Columna de Gianfranco Castagnola en Peru 21
Una norma promulgada por el Gobierno, mediante la cual se determina que son los presidentes de los organismos reguladores y no sus directorios quienes nombran a sus gerentes generales, ha provocado la renuncia masiva de miembros de dichos de directorios. Es muy malo que esto suceda. En una economía de mercado, en las actividades que requieren de regulación del Estado es indispensable que esta suerte de "árbitros de las buenas prácticas competitivas" (Osiptel, Osinergmin, Ositran y Sunass) sea independiente del poder político y tome sus decisiones basada fundamentalmente en criterios técnicos. Una práctica saludable es que sus miembros sean nombrados escalonadamente en el tiempo -es decir, cambiando uno cada año o dos años- y, como es usual en el sector privado, que su gerente general sea ratificado por el directorio. No hay ninguna razón para que ello no ocurra en el sector público. Haría bien el Gobierno en rectificar este error.
sábado, 9 de junio de 2007
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