Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Si algo caracterizó al primer gobierno del actual presidente fue su ímpetu desmedido, que era bien resumido por el apodo que se ganó en esos años. Por eso es que resulta tan importante en nuestros países contar con instituciones que sirvan de contrapeso. Muchas veces, no son las instituciones sino sólo ciertas personas en las instituciones las que cumplen dicho rol.
El último jueves el presidente optó por relanzar vía decreto de urgencia el shock de inversiones a través de un tratamiento de shock a una pequeña parte del largo proceso que implica hacer inversión desde el sector público. Una vez más la acción del gobierno recayó equivocadamente en el SNIP. Son cuatro los sectores del Ejecutivo que son responsables de más del 80 por ciento de la inversión pública: agricultura, vivienda y saneamiento, educación y transportes. Estos sectores, luego del decreto de urgencia podrán negociar con el MEF los parámetros bajos los cuales el SNIP les dará el OK para iniciar sus proyectos. Es decir, en lugar de que todos los sectores, todos los proyectos de inversión pública sean evaluados bajo los mismos estándares ahora podremos tener estándares diferenciados. ¿Alguien podría explicarle a la ciudadanía si tiene sentido hacer esto con nuestro dinero? Pongámonos del lado del gobierno y supongamos que lejos de reducirse el nivel de exigencia que hoy tiene el SNIP este se mantendrá. Supongamos que el hecho de evaluar la viabilidad del proyecto mirando únicamente el perfil integral –el cual aún nadie termina de definir- en lugar de mirar el perfil, el estudio de pre-factibilidad y el de factibilidad no reducirá la calidad de los proyectos.
Paso al tema de fondo. ¿Por qué el shock de inversiones no fue lo que se quiso que fuera? ¿Por qué el presidente sigue furioso al ver que la plata sobra, pero lo único que se inaugura son comisiones de alto nivel para ir a resolver los conflictos regionales? ¿Es el SNIP el culpable? La respuesta clara y precisa es NO. Si uno mira la cantidad de proyectos que ya fueron declarados viables por ese SNIP supuestamente paquidérmico encontrará que hay más de 12 mil proyectos a los cuales el SNIP ya les dio el OK y no se ha gastado un sol. Para ninguno de ellos se necesitaba el urgente decreto de urgencia. Obviamente que otra cosa es que los proyectos que este gobierno o los nuevos gobiernos regionales quieren hacer no estén en la lista de los ya aprobados por el SNIP. No hay que confundir prioridades con procedimientos. Lo primero no puede saltar por encima a lo segundo.
Finalmente el presidente ha criticado el centralismo limeño y el ministro Garrido Lecca ha repetido que el SNIP tiene un problema de “limeñocentrismo” en su diseño. En palabras menos complicadas imagino que el presidente y el ministro quieren decir que el SNIP (o mejor dicho el MEF) cree que los gobiernos regionales no son capaces de decidir. Es increíble lo desinformados que están el presidente y el ministro. El SNIP ya está descentralizado desde inicios de este año. Hoy, los gobiernos regionales son los únicos responsables de evaluar y aprobar sus proyectos de inversión pública. Antes había montos que establecían límites a esta facultad. Eso ya desapareció. Así como lo lee.
Me preocupa que el ministro Carranza quien seguro logrará sacar un decreto que parche el decreto de urgencia no haya dicho nada sobre el otro decreto de urgencia. Aquel que exonera el proyecto de Alto Piura de la evaluación del SNIP. Los arqueros son buenos si impiden goles que se disparen con pelotas de fútbol, pero los golazos con pelota de playa son los que echan por tierra su reputación.
jueves, 17 de mayo de 2007
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