Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Es difícil regresar de París de mal humor, pero el Ministro Carranza regresó especialmente contento la semana pasada pues logró que los países miembros del llamado Club de París acogieran con simpatía la propuesta peruana de repagar algo más de 2,600 millones de dólares. A fines de junio sabremos si los países aceptan en firme este ofrecimiento del gobierno peruano, pero todo hace suponer que no habrá mayores complicaciones.
Para entonces el Perú podrá mostrar indicadores mucho más sólidos. Lo usual en la comparación internacional es mirar el ratio de deuda externa con respecto al PBI. Este indicador compara el tamaño de la deuda acumulada por un país con respecto al valor de los bienes que produce en un año. Esa comparación es medio extraña pues compara un flujo (PBI) con un stock (deuda externa). Sea como fuere, el Perú por mucho tiempo no podía bajar dicho ratio a menos de 50 por ciento. Desde el punto de vista de una familia era como si para cancelar la deuda se necesitara la mitad del total de ingresos que una familia pudiera lograr en un año. Luego de varios años de crecimiento de los ingresos fiscales se ha logrado que ese ratio baje significativamente. Se espera que dicho ratio esté bordeando el 20 por ciento al final del año.
En términos de estándares internacionales ese número era alto. Argentina y Brasil, que no tienen grado de inversión, tienen ratios de deuda sobre PBI de más de 70 por ciento. Chile y México, que sí tienen grado de inversión, tienen ratios que no superan el 10 y el 25 por ciento, respectivamente. No es lo mismo ser parte del mundo de economías emergentes que de las economías desarrolladas. Nuestra capacidad de endeudamiento con respecto a nuestros ingresos es sin duda mucho menor a la de dichos países. Por eso no debe sorprender que Japón tenga un ratio de 180 por ciento o que Estados Unidos tenga un ratio mayor al 60 por ciento y nadie les diga nada.
Es curioso pero en Perú a muchos les parece mal que el gobierno prepague una deuda. Escuché a un congresista decir que cómo era posible que se dejaran de atender otras necesidades urgentes para pagar antes de tiempo una deuda con países. A muchos les cuesta entender que el gobierno como cualquier persona debe tener un manejo activo de sus obligaciones y que el gobierno debe salir cada año al mercado financiero a buscar recursos. A ninguno de nosotros nos gusta tener que pagar muchas deudas a la misma vez, es más cómodo cuando estas se estiran en el tiempo. Asimismo, es mejor tener que buscar financiar un monto menor dado que los mercados penalizan a quien está demasiado necesitado de fondos. Además, cualquiera estará a favor de pagar menos intereses por la misma deuda. Por estas razones es que el MEF hace estas operaciones.
En realidad el MEF va a cambiar una obligación en dólares a cambio de otra obligación en soles. Al poner una mayor proporción de sus obligaciones en la misma moneda en la que recibe sus ingresos el gobierno reduce el riesgo cambiario. Sin embargo, dicho riesgo es trasladado a quien compra esa deuda. Si las AFP quienes adquieren dichos bonos, pero los trabajadores les pedirán su jubilación en dólares entonces serán los trabajadores quienes asuman dicho riesgo. Sería interesante que antes de que oficialmente se nos otorgue el grado de inversión el Perú pueda empezar a emitir internacionalmente deuda en soles. Es decir, que el riesgo lo tome algún inversionista extranjero. Esta podría ser una excelente oportunidad pues aún la situación de los mercados financieros internacionales es bastante buena, el tamaño de la emisión le daría la liquidez que los mercados internacionales requieren y la percepción sobre el futuro del Perú afuera es claramente positiva. ¿Se animará el MEF a dar el gran salto y hacer del sol una moneda internacionalmente valiosa?
jueves, 31 de mayo de 2007
domingo, 27 de mayo de 2007
Capital humano para el sector público
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
¿Cómo hago para trabajar en la administración pública?, fue una pregunta que me hicieron hace poco un grupo de alumnas de economía del último ciclo de la Universidad del Pacífico. A diferencia de los alumnos que quieren dedicarse al sector privado, en donde antes de terminar la carrera muchos de ellos ya tienen contratos asegurados, en el caso de la administración pública, a excepción del BCR, la respuesta no es sencilla. Más allá de tener un contacto en algún ministerio, aún no existe un mecanismo institucional que le permita a ese capital humano recién formado postular y trabajar en la administración pública y, sobre todo, tener una perspectiva clara de cuál puede ser su línea de carrera en el futuro. Es urgente canalizar el interés por lo "público" de forma transparente. Debemos terminar la reforma de la carrera pública, debemos cambiar también el sistema de pagos a uno por objetivos y que reconozca la meritocracia. Además, debemos incentivar y apoyar que más jóvenes busquen perfeccionarse con maestrías o doctorados y que puedan regresar al país a fortalecer y modernizar la administración pública. Si queremos un buen y cada vez mejor servicio público, el Estado debe poder competir con el sector privado para tener y retener a los mejores profesionales.
¿Cómo hago para trabajar en la administración pública?, fue una pregunta que me hicieron hace poco un grupo de alumnas de economía del último ciclo de la Universidad del Pacífico. A diferencia de los alumnos que quieren dedicarse al sector privado, en donde antes de terminar la carrera muchos de ellos ya tienen contratos asegurados, en el caso de la administración pública, a excepción del BCR, la respuesta no es sencilla. Más allá de tener un contacto en algún ministerio, aún no existe un mecanismo institucional que le permita a ese capital humano recién formado postular y trabajar en la administración pública y, sobre todo, tener una perspectiva clara de cuál puede ser su línea de carrera en el futuro. Es urgente canalizar el interés por lo "público" de forma transparente. Debemos terminar la reforma de la carrera pública, debemos cambiar también el sistema de pagos a uno por objetivos y que reconozca la meritocracia. Además, debemos incentivar y apoyar que más jóvenes busquen perfeccionarse con maestrías o doctorados y que puedan regresar al país a fortalecer y modernizar la administración pública. Si queremos un buen y cada vez mejor servicio público, el Estado debe poder competir con el sector privado para tener y retener a los mejores profesionales.
sábado, 26 de mayo de 2007
¿Quien quiere un monopolio?
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
El proyecto de ley de crédito suplementario que obliga a todas las entidades públicas -gobierno central, gobiernos regionales y municipalidades- a depositar sus fondos exclusivamente en el Banco de la Nación pone de manifiesto las complejidades de la descentralización. La medida pretendería ordenar la administración financiera de los fondos públicos, después del caso de la región Áncash, que ilustró la inexperiencia de una autoridad regional, de un lado, y la falta de directivas claras del Gobierno Nacional, de otro. Otra vez, un problema de gestión pretende ser resuelto con una medida drástica, dictada desde arriba y aplicable para todos. En lugar de pretender retornar a un monopolio centralista e inviable, se debería formular un buen reglamento, capacitar a los funcionarios y establecer un sistema de información y supervisión. Estos son, precisamente, los temas que deben definirse y afinarse en el proceso de descentralización.
El proyecto de ley de crédito suplementario que obliga a todas las entidades públicas -gobierno central, gobiernos regionales y municipalidades- a depositar sus fondos exclusivamente en el Banco de la Nación pone de manifiesto las complejidades de la descentralización. La medida pretendería ordenar la administración financiera de los fondos públicos, después del caso de la región Áncash, que ilustró la inexperiencia de una autoridad regional, de un lado, y la falta de directivas claras del Gobierno Nacional, de otro. Otra vez, un problema de gestión pretende ser resuelto con una medida drástica, dictada desde arriba y aplicable para todos. En lugar de pretender retornar a un monopolio centralista e inviable, se debería formular un buen reglamento, capacitar a los funcionarios y establecer un sistema de información y supervisión. Estos son, precisamente, los temas que deben definirse y afinarse en el proceso de descentralización.
lunes, 21 de mayo de 2007
Conflictos Sociales y el SNIP
Columna de Elmer Cuba en Gestión
Arequipa está a punto de entrar a un paro regional si el gobierno no soluciona las demandas de mayores impuestos a una empresa minera. Hace unas semanas en las regiones de Loreto, Cusco y Ancash también se realizaron paralizaciones lideradas por sus respectivos presidentes regionales. Por otro lado, hubo paralizaciones en Piura vinculadas al algodón y al arroz. En Moquegua, por límites con Tacna. Adicionalmente, en las regiones cocaleras se vive en estado de emergencia permanente.
Si a esto le sumamos la huelga minera y el problema de los ganaderos productores de leche tenemos un cuadro que puede desbordar el hasta ahora adecuado manejo político del Gobierno.
El Primer Ministro no puede estar en todo sitio al mismo tiempo. Los demás ministros harían bien en resolver los problemas en el ámbito de sus competencias. Y hablamos de resolver y no crear mayores problemas, como el caso del Acta de Tocache o la promesa de regular el precio de la leche.
Esta conflictiva situación política ha llevado al gobierno central a tratar de contener los reclamos a través del relajamiento del Sistema Nacional de Inversión Pública. Por supuesto que no todos los problemas nacen del SNIP, pero algo ayudará el nuevo SNIP descentralizado.
El SNIP fue creado en el año 2000 para asegurar la eficiencia económica/social, eficacia y pertinencia de los proyectos de inversión pública.
La cultura de proyectos económica y socialmente rentables es relativamente reciente en el Perú. Antes del SNIP bastaba un expediente técnico para la ejecución de un proyecto.
Unos burdos ejemplos
El faro. Supongamos que a alguien (autoridad pública o un proveedor privado) se le ocurre construir un faro. Aparece un expediente técnico. El pueblo quiere un faro. Es posible construir un faro en términos ingenieriles. Hay recursos, se construye el faro.
Nadie se preguntó si se requería un faro. ¿Gana el pueblo con el faro? ¿Cuántas embarcaciones lo necesitan? ¿Qué tipo de faro es el que se requiere? ¿Es posible otra solución, otra ubicación? ¿Tiene el pueblo otras necesidades cubiertas? ¿Los usuarios del faro pueden cofinanciarlo? ¿Se tienen recursos para cubrir la operación anual del faro?.
El estadio de fútbol. El pueblo necesita un estadio de fútbol. Todo pueblo con amor propio debe tener un estadio de fútbol. Pero, éste no necesita tener tanta capacidad que sólo se llenaría una vez al mes si el equipo del pueblo juega en el campeonato descentralizado y es además un animador del mismo.
Nacimiento, vida breve y ¿muerte? del SNIP
Justamente para evaluar la viabilidad de todo proyecto de inversión pública (PIP) se necesita un sistema. Lamentablemente, los ministros desde el año 2000 no han hecho lo suficiente para que éste funcione adecuadamente. Es decir, que el sistema no entre en conflicto abierto con los tiempos de las regiones y la política.
El SNIP es una reforma de segunda generación cuya implementación no se ha cuidado lo suficiente y que está a punto de liquidarse. Pero, si no existiese el sistema, habría que inventarlo nuevamente.
Antes de 2007, el MEF podía emitir una opinión técnica sobre un PIP e impedir su ejecución. Luego de enero de 2007, el MEF podía emitir opinión técnica pero no impedir su ejecución. Luego del 10 de mayo, sólo le quedaría “coordinar” los lineamientos de un perfil (no aprobar los mismos).
Los ministros de economía no pueden tolerar rigideces que terminen con el sistema mismo. La situación ameritaba medidas extraordinarias transitorias: que los evaluadores pasen a ser formuladores y viceversa; que se pida apoyo internacional; que se pida apoyo al sector privado y universidades. Cualquiera de estas alternativas tenía costos que sin embargo serían menores a derribar el sistema.
Tampoco se puede perpetrar un retroceso en materia de cultura de proyectos, ni alegremente pasar por alto el sistema, como acaba de ocurrir en el caso de un proyecto en Piura.
En general, detrás de cada exoneración suelen haber malos proyectos públicos y buenos negocios privados. ¿Dónde está la prensa especializada?.
Pero no todo comienza ni termina en el SNIP. Hay proyectos aprobados que no se ejecutan. Esto arroja indicios de falta de capacidades gerenciales en la gestión pública. Sin embargo, ningún funcionario regional o municipal puede ganar más que el presidente o el alcalde, a los que además se les ha rebajado el sueldo. El canon crecerá exponencialmente en 2007 y 2008 y no irá de la mano con las reales capacidades de los gobiernos subnacionales.
Arequipa está a punto de entrar a un paro regional si el gobierno no soluciona las demandas de mayores impuestos a una empresa minera. Hace unas semanas en las regiones de Loreto, Cusco y Ancash también se realizaron paralizaciones lideradas por sus respectivos presidentes regionales. Por otro lado, hubo paralizaciones en Piura vinculadas al algodón y al arroz. En Moquegua, por límites con Tacna. Adicionalmente, en las regiones cocaleras se vive en estado de emergencia permanente.
Si a esto le sumamos la huelga minera y el problema de los ganaderos productores de leche tenemos un cuadro que puede desbordar el hasta ahora adecuado manejo político del Gobierno.
El Primer Ministro no puede estar en todo sitio al mismo tiempo. Los demás ministros harían bien en resolver los problemas en el ámbito de sus competencias. Y hablamos de resolver y no crear mayores problemas, como el caso del Acta de Tocache o la promesa de regular el precio de la leche.
Esta conflictiva situación política ha llevado al gobierno central a tratar de contener los reclamos a través del relajamiento del Sistema Nacional de Inversión Pública. Por supuesto que no todos los problemas nacen del SNIP, pero algo ayudará el nuevo SNIP descentralizado.
El SNIP fue creado en el año 2000 para asegurar la eficiencia económica/social, eficacia y pertinencia de los proyectos de inversión pública.
La cultura de proyectos económica y socialmente rentables es relativamente reciente en el Perú. Antes del SNIP bastaba un expediente técnico para la ejecución de un proyecto.
Unos burdos ejemplos
El faro. Supongamos que a alguien (autoridad pública o un proveedor privado) se le ocurre construir un faro. Aparece un expediente técnico. El pueblo quiere un faro. Es posible construir un faro en términos ingenieriles. Hay recursos, se construye el faro.
Nadie se preguntó si se requería un faro. ¿Gana el pueblo con el faro? ¿Cuántas embarcaciones lo necesitan? ¿Qué tipo de faro es el que se requiere? ¿Es posible otra solución, otra ubicación? ¿Tiene el pueblo otras necesidades cubiertas? ¿Los usuarios del faro pueden cofinanciarlo? ¿Se tienen recursos para cubrir la operación anual del faro?.
El estadio de fútbol. El pueblo necesita un estadio de fútbol. Todo pueblo con amor propio debe tener un estadio de fútbol. Pero, éste no necesita tener tanta capacidad que sólo se llenaría una vez al mes si el equipo del pueblo juega en el campeonato descentralizado y es además un animador del mismo.
Nacimiento, vida breve y ¿muerte? del SNIP
Justamente para evaluar la viabilidad de todo proyecto de inversión pública (PIP) se necesita un sistema. Lamentablemente, los ministros desde el año 2000 no han hecho lo suficiente para que éste funcione adecuadamente. Es decir, que el sistema no entre en conflicto abierto con los tiempos de las regiones y la política.
El SNIP es una reforma de segunda generación cuya implementación no se ha cuidado lo suficiente y que está a punto de liquidarse. Pero, si no existiese el sistema, habría que inventarlo nuevamente.
Antes de 2007, el MEF podía emitir una opinión técnica sobre un PIP e impedir su ejecución. Luego de enero de 2007, el MEF podía emitir opinión técnica pero no impedir su ejecución. Luego del 10 de mayo, sólo le quedaría “coordinar” los lineamientos de un perfil (no aprobar los mismos).
Los ministros de economía no pueden tolerar rigideces que terminen con el sistema mismo. La situación ameritaba medidas extraordinarias transitorias: que los evaluadores pasen a ser formuladores y viceversa; que se pida apoyo internacional; que se pida apoyo al sector privado y universidades. Cualquiera de estas alternativas tenía costos que sin embargo serían menores a derribar el sistema.
Tampoco se puede perpetrar un retroceso en materia de cultura de proyectos, ni alegremente pasar por alto el sistema, como acaba de ocurrir en el caso de un proyecto en Piura.
En general, detrás de cada exoneración suelen haber malos proyectos públicos y buenos negocios privados. ¿Dónde está la prensa especializada?.
Pero no todo comienza ni termina en el SNIP. Hay proyectos aprobados que no se ejecutan. Esto arroja indicios de falta de capacidades gerenciales en la gestión pública. Sin embargo, ningún funcionario regional o municipal puede ganar más que el presidente o el alcalde, a los que además se les ha rebajado el sueldo. El canon crecerá exponencialmente en 2007 y 2008 y no irá de la mano con las reales capacidades de los gobiernos subnacionales.
domingo, 20 de mayo de 2007
Sin crisis, con crecimiento mediocre
Columna de Fernando Zavala en Peru 21
Una reciente investigación del economista Sebastián Edwards titulada Crisis y Crecimiento muestra cómo América Latina ha perdido 16% de su PBI en los últimos 25 años debido a las diferentes crisis que ha enfrentado. Sin embargo, también señala que es muy difícil que los países de la región sufran este tipo de crisis en los próximos 15 años. La parte preocupante del estudio es que tampoco se ven posibilidades de crecimiento importante en el futuro, salvo que se realicen reformas profundas en los países. No habrá mayores crisis porque los países han avanzado en controlar los desequilibrios económicos y han mejorado su grado de apertura comercial. No obstante, no se ha avanzado en las reformas institucionales, las ligadas a educación y a la promoción de la inversión privada que, finalmente, son las políticas que te hacen crecer por encima del promedio del resto de los países. En el caso peruano, no debemos perder el paso y dejar que temas coyunturales nos paralicen o nos distraigan de los temas importantes. Sigamos avanzando y terminemos la reforma educativa, iniciemos la reforma laboral, mejoremos la infraestructura y promovamos la inversión privada a paso acelerado.
Una reciente investigación del economista Sebastián Edwards titulada Crisis y Crecimiento muestra cómo América Latina ha perdido 16% de su PBI en los últimos 25 años debido a las diferentes crisis que ha enfrentado. Sin embargo, también señala que es muy difícil que los países de la región sufran este tipo de crisis en los próximos 15 años. La parte preocupante del estudio es que tampoco se ven posibilidades de crecimiento importante en el futuro, salvo que se realicen reformas profundas en los países. No habrá mayores crisis porque los países han avanzado en controlar los desequilibrios económicos y han mejorado su grado de apertura comercial. No obstante, no se ha avanzado en las reformas institucionales, las ligadas a educación y a la promoción de la inversión privada que, finalmente, son las políticas que te hacen crecer por encima del promedio del resto de los países. En el caso peruano, no debemos perder el paso y dejar que temas coyunturales nos paralicen o nos distraigan de los temas importantes. Sigamos avanzando y terminemos la reforma educativa, iniciemos la reforma laboral, mejoremos la infraestructura y promovamos la inversión privada a paso acelerado.
sábado, 19 de mayo de 2007
Fortalecer el SNIP con buenos técnicos
Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
Como nunca, el Gobierno tiene dinero y, comprensiblemente, lo quiere gastar. No puede hacerlo al ritmo que quisiera y busca mecanismos para evadir un sistema que no funciona. Cree que saltándose el SNIP lo logrará. Se equivoca. El problema de ejecución de gasto va mucho más allá del SNIP. La compra de patrulleros no pasó por el SNIP, e igual naufragó. Es un tema de mal funcionamiento de un Estado que no está preparado para el reto de gastar bien. Paradójicamente, en lugar de reformarlo, el Gobierno lo debilita más al ahuyentar con topes salariales a técnicos capaces -y, poco a poco, copándolo con gente del partido-. El SNIP es un filtro para garantizar la calidad del gasto. Como todo instrumento, es perfectible. En vez de mejorarlo, se le quiere evitar. Si hubiera habido SNIP en el pasado, no se habría malgastado en el Tren Eléctrico ni en otros elefantes blancos. El Gobierno debería afinar la puntería si realmente está interesado en gastar bien nuestros impuestos.
Como nunca, el Gobierno tiene dinero y, comprensiblemente, lo quiere gastar. No puede hacerlo al ritmo que quisiera y busca mecanismos para evadir un sistema que no funciona. Cree que saltándose el SNIP lo logrará. Se equivoca. El problema de ejecución de gasto va mucho más allá del SNIP. La compra de patrulleros no pasó por el SNIP, e igual naufragó. Es un tema de mal funcionamiento de un Estado que no está preparado para el reto de gastar bien. Paradójicamente, en lugar de reformarlo, el Gobierno lo debilita más al ahuyentar con topes salariales a técnicos capaces -y, poco a poco, copándolo con gente del partido-. El SNIP es un filtro para garantizar la calidad del gasto. Como todo instrumento, es perfectible. En vez de mejorarlo, se le quiere evitar. Si hubiera habido SNIP en el pasado, no se habría malgastado en el Tren Eléctrico ni en otros elefantes blancos. El Gobierno debería afinar la puntería si realmente está interesado en gastar bien nuestros impuestos.
jueves, 17 de mayo de 2007
Resolviendo urgencias por decreto
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Si algo caracterizó al primer gobierno del actual presidente fue su ímpetu desmedido, que era bien resumido por el apodo que se ganó en esos años. Por eso es que resulta tan importante en nuestros países contar con instituciones que sirvan de contrapeso. Muchas veces, no son las instituciones sino sólo ciertas personas en las instituciones las que cumplen dicho rol.
El último jueves el presidente optó por relanzar vía decreto de urgencia el shock de inversiones a través de un tratamiento de shock a una pequeña parte del largo proceso que implica hacer inversión desde el sector público. Una vez más la acción del gobierno recayó equivocadamente en el SNIP. Son cuatro los sectores del Ejecutivo que son responsables de más del 80 por ciento de la inversión pública: agricultura, vivienda y saneamiento, educación y transportes. Estos sectores, luego del decreto de urgencia podrán negociar con el MEF los parámetros bajos los cuales el SNIP les dará el OK para iniciar sus proyectos. Es decir, en lugar de que todos los sectores, todos los proyectos de inversión pública sean evaluados bajo los mismos estándares ahora podremos tener estándares diferenciados. ¿Alguien podría explicarle a la ciudadanía si tiene sentido hacer esto con nuestro dinero? Pongámonos del lado del gobierno y supongamos que lejos de reducirse el nivel de exigencia que hoy tiene el SNIP este se mantendrá. Supongamos que el hecho de evaluar la viabilidad del proyecto mirando únicamente el perfil integral –el cual aún nadie termina de definir- en lugar de mirar el perfil, el estudio de pre-factibilidad y el de factibilidad no reducirá la calidad de los proyectos.
Paso al tema de fondo. ¿Por qué el shock de inversiones no fue lo que se quiso que fuera? ¿Por qué el presidente sigue furioso al ver que la plata sobra, pero lo único que se inaugura son comisiones de alto nivel para ir a resolver los conflictos regionales? ¿Es el SNIP el culpable? La respuesta clara y precisa es NO. Si uno mira la cantidad de proyectos que ya fueron declarados viables por ese SNIP supuestamente paquidérmico encontrará que hay más de 12 mil proyectos a los cuales el SNIP ya les dio el OK y no se ha gastado un sol. Para ninguno de ellos se necesitaba el urgente decreto de urgencia. Obviamente que otra cosa es que los proyectos que este gobierno o los nuevos gobiernos regionales quieren hacer no estén en la lista de los ya aprobados por el SNIP. No hay que confundir prioridades con procedimientos. Lo primero no puede saltar por encima a lo segundo.
Finalmente el presidente ha criticado el centralismo limeño y el ministro Garrido Lecca ha repetido que el SNIP tiene un problema de “limeñocentrismo” en su diseño. En palabras menos complicadas imagino que el presidente y el ministro quieren decir que el SNIP (o mejor dicho el MEF) cree que los gobiernos regionales no son capaces de decidir. Es increíble lo desinformados que están el presidente y el ministro. El SNIP ya está descentralizado desde inicios de este año. Hoy, los gobiernos regionales son los únicos responsables de evaluar y aprobar sus proyectos de inversión pública. Antes había montos que establecían límites a esta facultad. Eso ya desapareció. Así como lo lee.
Me preocupa que el ministro Carranza quien seguro logrará sacar un decreto que parche el decreto de urgencia no haya dicho nada sobre el otro decreto de urgencia. Aquel que exonera el proyecto de Alto Piura de la evaluación del SNIP. Los arqueros son buenos si impiden goles que se disparen con pelotas de fútbol, pero los golazos con pelota de playa son los que echan por tierra su reputación.
Si algo caracterizó al primer gobierno del actual presidente fue su ímpetu desmedido, que era bien resumido por el apodo que se ganó en esos años. Por eso es que resulta tan importante en nuestros países contar con instituciones que sirvan de contrapeso. Muchas veces, no son las instituciones sino sólo ciertas personas en las instituciones las que cumplen dicho rol.
El último jueves el presidente optó por relanzar vía decreto de urgencia el shock de inversiones a través de un tratamiento de shock a una pequeña parte del largo proceso que implica hacer inversión desde el sector público. Una vez más la acción del gobierno recayó equivocadamente en el SNIP. Son cuatro los sectores del Ejecutivo que son responsables de más del 80 por ciento de la inversión pública: agricultura, vivienda y saneamiento, educación y transportes. Estos sectores, luego del decreto de urgencia podrán negociar con el MEF los parámetros bajos los cuales el SNIP les dará el OK para iniciar sus proyectos. Es decir, en lugar de que todos los sectores, todos los proyectos de inversión pública sean evaluados bajo los mismos estándares ahora podremos tener estándares diferenciados. ¿Alguien podría explicarle a la ciudadanía si tiene sentido hacer esto con nuestro dinero? Pongámonos del lado del gobierno y supongamos que lejos de reducirse el nivel de exigencia que hoy tiene el SNIP este se mantendrá. Supongamos que el hecho de evaluar la viabilidad del proyecto mirando únicamente el perfil integral –el cual aún nadie termina de definir- en lugar de mirar el perfil, el estudio de pre-factibilidad y el de factibilidad no reducirá la calidad de los proyectos.
Paso al tema de fondo. ¿Por qué el shock de inversiones no fue lo que se quiso que fuera? ¿Por qué el presidente sigue furioso al ver que la plata sobra, pero lo único que se inaugura son comisiones de alto nivel para ir a resolver los conflictos regionales? ¿Es el SNIP el culpable? La respuesta clara y precisa es NO. Si uno mira la cantidad de proyectos que ya fueron declarados viables por ese SNIP supuestamente paquidérmico encontrará que hay más de 12 mil proyectos a los cuales el SNIP ya les dio el OK y no se ha gastado un sol. Para ninguno de ellos se necesitaba el urgente decreto de urgencia. Obviamente que otra cosa es que los proyectos que este gobierno o los nuevos gobiernos regionales quieren hacer no estén en la lista de los ya aprobados por el SNIP. No hay que confundir prioridades con procedimientos. Lo primero no puede saltar por encima a lo segundo.
Finalmente el presidente ha criticado el centralismo limeño y el ministro Garrido Lecca ha repetido que el SNIP tiene un problema de “limeñocentrismo” en su diseño. En palabras menos complicadas imagino que el presidente y el ministro quieren decir que el SNIP (o mejor dicho el MEF) cree que los gobiernos regionales no son capaces de decidir. Es increíble lo desinformados que están el presidente y el ministro. El SNIP ya está descentralizado desde inicios de este año. Hoy, los gobiernos regionales son los únicos responsables de evaluar y aprobar sus proyectos de inversión pública. Antes había montos que establecían límites a esta facultad. Eso ya desapareció. Así como lo lee.
Me preocupa que el ministro Carranza quien seguro logrará sacar un decreto que parche el decreto de urgencia no haya dicho nada sobre el otro decreto de urgencia. Aquel que exonera el proyecto de Alto Piura de la evaluación del SNIP. Los arqueros son buenos si impiden goles que se disparen con pelotas de fútbol, pero los golazos con pelota de playa son los que echan por tierra su reputación.
martes, 8 de mayo de 2007
¿Recalentamiento? ¿Política monetaria expansiva?
Columna de Elmer Cuba en Gestión
Algunos observadores de la economía peruana han venido alarmando sobre un posible incremento de la inflación y sugiriendo que el banco central comience a subir preventivamente sus tasas de interés de referencia.
El razonamiento es sencillo. Incrementos de la demanda interna superiores a los incrementos del PBI estarían incubando presiones a las tasas de inflación, por lo que la autoridad monetaria debería prevenir tales desarrollos.
Esta simple adaptación de un modelo de economía cerrada cercano al pleno empleo puede llevar a estos temores por ahora infundados.
Ojalá fuese verdad tanta belleza. Una economía en donde cualquiera pueda conseguir empleo en pocas semanas y con salarios nominales y reales al alza no es lo que se observa en el Perú de 2007.
Primero, en el Perú de los últimos 50 años la inflación no se asocia con las fases expansivas del ciclo económico. Es decir, periodos de expansión económica no vienen asociados a la aceleración de la inflación. Todo lo contrario. La inflación ha sido recesiva. La inflación ha estado asociada a periodos de recesión. Estos hechos estilizados son los que cualquier modelo macroeconómico para la economía peruana deberá recrear.
Cierto es que han habido importantes cambios estructurales desde 1990. Pero, aún así, estamos todavía lejos de un simple modelo IS-LM-Curva de Phillips que usan profusamente por ejemplo bancos centrales como la FED.
En segundo lugar, la economía está abierta y la canasta del consumidor contiene casi un 50% de bienes transables internacionalmente. Es decir, cuyo precio no se alteraría sistemáticamente más allá de la inflación internacional y la devaluación del tipo de cambio.
En tercer lugar, no existen cuellos de botella en sectores no transables importantes como alimentos, energía, telecomunicaciones o cemento, que puedan hacer pensar en un aumento de la inflación.
En definitiva, por el lado inflacionario -por ahora- no habría que temer a un rápido incremento de la actividad económica.
Cosa distinta es no temer por ejemplo a un fuerte deterioro de la situación internacional, para el cual –afortunadamente- estamos más preparados que nunca en nuestra historia reciente.
¿Es recomendable enfriar la economía?
Ahora que el gasto privado (consumo e inversión) viene atravesando una fase expansiva notable y cuyo correlato no se observa en un déficit en cuenta corriente, parece que no sería lo más aconsejable. Después de varias décadas, la inversión privada está financiada por al ahorro interno. No hay necesidad de recurrir al ahorro externo (déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos). Ya no tenemos como en el pasado los famosos déficit gemelos: fiscal y externo. Ahora tenemos superávit gemelos.
A diferencia de por ejemplo hace 10 años. Es ese momento, el exceso de gasto era un reflejo de un déficit fiscal y de un financiamiento externo de corto plazo. A pesar que las autoridades de la época intentaron enfriar la economía en 1996, todos sabemos cómo terminó ese periodo.
Tampoco es que no pueda revertirse el contexto internacional, pero anticiparnos a este evento enfriando desde ahora la economía sería un grave error de política macroeconómica.
¿Contractiva o expansiva?
Por otro lado, se arguye que la actual política monetaria de tasas de interés es expansiva. Es posible. Pero hay que observar la conducción de la política monetaria desde una perspectiva más amplia.
Ocurre que la economía esta dolarizada y que el BCRP sólo puede emitir soles comprando dólares. También puede dejar vencer CD, pero éstos no son otra cosa que dólares que ya compró previamente el instituto emisor y los esterilizó.
En ese sentido, el choque monetario que viene en gran parte por el buen comportamiento de los términos de intercambio está siendo moderado por el banco central. Este evita que el tipo de cambio de aprecie para acomodar todo el tamaño del choque externo. También le resta liquidez a la entrada de dólares, al comprarlos y transformarlos en CD.
En este sentido, el banco central está siendo contractivo. Es decir, no está dejando que la economía crezca “demasiado”. Un típico rol keynesiano de todo buen banco central.
Al final, habría que mostrar en neto si el BCRP está o no siendo expansivo. No basta con ver las tasas de referencia en moneda nacional, sino con ese otro precio relativo llamado tipo de cambio.
En resumen, hay que continuar siguiendo muy de cerca la economía internacional y no sobre reaccionar cuando un modelo calibrado para Perú, que no es capaz de reproducir los principales hechos estilizados de la economía nacional, nos dice automáticamente que hay que elevar las tasas de interés en soles.
Cuando tal recomendación sea cierta, este ya será otro país. Un país con menos problemas sociales y salarios al alza.
Algunos observadores de la economía peruana han venido alarmando sobre un posible incremento de la inflación y sugiriendo que el banco central comience a subir preventivamente sus tasas de interés de referencia.
El razonamiento es sencillo. Incrementos de la demanda interna superiores a los incrementos del PBI estarían incubando presiones a las tasas de inflación, por lo que la autoridad monetaria debería prevenir tales desarrollos.
Esta simple adaptación de un modelo de economía cerrada cercano al pleno empleo puede llevar a estos temores por ahora infundados.
Ojalá fuese verdad tanta belleza. Una economía en donde cualquiera pueda conseguir empleo en pocas semanas y con salarios nominales y reales al alza no es lo que se observa en el Perú de 2007.
Primero, en el Perú de los últimos 50 años la inflación no se asocia con las fases expansivas del ciclo económico. Es decir, periodos de expansión económica no vienen asociados a la aceleración de la inflación. Todo lo contrario. La inflación ha sido recesiva. La inflación ha estado asociada a periodos de recesión. Estos hechos estilizados son los que cualquier modelo macroeconómico para la economía peruana deberá recrear.
Cierto es que han habido importantes cambios estructurales desde 1990. Pero, aún así, estamos todavía lejos de un simple modelo IS-LM-Curva de Phillips que usan profusamente por ejemplo bancos centrales como la FED.
En segundo lugar, la economía está abierta y la canasta del consumidor contiene casi un 50% de bienes transables internacionalmente. Es decir, cuyo precio no se alteraría sistemáticamente más allá de la inflación internacional y la devaluación del tipo de cambio.
En tercer lugar, no existen cuellos de botella en sectores no transables importantes como alimentos, energía, telecomunicaciones o cemento, que puedan hacer pensar en un aumento de la inflación.
En definitiva, por el lado inflacionario -por ahora- no habría que temer a un rápido incremento de la actividad económica.
Cosa distinta es no temer por ejemplo a un fuerte deterioro de la situación internacional, para el cual –afortunadamente- estamos más preparados que nunca en nuestra historia reciente.
¿Es recomendable enfriar la economía?
Ahora que el gasto privado (consumo e inversión) viene atravesando una fase expansiva notable y cuyo correlato no se observa en un déficit en cuenta corriente, parece que no sería lo más aconsejable. Después de varias décadas, la inversión privada está financiada por al ahorro interno. No hay necesidad de recurrir al ahorro externo (déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos). Ya no tenemos como en el pasado los famosos déficit gemelos: fiscal y externo. Ahora tenemos superávit gemelos.
A diferencia de por ejemplo hace 10 años. Es ese momento, el exceso de gasto era un reflejo de un déficit fiscal y de un financiamiento externo de corto plazo. A pesar que las autoridades de la época intentaron enfriar la economía en 1996, todos sabemos cómo terminó ese periodo.
Tampoco es que no pueda revertirse el contexto internacional, pero anticiparnos a este evento enfriando desde ahora la economía sería un grave error de política macroeconómica.
¿Contractiva o expansiva?
Por otro lado, se arguye que la actual política monetaria de tasas de interés es expansiva. Es posible. Pero hay que observar la conducción de la política monetaria desde una perspectiva más amplia.
Ocurre que la economía esta dolarizada y que el BCRP sólo puede emitir soles comprando dólares. También puede dejar vencer CD, pero éstos no son otra cosa que dólares que ya compró previamente el instituto emisor y los esterilizó.
En ese sentido, el choque monetario que viene en gran parte por el buen comportamiento de los términos de intercambio está siendo moderado por el banco central. Este evita que el tipo de cambio de aprecie para acomodar todo el tamaño del choque externo. También le resta liquidez a la entrada de dólares, al comprarlos y transformarlos en CD.
En este sentido, el banco central está siendo contractivo. Es decir, no está dejando que la economía crezca “demasiado”. Un típico rol keynesiano de todo buen banco central.
Al final, habría que mostrar en neto si el BCRP está o no siendo expansivo. No basta con ver las tasas de referencia en moneda nacional, sino con ese otro precio relativo llamado tipo de cambio.
En resumen, hay que continuar siguiendo muy de cerca la economía internacional y no sobre reaccionar cuando un modelo calibrado para Perú, que no es capaz de reproducir los principales hechos estilizados de la economía nacional, nos dice automáticamente que hay que elevar las tasas de interés en soles.
Cuando tal recomendación sea cierta, este ya será otro país. Un país con menos problemas sociales y salarios al alza.
jueves, 3 de mayo de 2007
La inflación no levanta
Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Sé que para algunos el título suena a broma, más aún si se trata del gobierno de Alan García, quien aún mantiene el record de haber generado la inflación más alta en el Perú. Lo cierto es que la inflación, ese indicador que antes todos temíamos hoy está literalmente por los suelos. La inflación de los últimos doce meses, según lo acaba de anunciar el INEI, es de –0.08%. Sí así como lo lee: negativa. En realidad, prácticamente cero.
Frente a estos números uno podría preguntarse varias cosas pero la más simple sería ¿y cuál es el problema, por qué no estamos festejando? Lo cierto es que no tener inflación también puede ser un problema. Piensen en cuanto se ha incrementado el costo real de financiamiento. La otra pregunta que inmediatamente nos deberíamos hacer es si esta tendencia va a continuar pues si uno observa la inflación viene cayendo de manera sostenida hace varios meses. Recordemos que en el Perú el Banco Central tiene el compromiso de mantener la inflación en 2% al año con un rango de un punto porcentual para arriba y para abajo. Es decir, el BCRP se siente cómodo mientras la inflación se sitúa entre 1% y 3%. Cualquier número fuera de ese rango llama su atención. Bueno, estamos en esa situación desde que empezó el año. Sin embargo, las propias proyecciones del Banco Central, al menos las que había publicado en su Reporte de Inflación de enero señalaban con claridad que nuestra economía iba a experimentar exactamente lo que estamos viviendo. Los primeros meses del año presentarían cifras de inflación anualizadas cada vez menores y que inclusive entraríamos a zona de inflación negativa tal como ha ocurrido el mes pasado.
Necesitamos entender que hay factores que influyen de manera sólo temporal en la inflación como por ejemplo la rebaja de los combustibles que se revirtió la semana pasada y que seguro será una de las razones para que mayo no repita un número negativo. Otro de los factores que por ahora sigue presionando a la baja es la apreciación del dólar. Mientras el dólar siga “barato” muchas cosas que nosotros compramos estarán más baratas y presionarían a la baja de la inflación. El temido fenómeno de El Niño al final no se ha presentado en su versión más destructiva de la producción agrícola y por lo tanto tampoco hay presiones inflacionarias por límites en la producción.
Sin embargo, el panorama por el lado de la demanda sigue generando tensión en el BCRP. Los indicadores de empleo siguen al alza, la demanda agregada no para de crecer por encima del PBI, los créditos de consumo crecen a más de 25%, pero nada de esto ha hecho cambiar la decisión del BCRP quien esta semana volverá a discutir el tema. Mi apuesta sigue siendo que el BCRP no modificará su tasa de interés.
Mientras tanto, a tres horas de avión, los argentinos siguen intentando controlar la inflación de 10% poniendo controles de precios y tratando de concertar alzas de precios moderadas con los distintos sectores productivos. Obviamente que el resultado será la escasez y la especulación y eventualmente el desembalse de precios. Ese 10% podría ser 15 o 20% si alguien no estuviese dibujando las cifras. El problema mayor es que Argentina emite bonos indexados a la inflación. En realidad, 42% de su deuda total está indexada a la inflación con lo cual cada anuncio de la cifra oficial de inflación vale mucho más que la popularidad en alza de Kirchner. En la práctica, Kirchner está haciendo una confiscación encubierta. Tarde o temprano los argentinos volverán a enfrentar la realidad.
Sé que para algunos el título suena a broma, más aún si se trata del gobierno de Alan García, quien aún mantiene el record de haber generado la inflación más alta en el Perú. Lo cierto es que la inflación, ese indicador que antes todos temíamos hoy está literalmente por los suelos. La inflación de los últimos doce meses, según lo acaba de anunciar el INEI, es de –0.08%. Sí así como lo lee: negativa. En realidad, prácticamente cero.
Frente a estos números uno podría preguntarse varias cosas pero la más simple sería ¿y cuál es el problema, por qué no estamos festejando? Lo cierto es que no tener inflación también puede ser un problema. Piensen en cuanto se ha incrementado el costo real de financiamiento. La otra pregunta que inmediatamente nos deberíamos hacer es si esta tendencia va a continuar pues si uno observa la inflación viene cayendo de manera sostenida hace varios meses. Recordemos que en el Perú el Banco Central tiene el compromiso de mantener la inflación en 2% al año con un rango de un punto porcentual para arriba y para abajo. Es decir, el BCRP se siente cómodo mientras la inflación se sitúa entre 1% y 3%. Cualquier número fuera de ese rango llama su atención. Bueno, estamos en esa situación desde que empezó el año. Sin embargo, las propias proyecciones del Banco Central, al menos las que había publicado en su Reporte de Inflación de enero señalaban con claridad que nuestra economía iba a experimentar exactamente lo que estamos viviendo. Los primeros meses del año presentarían cifras de inflación anualizadas cada vez menores y que inclusive entraríamos a zona de inflación negativa tal como ha ocurrido el mes pasado.
Necesitamos entender que hay factores que influyen de manera sólo temporal en la inflación como por ejemplo la rebaja de los combustibles que se revirtió la semana pasada y que seguro será una de las razones para que mayo no repita un número negativo. Otro de los factores que por ahora sigue presionando a la baja es la apreciación del dólar. Mientras el dólar siga “barato” muchas cosas que nosotros compramos estarán más baratas y presionarían a la baja de la inflación. El temido fenómeno de El Niño al final no se ha presentado en su versión más destructiva de la producción agrícola y por lo tanto tampoco hay presiones inflacionarias por límites en la producción.
Sin embargo, el panorama por el lado de la demanda sigue generando tensión en el BCRP. Los indicadores de empleo siguen al alza, la demanda agregada no para de crecer por encima del PBI, los créditos de consumo crecen a más de 25%, pero nada de esto ha hecho cambiar la decisión del BCRP quien esta semana volverá a discutir el tema. Mi apuesta sigue siendo que el BCRP no modificará su tasa de interés.
Mientras tanto, a tres horas de avión, los argentinos siguen intentando controlar la inflación de 10% poniendo controles de precios y tratando de concertar alzas de precios moderadas con los distintos sectores productivos. Obviamente que el resultado será la escasez y la especulación y eventualmente el desembalse de precios. Ese 10% podría ser 15 o 20% si alguien no estuviese dibujando las cifras. El problema mayor es que Argentina emite bonos indexados a la inflación. En realidad, 42% de su deuda total está indexada a la inflación con lo cual cada anuncio de la cifra oficial de inflación vale mucho más que la popularidad en alza de Kirchner. En la práctica, Kirchner está haciendo una confiscación encubierta. Tarde o temprano los argentinos volverán a enfrentar la realidad.
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