Columna de Carlos Adrianzen en Peru 21
Mentir sobre el pasado reciente es resbaladizo. Por más progre o políticamente correcto que luzca el coro, resulta difícil esconder las evidencias frescas. El fujimorismo -incluyendo a Fujimori- implica un fenómeno de hartazgo político. La proverbial ineptitud y la corrupción que nos gobernaron en las cuatro décadas previas explican por qué los electores saltaron al vacío. Fujimori resultó elegido como un rebote. La diferencia -después- se asoció a su manejo monetario, fiscal y comercial. Algo solo menos cantinflesco que el recetario histórico de la izquierda limeña. Para mal de los fujimoristas, su régimen abandonó pronto las reformas pendientes y cayó en errores similares a los que explicaron su aparición. Hoy resulta tragicómico descubrir cómo la madre -izquierda- quiere asesinar a su criatura -fujimorismo- casi de la misma forma en que la engendró: planteando políticas económicas notablemente torpes (anti-TLC, pro empresas estatales, sobreganancias, etc.).
jueves, 12 de abril de 2007
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