Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
En el primer bimestre, la economía creció en 8.2% respecto del mismo período de 2006. Todos los sectores mostraron un gran dinamismo, menos la minería, cuya producción cayó en casi 5%, en su sétimo mes consecutivo de caída. La extracción de Yanacocha se ha reducido a casi la mitad por el agotamiento de sus reservas. Muchos proyectos mineros -que cumplen con los estándares ambientales exigidos por la ley- están atrasados por oposición de grupos cuyo único interés es frenar la inversión privada. Y algunos presidentes regionales no se dan cuenta de que el desarrollo de sus regiones depende de su capacidad de atraer inversión privada más que de su capacidad de extraerle recursos al Gobierno Central. En un reciente sondeo de Apoyo entre empresarios respecto de la receptividad a la inversión, Lambayeque, La Libertad e Ica recibieron la mejor calificación, en contraste con Cajamarca, Áncash y Puno. Los resultados de estas diferencias están a la vista.
sábado, 28 de abril de 2007
Eligiendo el medio de transporte adecuado
Columna de Aldo Defilippi en Correo
La selección del medio de transporte adecuado pasa necesariamente por un análisis detallado del producto, el mercado de destino y las opciones de transporte disponibles a fin de evitar que un producto competitivo fracase por su incapacidad de cumplir con los plazos de entrega o que la rentabilidad de la operación se vea afectada por una elección equivocada del medio de transporte.
Entre los principales medios de transporte utilizados están: el transporte aéreo, marítimo, fluvial, lacustre, terrestre o multimodal (que combina dos o más de las opciones anteriores) y todos ellos poseen ventajas y a su vez inconvenientes que el empresario debe sopesar para hacer una elección acertada.
El transporte aéreo por ejemplo, se caracteriza por su rapidez y seguridad y suele ser muy rentable para mercancías de poco volumen pero de alto valor, sin embargo es el medio más costoso y sólo algunos productos soportan el flete aéreo. Por su parte, el transporte marítimo tiene la ventaja de ser el medio más económico en términos de precio por volumen pero su principal inconveniente es la lentitud ya que un envío puede tomar entre 7 y 15 días. El transporte terrestre es quizá el más utilizado pues suele ser rápido y económico para conectar dos puntos geográficamente cercanos. Así, no es de extrañar que en casi todas las operaciones de exportación se recurra a este medio en algún punto. El transporte fluvial o lacustre es también utilizado en ausencia de otras opciones pues al no existir proveedores suficientes puede resultar lento y costoso.
Luego, para definir la mejor alternativa de transporte, un exportador debe considerar las opciones de conectividad disponibles pues en algunos casos ello determinará el medio a utilizar. En segundo lugar, deberá analizar su producto y los requerimientos para su llegada en buen estado al mercado de destino en el plazo acordado y de acuerdo a ello confirmar los medios de transporte que se ajustan a dichas necesidades. Por último, deberá decidir si el producto es capaz de soportar el costo de transporte del medio elegido para mantener la rentabilidad estimada.
Finalmente, es posible afirmar que la selección del medio de transporte es un paso importante y determinante para el éxito de la operación por lo que una decisión tomada a la ligera podría eliminar o reducir el margen de ganancia o malograr la imagen del exportador frente a su cliente por incumplimiento. Una vez más estimado lector, para triunfar es necesario hacer la tarea.
La selección del medio de transporte adecuado pasa necesariamente por un análisis detallado del producto, el mercado de destino y las opciones de transporte disponibles a fin de evitar que un producto competitivo fracase por su incapacidad de cumplir con los plazos de entrega o que la rentabilidad de la operación se vea afectada por una elección equivocada del medio de transporte.
Entre los principales medios de transporte utilizados están: el transporte aéreo, marítimo, fluvial, lacustre, terrestre o multimodal (que combina dos o más de las opciones anteriores) y todos ellos poseen ventajas y a su vez inconvenientes que el empresario debe sopesar para hacer una elección acertada.
El transporte aéreo por ejemplo, se caracteriza por su rapidez y seguridad y suele ser muy rentable para mercancías de poco volumen pero de alto valor, sin embargo es el medio más costoso y sólo algunos productos soportan el flete aéreo. Por su parte, el transporte marítimo tiene la ventaja de ser el medio más económico en términos de precio por volumen pero su principal inconveniente es la lentitud ya que un envío puede tomar entre 7 y 15 días. El transporte terrestre es quizá el más utilizado pues suele ser rápido y económico para conectar dos puntos geográficamente cercanos. Así, no es de extrañar que en casi todas las operaciones de exportación se recurra a este medio en algún punto. El transporte fluvial o lacustre es también utilizado en ausencia de otras opciones pues al no existir proveedores suficientes puede resultar lento y costoso.
Luego, para definir la mejor alternativa de transporte, un exportador debe considerar las opciones de conectividad disponibles pues en algunos casos ello determinará el medio a utilizar. En segundo lugar, deberá analizar su producto y los requerimientos para su llegada en buen estado al mercado de destino en el plazo acordado y de acuerdo a ello confirmar los medios de transporte que se ajustan a dichas necesidades. Por último, deberá decidir si el producto es capaz de soportar el costo de transporte del medio elegido para mantener la rentabilidad estimada.
Finalmente, es posible afirmar que la selección del medio de transporte es un paso importante y determinante para el éxito de la operación por lo que una decisión tomada a la ligera podría eliminar o reducir el margen de ganancia o malograr la imagen del exportador frente a su cliente por incumplimiento. Una vez más estimado lector, para triunfar es necesario hacer la tarea.
jueves, 26 de abril de 2007
Vitamina para el crecimiento
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
En el Perú uno de cada diez trabajadores realiza sus labores en lo que llamamos una empresa mediana o grande (más de 50 trabajadores). Es más, ocho de cada diez trabajadores laboran en microempresas de menos de 10 trabajadores. Seis de ellos en microempresas familiares (hasta 4 trabajadores) y los dos restantes en microempresas que no llegan a tener 10 trabajadores. Si uno mira estas cifras por el lado del número de empresas encontrará que hay más de dos millones de empresas incluyendo a las microempresas familiares. Pero sólo 60 mil son pequeñas empresas y únicamente 5 mil son medianas o grandes.
Esta semana la ministra Pinilla ha presentado el bosquejo de una reforma laboral. El diagnóstico es sencillo. Sólo las primeras 65 mil empresas pueden ofrecer puestos de trabajo formales. De esos que vienen con 30 días de vacaciones, CTS, pensión cuando te jubilas, seguro social y una remuneración por tu trabajo que no puede ser menor que el salario mínimo. El resto de empresas no puede ofrecer tanto a sus trabajadores así que muchas veces este conjunto de beneficios laborales se expresa todo mezclado en una única remuneración, la cual muchas veces está por debajo del salario mínimo.
La pregunta de fondo es cuál es el objetivo que se quiere alcanzar con esta modificación en la legislación. Una opción es ampliar el universo de empresas y trabajadores formales con un fin meramente de ampliar el potencial de recaudación tributaria. Otra posibilidad es que estas medidas sirvan para mejorar la protección social de los trabajadores. En este debate regresa la misma pregunta de siempre: ¿por qué las empresas contratan de la forma como contratan? ¿Abusan de la ley o es que la ley abusa de ellas? Son muy poco productivas y por eso no pueden satisfacer la alta valla que la ley les impone, o es que simplemente frente a un Estado incapaz de hacer cumplir sus normas optan por ser más productivas evitando o eludiendo cumplirlas. Es decir, compiten deslealmente con el resto de empresas formales.
Me parece interesante la propuesta de la ministra en el sentido de apostar porque las empresas deberían irse graduando de tamaño. Pero lo que hace falta en la propuesta es que existan incentivos para crecer. Es decir si va a seguir siendo más rentable para un empresario tener dos empresas chicas que una del doble de tamaño porque la ley para las chicas es mejor, entonces estamos por mal camino. Es indispensable que el marco legal tributario y laboral promueva que a las empresas prefieran ser más grandes. Se necesita que alguien les de una vitamina de crecimiento porque de lo contrario si siguen del tamaño que tienen jamás podrán ofrecer un trabajo formal o permanente.
El tamaño de las empresas también depende del tamaño de los mercados que atienden. Si todo el mundo compra DVD piratas sencillamente el mercado de proyección de películas en el cine será tan pequeño que no más de dos empresas tomarán lo poco que queda de dicho mercado. O tendrán que mirar a otros mercados para poder sostener el tamaño de la empresa. Es por ello que es tan saludable que el Presidente García haya aceptado ir a Washington a buscar que los congresistas demócratas destraben la ratificación del TLC. El presidente está abriendo mercados para nuestras empresas. Elemento esencial en la receta para que las empresas pasen de pequeñas a medianas y de medianas a grandes. Sólo así serán sosteniblemente formales y podrán ofrecer esos empleos que hoy sólo uno de cada diez peruanos tiene.
En el Perú uno de cada diez trabajadores realiza sus labores en lo que llamamos una empresa mediana o grande (más de 50 trabajadores). Es más, ocho de cada diez trabajadores laboran en microempresas de menos de 10 trabajadores. Seis de ellos en microempresas familiares (hasta 4 trabajadores) y los dos restantes en microempresas que no llegan a tener 10 trabajadores. Si uno mira estas cifras por el lado del número de empresas encontrará que hay más de dos millones de empresas incluyendo a las microempresas familiares. Pero sólo 60 mil son pequeñas empresas y únicamente 5 mil son medianas o grandes.
Esta semana la ministra Pinilla ha presentado el bosquejo de una reforma laboral. El diagnóstico es sencillo. Sólo las primeras 65 mil empresas pueden ofrecer puestos de trabajo formales. De esos que vienen con 30 días de vacaciones, CTS, pensión cuando te jubilas, seguro social y una remuneración por tu trabajo que no puede ser menor que el salario mínimo. El resto de empresas no puede ofrecer tanto a sus trabajadores así que muchas veces este conjunto de beneficios laborales se expresa todo mezclado en una única remuneración, la cual muchas veces está por debajo del salario mínimo.
La pregunta de fondo es cuál es el objetivo que se quiere alcanzar con esta modificación en la legislación. Una opción es ampliar el universo de empresas y trabajadores formales con un fin meramente de ampliar el potencial de recaudación tributaria. Otra posibilidad es que estas medidas sirvan para mejorar la protección social de los trabajadores. En este debate regresa la misma pregunta de siempre: ¿por qué las empresas contratan de la forma como contratan? ¿Abusan de la ley o es que la ley abusa de ellas? Son muy poco productivas y por eso no pueden satisfacer la alta valla que la ley les impone, o es que simplemente frente a un Estado incapaz de hacer cumplir sus normas optan por ser más productivas evitando o eludiendo cumplirlas. Es decir, compiten deslealmente con el resto de empresas formales.
Me parece interesante la propuesta de la ministra en el sentido de apostar porque las empresas deberían irse graduando de tamaño. Pero lo que hace falta en la propuesta es que existan incentivos para crecer. Es decir si va a seguir siendo más rentable para un empresario tener dos empresas chicas que una del doble de tamaño porque la ley para las chicas es mejor, entonces estamos por mal camino. Es indispensable que el marco legal tributario y laboral promueva que a las empresas prefieran ser más grandes. Se necesita que alguien les de una vitamina de crecimiento porque de lo contrario si siguen del tamaño que tienen jamás podrán ofrecer un trabajo formal o permanente.
El tamaño de las empresas también depende del tamaño de los mercados que atienden. Si todo el mundo compra DVD piratas sencillamente el mercado de proyección de películas en el cine será tan pequeño que no más de dos empresas tomarán lo poco que queda de dicho mercado. O tendrán que mirar a otros mercados para poder sostener el tamaño de la empresa. Es por ello que es tan saludable que el Presidente García haya aceptado ir a Washington a buscar que los congresistas demócratas destraben la ratificación del TLC. El presidente está abriendo mercados para nuestras empresas. Elemento esencial en la receta para que las empresas pasen de pequeñas a medianas y de medianas a grandes. Sólo así serán sosteniblemente formales y podrán ofrecer esos empleos que hoy sólo uno de cada diez peruanos tiene.
domingo, 22 de abril de 2007
Buena recaudación, sin embargo....
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Terminó la campaña de regularización del pago del Impuesto a la Renta (IR) con una recaudación histórica de S/.3,700 millones de más de 540 mil contribuyentes. Con esto, el aporte del IR en el total de pago de impuestos (por encima de 6% del PBI) se acerca a la contribución del IGV (que en 2006 fue de 7.2% del PBI). Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para reducir la brecha de incumplimiento tributario. Un caso es la recaudación del IR de personas naturales. La regularización de este grupo fue de S/.135 millones, 16% mayor que la del año anterior. No obstante, este grupo -que comprende a más de 2.6 millones de trabajadores independientes con RUC- aún no tiene una participación importante en la recaudación, a diferencia de otros países. La fiscalización de los servicios independientes debe ser liderada por la Sunat; pero también debe ser un proceso en el que los clientes de estos servicios -consumidores- exijamos a nuestros proveedores boletas o recibos por honorarios que nos aseguren que pagarán impuestos.
Terminó la campaña de regularización del pago del Impuesto a la Renta (IR) con una recaudación histórica de S/.3,700 millones de más de 540 mil contribuyentes. Con esto, el aporte del IR en el total de pago de impuestos (por encima de 6% del PBI) se acerca a la contribución del IGV (que en 2006 fue de 7.2% del PBI). Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para reducir la brecha de incumplimiento tributario. Un caso es la recaudación del IR de personas naturales. La regularización de este grupo fue de S/.135 millones, 16% mayor que la del año anterior. No obstante, este grupo -que comprende a más de 2.6 millones de trabajadores independientes con RUC- aún no tiene una participación importante en la recaudación, a diferencia de otros países. La fiscalización de los servicios independientes debe ser liderada por la Sunat; pero también debe ser un proceso en el que los clientes de estos servicios -consumidores- exijamos a nuestros proveedores boletas o recibos por honorarios que nos aseguren que pagarán impuestos.
sábado, 21 de abril de 2007
Tipo de Cambio
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
La apreciación del sol respecto del dólar ha generado preocupación en algunos gremios exportadores, que argumentan que están perdiendo competitividad en los mercados del exterior. Pero el sol no es la única moneda que enfrenta esta situación. El sol se apreció en 8% en los últimos tres años, mientras que el real brasileño lo hizo en 35%, el peso chileno en 27% y el peso colombiano en 20%. Lo relevante es el comportamiento del tipo de cambio multilateral, que es el promedio ponderado de las monedas de los países con los cuales se comercia. Y el sol se ha depreciado respecto de esta canasta en 4% en ese período.
Se pide que las autoridades "hagan algo". El BCR ya ha comprado US$2,285 millones este año y US$10 mil millones entre el 2004 y el 2006. Lo que realmente hay que hacer es abrir más la economía bajando aranceles (¡los hay todavía en 25%!). Curiosamente, este pedido no está en la agenda de los gremios preocupados por el tipo de cambio.
La apreciación del sol respecto del dólar ha generado preocupación en algunos gremios exportadores, que argumentan que están perdiendo competitividad en los mercados del exterior. Pero el sol no es la única moneda que enfrenta esta situación. El sol se apreció en 8% en los últimos tres años, mientras que el real brasileño lo hizo en 35%, el peso chileno en 27% y el peso colombiano en 20%. Lo relevante es el comportamiento del tipo de cambio multilateral, que es el promedio ponderado de las monedas de los países con los cuales se comercia. Y el sol se ha depreciado respecto de esta canasta en 4% en ese período.
Se pide que las autoridades "hagan algo". El BCR ya ha comprado US$2,285 millones este año y US$10 mil millones entre el 2004 y el 2006. Lo que realmente hay que hacer es abrir más la economía bajando aranceles (¡los hay todavía en 25%!). Curiosamente, este pedido no está en la agenda de los gremios preocupados por el tipo de cambio.
jueves, 19 de abril de 2007
Del otro lado de la ventana
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Cuando manejamos nuestro auto tratamos de enfocar nuestros sentidos para evitar accidentes. Casi sin quererlo observamos una serie de situaciones que pasan a nuestro alrededor casi como llenando las imágenes. Vemos niños mendigando, personas intentando vender el último CD pirata con la música de moda, policías que tragan el humo sin la menor protección, etc. Es difícil ponerse del otro lado de la ventana y pensar en la vida que llevan estas personas. No sabemos si uno de esos niños en efecto es el mejor de su clase en la escuela a pesar que dedica largas horas de la noche a estar en su esquina. O si el señor que nos ofrece el último libro del próximo premio Nóbel ha trabajado antes como profesor de literatura. En fin, siempre es difícil ponerse en los pies del otro.
Empiezo esta columna de esta manera pues tenemos una sensación de historia ya vivida (¿recuerdan la discusión de chorreo?). Los números espectaculares de crecimiento económico siguen llenando titulares, los estimados de utilidades empresariales indican que se incrementarán en más del 30% con respecto a las ya generosas ganancias del 2006. Sin embargo, al costado de dichos titulares empiezan a regresar los de marchas de protesta, las señales de una absoluta incapacidad del gobierno de gastar y mucho menos de hacerlo bien. No es que nos moleste ver vacas circulando en frente a la universidad sino que estos problemas son sólo una continuación de una tendencia que ya vivimos al final del gobierno pasado. Es más, gran parte de la explicación de la votación tan regionalmente distinta estaba atada a la existencia de un boom en la costa mientras que en el resto del país la historia era distinta.
¿Por qué estamos repitiendo este patrón de inversiones privadas sesgado hacia lo urbano y costeño? Sencillamente porque es más rentable y más seguro. Piensen en un inversionista que tiene 10 millones de dólares y tiene que decidir entre un proyecto en Santiago de Chile a 3 horas de vuelo con más de tres frecuencias diarias y otro proyecto mucho más rentable pero que está ubicado en el medio de la sierras de Apurímac a donde cuesta llegar mucho más que el doble de tiempo, y eso cuando el clima lo permite. Mientras para el primer proyecto no hay riesgo alguno de que la población circundante no se sienta a gusto con dicho proyecto, en el otro los riesgos son múltiples. No sólo están limitados a la población sino a la inexistencia de infraestructura básica que haga más barato (y por lo tanto más rentable) el negocio. Si este empresario debe pagar impuestos y además seguridad privada porque la policía allí no llega, o construir caminos porque los que ofrece el Estado no son suficientes entonces lo más probable es que estas zonas seguirán siendo dejadas de lado. El verdadero shock de inversiones hoy es sin duda privado.
¿Puede ese Estado que no tiene capacidad de gestión de sus gastos además promover estas zonas? ¿A través de exoneraciones que queremos por otro lado eliminar? ¿A través de financiamiento que hoy parece sobrar? ¿A través de ¿Debemos seguir confiando en la capacidad redistributiva del Estado y por lo tanto seguir cobrando más impuestos con la esperanza que el gobierno ahora sí quiera mejorar la calidad de su gasto? Frente a estas preguntas a veces nos sentimos del otro lado de la ventana mirando perplejos como la oportunidad de mayor progreso para todos los peruanos se diluye otra vez.
Cuando manejamos nuestro auto tratamos de enfocar nuestros sentidos para evitar accidentes. Casi sin quererlo observamos una serie de situaciones que pasan a nuestro alrededor casi como llenando las imágenes. Vemos niños mendigando, personas intentando vender el último CD pirata con la música de moda, policías que tragan el humo sin la menor protección, etc. Es difícil ponerse del otro lado de la ventana y pensar en la vida que llevan estas personas. No sabemos si uno de esos niños en efecto es el mejor de su clase en la escuela a pesar que dedica largas horas de la noche a estar en su esquina. O si el señor que nos ofrece el último libro del próximo premio Nóbel ha trabajado antes como profesor de literatura. En fin, siempre es difícil ponerse en los pies del otro.
Empiezo esta columna de esta manera pues tenemos una sensación de historia ya vivida (¿recuerdan la discusión de chorreo?). Los números espectaculares de crecimiento económico siguen llenando titulares, los estimados de utilidades empresariales indican que se incrementarán en más del 30% con respecto a las ya generosas ganancias del 2006. Sin embargo, al costado de dichos titulares empiezan a regresar los de marchas de protesta, las señales de una absoluta incapacidad del gobierno de gastar y mucho menos de hacerlo bien. No es que nos moleste ver vacas circulando en frente a la universidad sino que estos problemas son sólo una continuación de una tendencia que ya vivimos al final del gobierno pasado. Es más, gran parte de la explicación de la votación tan regionalmente distinta estaba atada a la existencia de un boom en la costa mientras que en el resto del país la historia era distinta.
¿Por qué estamos repitiendo este patrón de inversiones privadas sesgado hacia lo urbano y costeño? Sencillamente porque es más rentable y más seguro. Piensen en un inversionista que tiene 10 millones de dólares y tiene que decidir entre un proyecto en Santiago de Chile a 3 horas de vuelo con más de tres frecuencias diarias y otro proyecto mucho más rentable pero que está ubicado en el medio de la sierras de Apurímac a donde cuesta llegar mucho más que el doble de tiempo, y eso cuando el clima lo permite. Mientras para el primer proyecto no hay riesgo alguno de que la población circundante no se sienta a gusto con dicho proyecto, en el otro los riesgos son múltiples. No sólo están limitados a la población sino a la inexistencia de infraestructura básica que haga más barato (y por lo tanto más rentable) el negocio. Si este empresario debe pagar impuestos y además seguridad privada porque la policía allí no llega, o construir caminos porque los que ofrece el Estado no son suficientes entonces lo más probable es que estas zonas seguirán siendo dejadas de lado. El verdadero shock de inversiones hoy es sin duda privado.
¿Puede ese Estado que no tiene capacidad de gestión de sus gastos además promover estas zonas? ¿A través de exoneraciones que queremos por otro lado eliminar? ¿A través de financiamiento que hoy parece sobrar? ¿A través de ¿Debemos seguir confiando en la capacidad redistributiva del Estado y por lo tanto seguir cobrando más impuestos con la esperanza que el gobierno ahora sí quiera mejorar la calidad de su gasto? Frente a estas preguntas a veces nos sentimos del otro lado de la ventana mirando perplejos como la oportunidad de mayor progreso para todos los peruanos se diluye otra vez.
¿Enfriamiento de la economía norteamericana?
Columna de Aldo Defilippi en Gestión
La crisis bursátil en la China denominada el efecto arroz en la última semana de febrero ha encendido las luces de alarma sobre el funcionamiento de la economía mundial. Es claro que a pesar de que nuestra economía está en crecimiento continuo también podría ser afectada por una crisis de la economía internacional.
Fundamentalmente, analistas económicos realizaron diversos pronósticos sobre un posible enfriamiento económico de la economía norteamericana. En este sentido, el influyente ex presidente de la Reserva Federal de los EE.UU., Alan Greenspan, consideró que existe un tercio de posibilidades que la economía de su país ingresara en un periodo de recesión. Semejante mensaje tuvo que ser rebatido por el actual encargado de la Fed, Ben Bernanke, quien manifestó que “en general, la economía estadounidense se expandirá probablemente a un ritmo moderado este año y el próximo, con un fortalecimiento del crecimiento parejo a la disminución del lastre del mercado inmobiliario". Según los cálculos de la Fed, durante 2007 el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU aumentará entre un 2,5% y un 3%, mientras que en 2008 se espera que los avances sean de entre un 2,75% y un 3%.
Por su parte, la entidad Business Roundtable, asociación que agrupa a los principales ejecutivos de las más importantes empresas –por un total de 10 millones de empleados y $4.5 trillones de ingresos anuales-, publicó una investigación sobre la opinión de los principales CEOs sobre la futura performance de la economía más afluente del mundo. La investigación muestra que los CEOs creen que la economía está creciendo a un ritmo razonable. Las proyecciones para ventas, inversiones y empleo muestran un crecimiento estable sin ningún tipo de aceleración o descenso pronunciado dentro de los próximos seis meses.
Sobre el crecimiento en general de la economía norteamericana, los CEOs han considerado que será de 2.9% sobre el PBI en 2007, ligeramente más optimista que los pronósticos de economistas que consideran que el crecimiento se ubicará en el rango de 2.3 a 2.8%.
Independientemente de los vaticinios de los profesionales de la economía, las crisis económicas y financieras en una era de gran integración económica, pueden provocar desajustes importantes para una economía pequeña como el Perú. Es por ello que el país debe tener una economía sólida que permita evitar o limitar los avatares de las diversas crisis internacionales.
Luego, más allá de las prudentes políticas macroeconómicas adoptadas en los últimos tiempos, el Perú necesita intensificar los esfuerzos para diversificar los mercados de destino de nuestras exportaciones y, al mismo tiempo, afianzar una estrategia de incorporación de valor agregado a la producción nacional destinada al mercado externo. Asimismo, resulta necesario profundizar en la política de promoción de inversiones y la reducción del riesgo país, la misma que deberá apoyarse necesariamente en la estabilidad macroeconómica y jurídica, el desarrollo de infraestructura y la mejora de la seguridad, entre otras tantas labores pendientes
La crisis bursátil en la China denominada el efecto arroz en la última semana de febrero ha encendido las luces de alarma sobre el funcionamiento de la economía mundial. Es claro que a pesar de que nuestra economía está en crecimiento continuo también podría ser afectada por una crisis de la economía internacional.
Fundamentalmente, analistas económicos realizaron diversos pronósticos sobre un posible enfriamiento económico de la economía norteamericana. En este sentido, el influyente ex presidente de la Reserva Federal de los EE.UU., Alan Greenspan, consideró que existe un tercio de posibilidades que la economía de su país ingresara en un periodo de recesión. Semejante mensaje tuvo que ser rebatido por el actual encargado de la Fed, Ben Bernanke, quien manifestó que “en general, la economía estadounidense se expandirá probablemente a un ritmo moderado este año y el próximo, con un fortalecimiento del crecimiento parejo a la disminución del lastre del mercado inmobiliario". Según los cálculos de la Fed, durante 2007 el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU aumentará entre un 2,5% y un 3%, mientras que en 2008 se espera que los avances sean de entre un 2,75% y un 3%.
Por su parte, la entidad Business Roundtable, asociación que agrupa a los principales ejecutivos de las más importantes empresas –por un total de 10 millones de empleados y $4.5 trillones de ingresos anuales-, publicó una investigación sobre la opinión de los principales CEOs sobre la futura performance de la economía más afluente del mundo. La investigación muestra que los CEOs creen que la economía está creciendo a un ritmo razonable. Las proyecciones para ventas, inversiones y empleo muestran un crecimiento estable sin ningún tipo de aceleración o descenso pronunciado dentro de los próximos seis meses.
Sobre el crecimiento en general de la economía norteamericana, los CEOs han considerado que será de 2.9% sobre el PBI en 2007, ligeramente más optimista que los pronósticos de economistas que consideran que el crecimiento se ubicará en el rango de 2.3 a 2.8%.
Independientemente de los vaticinios de los profesionales de la economía, las crisis económicas y financieras en una era de gran integración económica, pueden provocar desajustes importantes para una economía pequeña como el Perú. Es por ello que el país debe tener una economía sólida que permita evitar o limitar los avatares de las diversas crisis internacionales.
Luego, más allá de las prudentes políticas macroeconómicas adoptadas en los últimos tiempos, el Perú necesita intensificar los esfuerzos para diversificar los mercados de destino de nuestras exportaciones y, al mismo tiempo, afianzar una estrategia de incorporación de valor agregado a la producción nacional destinada al mercado externo. Asimismo, resulta necesario profundizar en la política de promoción de inversiones y la reducción del riesgo país, la misma que deberá apoyarse necesariamente en la estabilidad macroeconómica y jurídica, el desarrollo de infraestructura y la mejora de la seguridad, entre otras tantas labores pendientes
Reforma del Estado desde la micro
Columna de Guillermo Díaz en Gestión
En la actualidad la concepción de la Reforma del Estado es impulsada “desde arriba” , es decir dentro de un proceso que comanda el Poder Ejecutivo y donde, por ejemplo, existe un consenso casi unánime sobre el importante rol que juega el gasto público, no solo en términos de su calidad y eficiencia, sino también en relación a su misma ejecución. Y cuando nos referimos al gasto estamos pensando más que en el gasto corriente en el de capital y el social, justamente dos de las partidas, sobretodo la primera, que han sido variables de ajuste cuando los gobiernos, aumentando el gasto corriente, han hecho “esfuerzos” por cumplir las metas fiscales. Si bien lo anterior puede ser historia, el presente no deja de preocupar, por las contradicciones que se observan, cuando existiendo ingentes recursos fiscales, uno aprecia una parálisis en las instituciones del gobierno respecto a autorizaciones de gasto, a raíz de la “famosa” licitación de los patrulleros; y, adicionalmente, cuando las autoridades de una región como Ancash, que cuenta con un presupuesto “envidiable” producto de los sobresalientes resultados de la actividad minera, han impulsado un paro que trae como consecuencia altos costos económicos para la propia región.
Los hechos anteriores se dan en el actual contexto económico que tiene como principales fuerzas motoras, que: (i) las perspectivas de crecimiento para el presente año bordean e incluso, en algunos casos, superan el 7%, como consecuencia de un mayor aporte de la demanda interna que de la externa, es decir se observa una renovada confianza de los inversionistas y consumidores; (ii) los bancos de inversión coinciden en que el Perú es el país con la mayor probabilidad, en la región, en recibir, en los próximos meses, una calificación de grado de inversión; y (iii) la cartera de proyectos de inversión en minería, hidrocarburos y electricidad superan los US$15 mil millones en los próximos 5 años; entre otros.
¿Acaso las autoridades del gobierno, en su mas amplio sentido, central, regional y municipal, no son conscientes de que hoy mas que nunca urge reducir la pobreza, mejorando el gasto social y de infraestructura publica? ¿Qué registrar un superávit fiscal por segundo año consecutivo (tal como se vislumbra) más que ser una buena señal (en este contexto de altos ingresos públicos coincidente con un elevado índice de pobreza) puede ser reflejo de la incapacidad de gastar?. Lo que se requiere hoy en día es que el ciudadano de a pie recupere la confianza en la institución llamada “Gobierno”, que se sienta respaldado y respetado por éste. Como varias veces lo he mencionado a través de esta columna, la confianza del ciudadano en sus instituciones es un determinante clave en la senda de crecimiento futura de un país.
En esta línea, urge que la agenda del gobierno se concrete de manera integral y con plazos establecidos de manera que el ciudadano pueda evaluar su avance, con objetivos de mediano y largo plazo. En el corto plazo se vienen haciendo importantes esfuerzos en educación y los programas sociales, pero, ¿Qué viene mas adelante?. ¿Se está monitoreando la gestión de los gobiernos regionales? ¿y de los municipales?. Ante este panorama, ¿no sería mejor como propone Boza (2006) que se impulse una reforma desde una perspectiva “micro”?. Esta perspectiva lo que hace es rescatar aquellas buenas prácticas al interior del gobierno, para replicarlas a un mayor nivel y que de esta forma empezar a sentar las bases para que la Reforma del Estado se centre la gente y se oriente al ciudadano. Porque si bien la visión “macro” del gobierno presenta cierta ineficiencia e incapacidad para resolver los problemas, hay muchas experiencias a nivel “micro” que deben se rescatadas y replicadas, para lo cual, por ejemplo, el Premio de Buenas Practicas Gubernamentales, impulsado por Ciudadanos al Día (CAD), este año en su tercera edición, se constituye en una espléndida ocasión para reconocer que no todo es malo en el Estado, y que se puede mejorar la gestión pública “desde abajo”.
En suma, si bien no toda la gestión del “gobierno” es tan mala como parece, es cierto que todas las instancias de gobierno tienen la responsabilidad de replicar aquellas experiencias exitosas y desterrar aquellas que no funcionan. La reforma del Estado debe centrarse en el ciudadano, debe hacer que éste recupere la confianza en el Estado en su forma más integral (desde el ámbito municipal, regional y central, hasta los poderes Legislativo y Judicial), elemento indispensable en la senda de crecimiento futuro del país.
En la actualidad la concepción de la Reforma del Estado es impulsada “desde arriba” , es decir dentro de un proceso que comanda el Poder Ejecutivo y donde, por ejemplo, existe un consenso casi unánime sobre el importante rol que juega el gasto público, no solo en términos de su calidad y eficiencia, sino también en relación a su misma ejecución. Y cuando nos referimos al gasto estamos pensando más que en el gasto corriente en el de capital y el social, justamente dos de las partidas, sobretodo la primera, que han sido variables de ajuste cuando los gobiernos, aumentando el gasto corriente, han hecho “esfuerzos” por cumplir las metas fiscales. Si bien lo anterior puede ser historia, el presente no deja de preocupar, por las contradicciones que se observan, cuando existiendo ingentes recursos fiscales, uno aprecia una parálisis en las instituciones del gobierno respecto a autorizaciones de gasto, a raíz de la “famosa” licitación de los patrulleros; y, adicionalmente, cuando las autoridades de una región como Ancash, que cuenta con un presupuesto “envidiable” producto de los sobresalientes resultados de la actividad minera, han impulsado un paro que trae como consecuencia altos costos económicos para la propia región.
Los hechos anteriores se dan en el actual contexto económico que tiene como principales fuerzas motoras, que: (i) las perspectivas de crecimiento para el presente año bordean e incluso, en algunos casos, superan el 7%, como consecuencia de un mayor aporte de la demanda interna que de la externa, es decir se observa una renovada confianza de los inversionistas y consumidores; (ii) los bancos de inversión coinciden en que el Perú es el país con la mayor probabilidad, en la región, en recibir, en los próximos meses, una calificación de grado de inversión; y (iii) la cartera de proyectos de inversión en minería, hidrocarburos y electricidad superan los US$15 mil millones en los próximos 5 años; entre otros.
¿Acaso las autoridades del gobierno, en su mas amplio sentido, central, regional y municipal, no son conscientes de que hoy mas que nunca urge reducir la pobreza, mejorando el gasto social y de infraestructura publica? ¿Qué registrar un superávit fiscal por segundo año consecutivo (tal como se vislumbra) más que ser una buena señal (en este contexto de altos ingresos públicos coincidente con un elevado índice de pobreza) puede ser reflejo de la incapacidad de gastar?. Lo que se requiere hoy en día es que el ciudadano de a pie recupere la confianza en la institución llamada “Gobierno”, que se sienta respaldado y respetado por éste. Como varias veces lo he mencionado a través de esta columna, la confianza del ciudadano en sus instituciones es un determinante clave en la senda de crecimiento futura de un país.
En esta línea, urge que la agenda del gobierno se concrete de manera integral y con plazos establecidos de manera que el ciudadano pueda evaluar su avance, con objetivos de mediano y largo plazo. En el corto plazo se vienen haciendo importantes esfuerzos en educación y los programas sociales, pero, ¿Qué viene mas adelante?. ¿Se está monitoreando la gestión de los gobiernos regionales? ¿y de los municipales?. Ante este panorama, ¿no sería mejor como propone Boza (2006) que se impulse una reforma desde una perspectiva “micro”?. Esta perspectiva lo que hace es rescatar aquellas buenas prácticas al interior del gobierno, para replicarlas a un mayor nivel y que de esta forma empezar a sentar las bases para que la Reforma del Estado se centre la gente y se oriente al ciudadano. Porque si bien la visión “macro” del gobierno presenta cierta ineficiencia e incapacidad para resolver los problemas, hay muchas experiencias a nivel “micro” que deben se rescatadas y replicadas, para lo cual, por ejemplo, el Premio de Buenas Practicas Gubernamentales, impulsado por Ciudadanos al Día (CAD), este año en su tercera edición, se constituye en una espléndida ocasión para reconocer que no todo es malo en el Estado, y que se puede mejorar la gestión pública “desde abajo”.
En suma, si bien no toda la gestión del “gobierno” es tan mala como parece, es cierto que todas las instancias de gobierno tienen la responsabilidad de replicar aquellas experiencias exitosas y desterrar aquellas que no funcionan. La reforma del Estado debe centrarse en el ciudadano, debe hacer que éste recupere la confianza en el Estado en su forma más integral (desde el ámbito municipal, regional y central, hasta los poderes Legislativo y Judicial), elemento indispensable en la senda de crecimiento futuro del país.
sábado, 14 de abril de 2007
Agradable sorpresa
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
Contra lo que estábamos acostumbrados, el Congreso se muestra más consciente de la necesidad de gastar los recursos públicos de manera diligente. Un informe de su Comisión de Presupuesto analiza cómo las regiones y municipios tienen más de S/.3,000 millones sin gastar. La comisión no cae en el fácil recurso de vapulear al SNIP y cuestiona la gestión de los gobiernos regionales (GR): "Los cuellos de botella que impiden la inversión se encontrarían en la normatividad y en el ineficiente gerenciamiento. El salto de la pobreza a la bonanza ha sorprendido a los GR y locales que no estaban preparados para (...) administrar tal cantidad de recursos. Algunos (...) no han sabido aprovechar el Fondo de Apoyo Gerencial para el Sector Público (...) que ha asignado S/.1.5 millones para que contraten (...) técnicos calificados para que elaboren proyectos de inversión. Sin embargo, se han dedicado a contratar como asesores a allegados que no reúnen las calificaciones adecuadas".
Contra lo que estábamos acostumbrados, el Congreso se muestra más consciente de la necesidad de gastar los recursos públicos de manera diligente. Un informe de su Comisión de Presupuesto analiza cómo las regiones y municipios tienen más de S/.3,000 millones sin gastar. La comisión no cae en el fácil recurso de vapulear al SNIP y cuestiona la gestión de los gobiernos regionales (GR): "Los cuellos de botella que impiden la inversión se encontrarían en la normatividad y en el ineficiente gerenciamiento. El salto de la pobreza a la bonanza ha sorprendido a los GR y locales que no estaban preparados para (...) administrar tal cantidad de recursos. Algunos (...) no han sabido aprovechar el Fondo de Apoyo Gerencial para el Sector Público (...) que ha asignado S/.1.5 millones para que contraten (...) técnicos calificados para que elaboren proyectos de inversión. Sin embargo, se han dedicado a contratar como asesores a allegados que no reúnen las calificaciones adecuadas".
jueves, 12 de abril de 2007
Las asociaciones público-privadas
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Para que el Perú continúe mejorando su competitividad es necesario que siga en su proceso de apertura comercial y, en paralelo, mejore activamente su infraestructura para que nuestros productos compitan adecuadamente en el mundo. Según estudios del IPE, la brecha de inversión en infraestructura llega a US$ 23,000 millones. Una herramienta para disminuir esta brecha es desarrollar aún más las asociaciones público-privadas (APP), que permiten que el Estado y el sector privado, compartiendo adecuadamente los riesgos y la inversión, desarrollen infraestructura. En el Perú ya hay casos interesantes y también perfectibles de APP en carreteras, en saneamiento y en aeropuertos. Sin embargo, las APP también pueden y deben ser utilizadas en los sistemas penitenciarios, escuelas, establecimientos de salud u otros sectores que necesiten mejorar sus servicios (en Inglaterra se ha llegado a invertir con APP hasta en el sector Defensa). Lo importante (y que no debe olvidarse) es establecer y presupuestar los recursos que el Estado está dispuesto a invertir, hacer un buen balance de los riesgos que debe asumir el sector privado y el Estado y, sobre todo, pensar en el servicio que quiere ofrecer el Estado a sus ciudadanos.
Para que el Perú continúe mejorando su competitividad es necesario que siga en su proceso de apertura comercial y, en paralelo, mejore activamente su infraestructura para que nuestros productos compitan adecuadamente en el mundo. Según estudios del IPE, la brecha de inversión en infraestructura llega a US$ 23,000 millones. Una herramienta para disminuir esta brecha es desarrollar aún más las asociaciones público-privadas (APP), que permiten que el Estado y el sector privado, compartiendo adecuadamente los riesgos y la inversión, desarrollen infraestructura. En el Perú ya hay casos interesantes y también perfectibles de APP en carreteras, en saneamiento y en aeropuertos. Sin embargo, las APP también pueden y deben ser utilizadas en los sistemas penitenciarios, escuelas, establecimientos de salud u otros sectores que necesiten mejorar sus servicios (en Inglaterra se ha llegado a invertir con APP hasta en el sector Defensa). Lo importante (y que no debe olvidarse) es establecer y presupuestar los recursos que el Estado está dispuesto a invertir, hacer un buen balance de los riesgos que debe asumir el sector privado y el Estado y, sobre todo, pensar en el servicio que quiere ofrecer el Estado a sus ciudadanos.
Faltan las respuestas
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
En mi última columna presenté evidencia de que había un tema por explicar cuando se revisaba los indicadores de rentabilidad ajustada por riesgo de los multifondos que administran las AFP. El punto es realmente simple: imagínense que tengo 2 activos disponibles para invertir mi fondo previsional. Uno es muy rentable y riesgoso (fondo 3) y el otro es poco rentable y poco riesgoso (fondo 1). Lo lógico sería que el fondo 2 esté a medio camino. Es decir, no sea ni tan rentable o riesgoso como el fondo 3 pero más rentable y riesgoso que el fondo 1. El problema de las cifras que mostré para febrero de este año es que el fondo 2 es menos rentable que una combinación de los fondos 1 y 3 para igual riesgo en promedio.
Si yo fuera un afiliado que está actualmente en el fondo 2 estaría piteando como tren de sierra. Alguien tiene que explicar que es lo que está pasando. Y ojo que las cuatro AFP están en la misma situación así que nadie se salva de la crítica. Una posible explicación es la que apuntaba la semana pasada: medir el riesgo de mañana mirando eventos pasados es a todas luces incorrecto pero también es lo menos arbitrario. Nadie puede negar que la forma como la SBS ha escogido medir el riesgo es lo más simple posible.
Sin embargo, asumamos que ese no es el problema sino otro. Una primera posibilidad es que la regulación de la SBS y el BCRP hacen que las AFP no puedan tener un manejo eficiente del portafolio de los fondos previsionales. Esta hipótesis sugeriría que dado que el fondo 2 es el más grande, las AFP no tienen capacidad de diversificar los actuales recursos invertidos en dichos fondos porque las reglas de inversión son muy restrictivas.
La segunda posibilidad es que el problema no está en los límites de inversión sino que la oferta de activos financieros en los cuales pueden invertir las AFP son muy limitados y por lo tanto es imposible hacer un manejo eficiente de los fondos previsionales. Es decir, no es que las AFP pequen por no tener lo que se llama un manejo activo de los fondos previsionales sino que no hay en donde más poner los fondos. Digamos que para frenar un incendio sería mejor utilizar baldes pero si lo único que tengo a disposición son vasitos descartables de cumpleaños infantil el resultado va a ser menos eficiente. El problema es que el que se quema en esta historia es el afiliado quien termina con una menor pensión.
Una tercera posibilidad es que este resultado es un efecto no deseado de la estrategia comercial que están siguiendo las AFP. Basta revisar los diarios y uno encontrará que lo que estas instituciones venden es una rentabilidad mayor. El problema es que esta estrategia no sólo deja de comunicar el verdadero sentido de las AFP -otorgar pensiones más altas-, sino que promueve un manejo del portafolio que no necesariamente está en línea con otorgar un balance entre rentabilidad y riesgo a todos los afiliados.
En el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico hicimos el cálculo para los cinco multifondos chilenos utilizando la metodología de la SBS y nos salió algo muy similar para el mes de febrero de 2007. Si en algo nos diferenciamos de Chile en el tema de AFP es que ellos tienen regulaciones menos estrictas y tienen menos problemas de oferta insuficiente de activos. Habría que preguntarse si esto es pura casualidad pues no encontramos este problema en los multifondos chilenos cuando hicimos el mismo cálculo para otro mes. Las preguntas están planteadas, ahora faltan las respuestas.
En mi última columna presenté evidencia de que había un tema por explicar cuando se revisaba los indicadores de rentabilidad ajustada por riesgo de los multifondos que administran las AFP. El punto es realmente simple: imagínense que tengo 2 activos disponibles para invertir mi fondo previsional. Uno es muy rentable y riesgoso (fondo 3) y el otro es poco rentable y poco riesgoso (fondo 1). Lo lógico sería que el fondo 2 esté a medio camino. Es decir, no sea ni tan rentable o riesgoso como el fondo 3 pero más rentable y riesgoso que el fondo 1. El problema de las cifras que mostré para febrero de este año es que el fondo 2 es menos rentable que una combinación de los fondos 1 y 3 para igual riesgo en promedio.
Si yo fuera un afiliado que está actualmente en el fondo 2 estaría piteando como tren de sierra. Alguien tiene que explicar que es lo que está pasando. Y ojo que las cuatro AFP están en la misma situación así que nadie se salva de la crítica. Una posible explicación es la que apuntaba la semana pasada: medir el riesgo de mañana mirando eventos pasados es a todas luces incorrecto pero también es lo menos arbitrario. Nadie puede negar que la forma como la SBS ha escogido medir el riesgo es lo más simple posible.
Sin embargo, asumamos que ese no es el problema sino otro. Una primera posibilidad es que la regulación de la SBS y el BCRP hacen que las AFP no puedan tener un manejo eficiente del portafolio de los fondos previsionales. Esta hipótesis sugeriría que dado que el fondo 2 es el más grande, las AFP no tienen capacidad de diversificar los actuales recursos invertidos en dichos fondos porque las reglas de inversión son muy restrictivas.
La segunda posibilidad es que el problema no está en los límites de inversión sino que la oferta de activos financieros en los cuales pueden invertir las AFP son muy limitados y por lo tanto es imposible hacer un manejo eficiente de los fondos previsionales. Es decir, no es que las AFP pequen por no tener lo que se llama un manejo activo de los fondos previsionales sino que no hay en donde más poner los fondos. Digamos que para frenar un incendio sería mejor utilizar baldes pero si lo único que tengo a disposición son vasitos descartables de cumpleaños infantil el resultado va a ser menos eficiente. El problema es que el que se quema en esta historia es el afiliado quien termina con una menor pensión.
Una tercera posibilidad es que este resultado es un efecto no deseado de la estrategia comercial que están siguiendo las AFP. Basta revisar los diarios y uno encontrará que lo que estas instituciones venden es una rentabilidad mayor. El problema es que esta estrategia no sólo deja de comunicar el verdadero sentido de las AFP -otorgar pensiones más altas-, sino que promueve un manejo del portafolio que no necesariamente está en línea con otorgar un balance entre rentabilidad y riesgo a todos los afiliados.
En el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico hicimos el cálculo para los cinco multifondos chilenos utilizando la metodología de la SBS y nos salió algo muy similar para el mes de febrero de 2007. Si en algo nos diferenciamos de Chile en el tema de AFP es que ellos tienen regulaciones menos estrictas y tienen menos problemas de oferta insuficiente de activos. Habría que preguntarse si esto es pura casualidad pues no encontramos este problema en los multifondos chilenos cuando hicimos el mismo cálculo para otro mes. Las preguntas están planteadas, ahora faltan las respuestas.
Creadores de fujimorismo
Columna de Carlos Adrianzen en Peru 21
Mentir sobre el pasado reciente es resbaladizo. Por más progre o políticamente correcto que luzca el coro, resulta difícil esconder las evidencias frescas. El fujimorismo -incluyendo a Fujimori- implica un fenómeno de hartazgo político. La proverbial ineptitud y la corrupción que nos gobernaron en las cuatro décadas previas explican por qué los electores saltaron al vacío. Fujimori resultó elegido como un rebote. La diferencia -después- se asoció a su manejo monetario, fiscal y comercial. Algo solo menos cantinflesco que el recetario histórico de la izquierda limeña. Para mal de los fujimoristas, su régimen abandonó pronto las reformas pendientes y cayó en errores similares a los que explicaron su aparición. Hoy resulta tragicómico descubrir cómo la madre -izquierda- quiere asesinar a su criatura -fujimorismo- casi de la misma forma en que la engendró: planteando políticas económicas notablemente torpes (anti-TLC, pro empresas estatales, sobreganancias, etc.).
Mentir sobre el pasado reciente es resbaladizo. Por más progre o políticamente correcto que luzca el coro, resulta difícil esconder las evidencias frescas. El fujimorismo -incluyendo a Fujimori- implica un fenómeno de hartazgo político. La proverbial ineptitud y la corrupción que nos gobernaron en las cuatro décadas previas explican por qué los electores saltaron al vacío. Fujimori resultó elegido como un rebote. La diferencia -después- se asoció a su manejo monetario, fiscal y comercial. Algo solo menos cantinflesco que el recetario histórico de la izquierda limeña. Para mal de los fujimoristas, su régimen abandonó pronto las reformas pendientes y cayó en errores similares a los que explicaron su aparición. Hoy resulta tragicómico descubrir cómo la madre -izquierda- quiere asesinar a su criatura -fujimorismo- casi de la misma forma en que la engendró: planteando políticas económicas notablemente torpes (anti-TLC, pro empresas estatales, sobreganancias, etc.).
lunes, 9 de abril de 2007
Evaluando riesgos futuros mirando el pasado
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Más de alguno de ustedes se le abrirán los ojos de la curiosidad al ver que semana tras semana los titulares que registran una vez más un nuevo record en la Bolsa de Valores. A más de uno le picarán los dedos para sacar los ahorros, vender algún activo que no usan y como se dice animarse a “jugar” a invertir en la Bolsa. Lo cierto es que la Bolsa de Valores de Lima viene mostrando un dinamismo que muy pocos países pueden mostrar, tal vez la bolsa de Vietnam sea una de las pocas que pueda compararse con los rendimientos alcanzados por nuestra bolsa. Luego de que el indice general aumentara más de 150% en el 2006, la bolsa viene acumulando más de 30% de aumento en lo que va del año. Obviamente que frente a esas tasas de rentabilidad más de uno se pone nervioso y está dispuesto a vender el auto, la casa y hasta endeudarse para ser parte de esta fiesta.
Entre los que están más contentos con estos resultados son quienes ante el lanzamiento de los multifondos en las AFP decidieron migrar del fondo 2 al fondo 3. Más de uno a podido prácticamente duplicar su fondo en un poco menos de un año. Así como lo lee. Por ello, muchas personas han decidido migrar algo tarde y muchas otras han empezado a utilizar los aportes voluntarios como una mejor alternativa de inversión.
Frente a estos acontecimientos y con el ánimo de moderar a los que ya estaban empezando a pedir prestado para invertir, la Superintendencia de Banca y Seguros ha empezado el mes pasado a publicar las rentabilidades ajustadas por riesgo de los tres tipos de fondos que ofrecen las AFP. La idea de esta iniciativa es un intento de proveer información útil para los usuarios del sistema privado de pensiones con el fin de que tomen decisiones informadas. Para nadie es un secreto, o al menos no lo debería ser que la mayor rentabilidad típicamente viene acompañada de un mayor riesgo. El gran problema es cómo medir dicho riesgo. He puesto en el gráfico los 12 fondos actualmente disponibles con los datos reportados a febrero de este año por la SBS. Hay varias cosas interesantes que salen de este gráfico.
Primero, como se puede apreciar por ahora se distinguen tres grupos bien claramente definidos. Esto era muy importante para que los multifondos no fueran un fracaso. En segundo lugar aún los 4 fondos tipo 2 se siguen pareciendo demasiado. Señal que necesitan más activos para diferenciarse y realmente competir entre sí. En tercer lugar, los 4 fondos tipo 2 están ofreciendo rentabilidades ajustadas por riesgo que no estarían de acuerdo con la idea de un manejo eficiente del portafolio. Claramente una combinación de fondo 1 y fondo 3 ofrecería una mejor rentabilidad que el actual fondo 2.
Esto hace dudar de la medida de riesgo adoptada por la SBS. Es claro que el riesgo debería medirse en función a lo que pueda pasar en el futuro con el rendimiento de estos fondos. En ese sentido el pasado no tiene porque ser un buen indicador del futuro. Y como resulta muy complejo tener alguna otra medida mi consejo es que usted se haga la siguiente pregunta antes de tomar una decisión al respecto. ¿Cuánto del valor de su portafolio estaría dispuesto a perder al final de un año de inversión? Si su respuesta es menos de 5% entonces váyase al fondo 1, si es 10 quédese en el fondo 2 y si 15 no le da miedo apueste por el fondo 3. Eso sí, en cualquier caso, prenda la vela a su santo. Total, eso no cuesta.
Más de alguno de ustedes se le abrirán los ojos de la curiosidad al ver que semana tras semana los titulares que registran una vez más un nuevo record en la Bolsa de Valores. A más de uno le picarán los dedos para sacar los ahorros, vender algún activo que no usan y como se dice animarse a “jugar” a invertir en la Bolsa. Lo cierto es que la Bolsa de Valores de Lima viene mostrando un dinamismo que muy pocos países pueden mostrar, tal vez la bolsa de Vietnam sea una de las pocas que pueda compararse con los rendimientos alcanzados por nuestra bolsa. Luego de que el indice general aumentara más de 150% en el 2006, la bolsa viene acumulando más de 30% de aumento en lo que va del año. Obviamente que frente a esas tasas de rentabilidad más de uno se pone nervioso y está dispuesto a vender el auto, la casa y hasta endeudarse para ser parte de esta fiesta.
Entre los que están más contentos con estos resultados son quienes ante el lanzamiento de los multifondos en las AFP decidieron migrar del fondo 2 al fondo 3. Más de uno a podido prácticamente duplicar su fondo en un poco menos de un año. Así como lo lee. Por ello, muchas personas han decidido migrar algo tarde y muchas otras han empezado a utilizar los aportes voluntarios como una mejor alternativa de inversión.
Frente a estos acontecimientos y con el ánimo de moderar a los que ya estaban empezando a pedir prestado para invertir, la Superintendencia de Banca y Seguros ha empezado el mes pasado a publicar las rentabilidades ajustadas por riesgo de los tres tipos de fondos que ofrecen las AFP. La idea de esta iniciativa es un intento de proveer información útil para los usuarios del sistema privado de pensiones con el fin de que tomen decisiones informadas. Para nadie es un secreto, o al menos no lo debería ser que la mayor rentabilidad típicamente viene acompañada de un mayor riesgo. El gran problema es cómo medir dicho riesgo. He puesto en el gráfico los 12 fondos actualmente disponibles con los datos reportados a febrero de este año por la SBS. Hay varias cosas interesantes que salen de este gráfico.
Primero, como se puede apreciar por ahora se distinguen tres grupos bien claramente definidos. Esto era muy importante para que los multifondos no fueran un fracaso. En segundo lugar aún los 4 fondos tipo 2 se siguen pareciendo demasiado. Señal que necesitan más activos para diferenciarse y realmente competir entre sí. En tercer lugar, los 4 fondos tipo 2 están ofreciendo rentabilidades ajustadas por riesgo que no estarían de acuerdo con la idea de un manejo eficiente del portafolio. Claramente una combinación de fondo 1 y fondo 3 ofrecería una mejor rentabilidad que el actual fondo 2.
Esto hace dudar de la medida de riesgo adoptada por la SBS. Es claro que el riesgo debería medirse en función a lo que pueda pasar en el futuro con el rendimiento de estos fondos. En ese sentido el pasado no tiene porque ser un buen indicador del futuro. Y como resulta muy complejo tener alguna otra medida mi consejo es que usted se haga la siguiente pregunta antes de tomar una decisión al respecto. ¿Cuánto del valor de su portafolio estaría dispuesto a perder al final de un año de inversión? Si su respuesta es menos de 5% entonces váyase al fondo 1, si es 10 quédese en el fondo 2 y si 15 no le da miedo apueste por el fondo 3. Eso sí, en cualquier caso, prenda la vela a su santo. Total, eso no cuesta.
miércoles, 4 de abril de 2007
¿Ganan ellos?
Columna de Carlos Adrianzen en Peru 21
Están felices. Ahora que los sectores mercantilistas del Congreso de EE.UU. proponen extender dos años más el regalito (el ATPDEA) y que ciertos sectores del gobierno local descubren un entusiasmo sugestivamente tacaño por cerrar el TLC con los Estados Unidos, no son pocos los que se mueren de risa. Con el ATPDEA renovado, sienten que no habrá cambios. Que otra vez ganó el statu quo. Así sonríen hoy y públicamente: empresarios criollísimamente quebrados, demócratas simpatizantes de dictaduras, académicos progresistas pero políticamente correctos, dictadores sindicales, sumisos chavistas locales y otros vivazos que creen que el antinorteamericanismo es una ideología. Frente a ellos quedamos la mayoría: todos los demás. Gente que trabaja, hace negocios y vive en un país que sufre un defecto básico: ni exporta ni invierte lo que requiere para progresar. El TLC nos ayudaría a superar este problema. Recuérdenlo: ganando ellos, perdemos todos.
Están felices. Ahora que los sectores mercantilistas del Congreso de EE.UU. proponen extender dos años más el regalito (el ATPDEA) y que ciertos sectores del gobierno local descubren un entusiasmo sugestivamente tacaño por cerrar el TLC con los Estados Unidos, no son pocos los que se mueren de risa. Con el ATPDEA renovado, sienten que no habrá cambios. Que otra vez ganó el statu quo. Así sonríen hoy y públicamente: empresarios criollísimamente quebrados, demócratas simpatizantes de dictaduras, académicos progresistas pero políticamente correctos, dictadores sindicales, sumisos chavistas locales y otros vivazos que creen que el antinorteamericanismo es una ideología. Frente a ellos quedamos la mayoría: todos los demás. Gente que trabaja, hace negocios y vive en un país que sufre un defecto básico: ni exporta ni invierte lo que requiere para progresar. El TLC nos ayudaría a superar este problema. Recuérdenlo: ganando ellos, perdemos todos.
martes, 3 de abril de 2007
Crecimiento económico: ¿en piloto automático?
Columna de Claudia Cooper en Gestión
No cabe duda que estamos dentro de un círculo virtuoso. El crecimiento en el Perú fue en el 2006 en tercero más alto de la región después de Argentina y Venezuela, lo que en realidad constituye un primer lugar dado lo artificial de la expansión en éstos dos países, donde se crece producto de los exponenciales impulsos monetarios y fiscales cuyo daño viene siendo cada vez más difícil de ocultar: alta inflación en un contexto de cada vez menos efectivos controles de precios. Sin embargo, a pesar de encontrarnos en la cumbre de un optimismo enmarcado en un ciclo económico global sin precedentes, hay que destacar la clara desaceleración de EEUU y aunque a ésta parece oponérsele una sobre la economía china de mayor claridad, riesgos como la real influencia de las variables financieras en los precios de los commodities, están aún presentes. En segundo lugar y mirando más cerca a nuestros vecinos con economías de mercado, como Chile y Colombia, observamos un crecimiento que viene presentando cuellos de botella reflejados en una creciente inflación y en políticas monetarias que inician ya su periodo contractivo. Así, mientras los Bancos Centrales de Chile y Colombia incrementaron sus tasas de interés en 3% y 2.25% respectivamente, en el Perú el incremento fue de 1.5% entre diciembre del 2005 y mayo del 2006 y se trató más que de un mecanismo para frenar la inflación ante el crecimiento de la demanda interna, de uno para anclar las expectativas devaluatorias que traía la incertidumbre electoral. Cabe pues preguntarse, ¿Qué particularidades tan favorables afectan al Perú que podemos seguir indefinidamente creciendo a esas tasas, superiores a la de nuestros pares o similares a las asiáticas, sin que exista ningún cuello de botella, sin inflación y con bajísimas tasas de interés?
La presencia de las aún tímidas reformas aplicadas en el Perú y que contrastan con los agresivos cambios en los países asiáticos y Chile en la década anterior, nos deberían hacer reflexionar sobre nuestras reales posibilidades de desarrollo. Así en los exitosos casos de crecimiento encontramos claras apuestas de política económica: (i) agresiva apertura comercial, (ii) clara apuesta en la flexibilidad laboral, especialmente en Asia y (iii) tajante apertura y profundización del mercado de capitales, sobre todo en Chile. En este marco, el sentido común diría que por lo menos deberíamos ahondar un poco en la explicación de este fenómeno expansivo y no asumir que por alguna razón de la Providencia seremos el próximo Chile o más optimistamente aún que nos estamos convirtiendo en China. Uno de los argumentos más utilizados a favor de la aceleración sostenida sin inflación es que la inversión y la productividad en el Perú vienen creciendo. Si bien esto es cierto, hay que destacar también que este fenómeno está también presente, y con mayor ímpetu, en nuestros países vecinos. Así, en el 2006, la inversión extranjera hacia Chile y Colombia bordaría los $ 7,000 y 6,000 millones respectivamente, mientras que el Perú ésta sólo habría alcanzado los $ 3,400 millones. En el periodo 2004 y 2005 la figura es similar, siendo la inversión extranjera en el Perú un 25% de la colombiana y la chilena. En cuanto a la inversión privada interna, el Perú muestra cifras de crecimiento promedio en el último ciclo expansivo (2002-06) de aproximadamente 10% promedio anual, tasa similar a la chilena pero muy inferior al 20% colombiano. Es claro el que hay bases para un merecido optimismo; sin embargo, para que éste sea sostenible no basta seguir la ola internacional y a la cada vez más aparente euforia en la confianza local, ya que la primera entró en una clara desaceleración y la segunda ha demostrado alta volatilidad. ¿Es pues razonable pronosticar que seremos el próximo Chile? Si comparamos las cifras macroeconómicas peruanas con las de nuestro vecino del sur a inicios de los 90s, la respuesta parece afirmativa. Sin embargo hay importantes diferencias: el grado de desarrollo educativo, político y jurídico era mucho mayor en el Chile de la década pasada de lo que es el Perú hoy día y lo mismo ocurre con la informalidad. Así, sería actuar con demasiada complacencia, creer que en la carrera hacia el primer lugar de “éxito” en América del Sur está sólo el Perú, ya que si bien nuestras logros macroeconómicos son claros, en lo referente al desarrollo institucional estamos rezagados, aspectos a los que la inversión claramente es sensible como lo demuestran las cifras presentadas. En este sentido, si bien las últimas medidas tributarias han apuntado claramente en la dirección correcta, la apuesta por la inversión ha sido tímida. La reforma tributaria Colombiana se la jugó por la atracción de capitales, dirección que no estuvo exenta de un fuerte costo político, que implicó importantes reveses en el Congreso y finalmente terminó en la salida del Ministro de Economía. Así, se bajó el impuesto a la renta para los capitales y se mejoró la exención a la inversión. Sus críticos adujeron inconsistencia e inequidad. Inconsistencia porque es necesario que disminuya la tasa del IVA y que no aumente y equidad, porque ésta carecería de una estructura más justa para las clases menos favorecidas. No es pues gratis la alta apuesta por Colombia y Chile hacia la inversión. Finalmente, cabe destacar que a la baja inflación en el Perú vienen aportando factores que inciden negativamente en la inversión, especialmente la ligada a la infraestructura y servicios públicos. Así, en el Perú parece haber cierto sesgo hacia el control de tarifas, reflejadas en la caída de 1.5% en el componente de la inflación ligado a tarifas de energía y telecomunicaciones. Otra prueba de que la demanda viene creciendo más que la oferta en el estratégico sector energético es que mientras las tarifas no reguladas han aumentado 7% en el último año, las reguladas han caído en 5%. En el sector transportes las políticas parecen también destinadas a generar nuevos cuellos de botella. La reducción de frecuencias internacionales a Lan Chile, empresa con claro éxito en al abastecimiento aerocomercial, probablemente incidirán en una presión al alza en las tarifas, lo que luego incentivará a nuestro Estado a “regularlas”, iniciándose así en círculo vicioso de regulación-desabastecimiento-regulación. En este estado de cosas, donde en el Perú seguimos creyendo que el éxito llega a bajo costo ¿no estamos haciendo cada día más difícil las inversiones necesarias para garantizar un adecuado abastecimiento de servicios públicos, especialmente si queremos continuar creciendo a más de 7%, y sin inflación? ¿Como vamos a alcanzar a Chile y Colombia con mayor impuesto a la renta, menores tarifas públicas y mayor deterioro en el ambiente de inversión?
No cabe duda que estamos dentro de un círculo virtuoso. El crecimiento en el Perú fue en el 2006 en tercero más alto de la región después de Argentina y Venezuela, lo que en realidad constituye un primer lugar dado lo artificial de la expansión en éstos dos países, donde se crece producto de los exponenciales impulsos monetarios y fiscales cuyo daño viene siendo cada vez más difícil de ocultar: alta inflación en un contexto de cada vez menos efectivos controles de precios. Sin embargo, a pesar de encontrarnos en la cumbre de un optimismo enmarcado en un ciclo económico global sin precedentes, hay que destacar la clara desaceleración de EEUU y aunque a ésta parece oponérsele una sobre la economía china de mayor claridad, riesgos como la real influencia de las variables financieras en los precios de los commodities, están aún presentes. En segundo lugar y mirando más cerca a nuestros vecinos con economías de mercado, como Chile y Colombia, observamos un crecimiento que viene presentando cuellos de botella reflejados en una creciente inflación y en políticas monetarias que inician ya su periodo contractivo. Así, mientras los Bancos Centrales de Chile y Colombia incrementaron sus tasas de interés en 3% y 2.25% respectivamente, en el Perú el incremento fue de 1.5% entre diciembre del 2005 y mayo del 2006 y se trató más que de un mecanismo para frenar la inflación ante el crecimiento de la demanda interna, de uno para anclar las expectativas devaluatorias que traía la incertidumbre electoral. Cabe pues preguntarse, ¿Qué particularidades tan favorables afectan al Perú que podemos seguir indefinidamente creciendo a esas tasas, superiores a la de nuestros pares o similares a las asiáticas, sin que exista ningún cuello de botella, sin inflación y con bajísimas tasas de interés?
La presencia de las aún tímidas reformas aplicadas en el Perú y que contrastan con los agresivos cambios en los países asiáticos y Chile en la década anterior, nos deberían hacer reflexionar sobre nuestras reales posibilidades de desarrollo. Así en los exitosos casos de crecimiento encontramos claras apuestas de política económica: (i) agresiva apertura comercial, (ii) clara apuesta en la flexibilidad laboral, especialmente en Asia y (iii) tajante apertura y profundización del mercado de capitales, sobre todo en Chile. En este marco, el sentido común diría que por lo menos deberíamos ahondar un poco en la explicación de este fenómeno expansivo y no asumir que por alguna razón de la Providencia seremos el próximo Chile o más optimistamente aún que nos estamos convirtiendo en China. Uno de los argumentos más utilizados a favor de la aceleración sostenida sin inflación es que la inversión y la productividad en el Perú vienen creciendo. Si bien esto es cierto, hay que destacar también que este fenómeno está también presente, y con mayor ímpetu, en nuestros países vecinos. Así, en el 2006, la inversión extranjera hacia Chile y Colombia bordaría los $ 7,000 y 6,000 millones respectivamente, mientras que el Perú ésta sólo habría alcanzado los $ 3,400 millones. En el periodo 2004 y 2005 la figura es similar, siendo la inversión extranjera en el Perú un 25% de la colombiana y la chilena. En cuanto a la inversión privada interna, el Perú muestra cifras de crecimiento promedio en el último ciclo expansivo (2002-06) de aproximadamente 10% promedio anual, tasa similar a la chilena pero muy inferior al 20% colombiano. Es claro el que hay bases para un merecido optimismo; sin embargo, para que éste sea sostenible no basta seguir la ola internacional y a la cada vez más aparente euforia en la confianza local, ya que la primera entró en una clara desaceleración y la segunda ha demostrado alta volatilidad. ¿Es pues razonable pronosticar que seremos el próximo Chile? Si comparamos las cifras macroeconómicas peruanas con las de nuestro vecino del sur a inicios de los 90s, la respuesta parece afirmativa. Sin embargo hay importantes diferencias: el grado de desarrollo educativo, político y jurídico era mucho mayor en el Chile de la década pasada de lo que es el Perú hoy día y lo mismo ocurre con la informalidad. Así, sería actuar con demasiada complacencia, creer que en la carrera hacia el primer lugar de “éxito” en América del Sur está sólo el Perú, ya que si bien nuestras logros macroeconómicos son claros, en lo referente al desarrollo institucional estamos rezagados, aspectos a los que la inversión claramente es sensible como lo demuestran las cifras presentadas. En este sentido, si bien las últimas medidas tributarias han apuntado claramente en la dirección correcta, la apuesta por la inversión ha sido tímida. La reforma tributaria Colombiana se la jugó por la atracción de capitales, dirección que no estuvo exenta de un fuerte costo político, que implicó importantes reveses en el Congreso y finalmente terminó en la salida del Ministro de Economía. Así, se bajó el impuesto a la renta para los capitales y se mejoró la exención a la inversión. Sus críticos adujeron inconsistencia e inequidad. Inconsistencia porque es necesario que disminuya la tasa del IVA y que no aumente y equidad, porque ésta carecería de una estructura más justa para las clases menos favorecidas. No es pues gratis la alta apuesta por Colombia y Chile hacia la inversión. Finalmente, cabe destacar que a la baja inflación en el Perú vienen aportando factores que inciden negativamente en la inversión, especialmente la ligada a la infraestructura y servicios públicos. Así, en el Perú parece haber cierto sesgo hacia el control de tarifas, reflejadas en la caída de 1.5% en el componente de la inflación ligado a tarifas de energía y telecomunicaciones. Otra prueba de que la demanda viene creciendo más que la oferta en el estratégico sector energético es que mientras las tarifas no reguladas han aumentado 7% en el último año, las reguladas han caído en 5%. En el sector transportes las políticas parecen también destinadas a generar nuevos cuellos de botella. La reducción de frecuencias internacionales a Lan Chile, empresa con claro éxito en al abastecimiento aerocomercial, probablemente incidirán en una presión al alza en las tarifas, lo que luego incentivará a nuestro Estado a “regularlas”, iniciándose así en círculo vicioso de regulación-desabastecimiento-regulación. En este estado de cosas, donde en el Perú seguimos creyendo que el éxito llega a bajo costo ¿no estamos haciendo cada día más difícil las inversiones necesarias para garantizar un adecuado abastecimiento de servicios públicos, especialmente si queremos continuar creciendo a más de 7%, y sin inflación? ¿Como vamos a alcanzar a Chile y Colombia con mayor impuesto a la renta, menores tarifas públicas y mayor deterioro en el ambiente de inversión?
domingo, 1 de abril de 2007
Sigamos mirando al mundo II
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Esta semana, los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) se pusieron de acuerdo en el 75% de los aranceles base, requisito para iniciar negociaciones y poder lograr un Acuerdo de Asociación Bilateral con la Unión Europea (UE). Al igual que con la firma del TLC con EE.UU. (que podría hacer crecer en un punto adicional el PBI peruano en los primeros cinco años del tratado), el acuerdo con la UE nos permitiría acceder de forma permanente a un mercado más grande que el peruano: Perú representa el 0.18% del PBI mundial mientras que solo el Reino Unido, Alemania e Italia juntos representan más del 13%. El mercado de la UE recibe más del 17% de nuestras exportaciones y sería también una vía adicional para ser menos vulnerables a la volatilidad de los mercados internacionales. Mayor competitividad y diversificación de las exportaciones, mercados conocidos consolidados y nuevos mercados son la mejor forma de seguir creciendo y generar empleo.
Esta semana, los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) se pusieron de acuerdo en el 75% de los aranceles base, requisito para iniciar negociaciones y poder lograr un Acuerdo de Asociación Bilateral con la Unión Europea (UE). Al igual que con la firma del TLC con EE.UU. (que podría hacer crecer en un punto adicional el PBI peruano en los primeros cinco años del tratado), el acuerdo con la UE nos permitiría acceder de forma permanente a un mercado más grande que el peruano: Perú representa el 0.18% del PBI mundial mientras que solo el Reino Unido, Alemania e Italia juntos representan más del 13%. El mercado de la UE recibe más del 17% de nuestras exportaciones y sería también una vía adicional para ser menos vulnerables a la volatilidad de los mercados internacionales. Mayor competitividad y diversificación de las exportaciones, mercados conocidos consolidados y nuevos mercados son la mejor forma de seguir creciendo y generar empleo.
¿Contrarreforma del Estado?
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
El Gobierno se encuentra frente a una situación inédita en los últimos 50 años: dispone de recursos pero no los puede gastar. Se desespera, dicta medidas para acelerar los procedimientos y presiona a las entidades ejecutoras para que corran -con los riesgos que esto conlleva, como se vio en el caso de los patrulleros-, pero la ejecución del gasto sigue retrasada. Para poder gastar más rápido y bien, se requiere revisar el sistema de contrataciones y adquisiciones del Estado -diseñado en épocas de penurias fiscales, cuando se quería 'trabar' el gasto-. Pero, sobre todo, se requiere de una gestión diligente: funcionarios capaces y honestos, que puedan priorizar los proyectos en forma técnica y conducir adecuadamente los procesos de adquisición. Lamentablemente, el Gobierno no lo entiende. Se ha concentrado en unas cuantas fusiones de organismos y, por el contrario, ha impuesto restricciones remunerativas que están alejando a estos técnicos del sector público.
El Gobierno se encuentra frente a una situación inédita en los últimos 50 años: dispone de recursos pero no los puede gastar. Se desespera, dicta medidas para acelerar los procedimientos y presiona a las entidades ejecutoras para que corran -con los riesgos que esto conlleva, como se vio en el caso de los patrulleros-, pero la ejecución del gasto sigue retrasada. Para poder gastar más rápido y bien, se requiere revisar el sistema de contrataciones y adquisiciones del Estado -diseñado en épocas de penurias fiscales, cuando se quería 'trabar' el gasto-. Pero, sobre todo, se requiere de una gestión diligente: funcionarios capaces y honestos, que puedan priorizar los proyectos en forma técnica y conducir adecuadamente los procesos de adquisición. Lamentablemente, el Gobierno no lo entiende. Se ha concentrado en unas cuantas fusiones de organismos y, por el contrario, ha impuesto restricciones remunerativas que están alejando a estos técnicos del sector público.
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