora de la seguridad, entre otras tantas labores pendientes
jueves, 19 de abril de 2007
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