Columna de Eduardo Morón en El Comercio
Partamos de algo esencial. Usted y yo pagamos impuestos. Eso supuestamente nos debería dar derecho a reclamar cuando vemos que el Congreso o el Gobierno opta por malgastarlos. Acaban de salir los resultados del primer trimestre del año de la Encuesta Nacional de Hogares que muestran una vez más que la calidad del gasto público si importa cuando se trata de los resultados de la lucha contra la pobreza. No basta una billetera llena si no se corrige la forma como se ejecuta el gasto. Imaginen tratar de ir de Lima a Arequipa en un auto con un hueco en el tanque de gasolina, pero con la billetera llena de efectivo para echar cuanta gasolina haga falta. Eso es lo que hace el gobierno, no solo este, también lo hicieron todos los anteriores que yo recuerde unos con menos plata en las cuentas fiscales y otros con muchísimo menos.
La semana pasada me quejaba que el gobierno aprista no tenía o no comunicaba una idea muy clara de lo que quería hacer. Bueno, parece que no se les ocurrió mejor idea que desempolvar el viejo y querido plan de gobierno y empezar a poner en práctica lo conveniente y también lo inconveniente. En la última categoría está una de esas promesas presidenciales que todo el mundo esperaba que el Presidente ignorase: hacer del Agrobanco un banco de primer piso. Esto es permitir que Agrobanco preste sin intermediarios especializados de por medio. Por ahora Agrobanco funcionaba como una entidad de segundo piso, es decir, no atendía directamente a nadie. En realidad, 2 de cada 3 soles que prestaba lo hacía a través de otras instituciones financieras especializadas. Es decir, su rol era básicamente servir de fuente de recursos para que otros tomen el riesgo que implica prestar a agricultores.
Pero parece que eso no es suficiente y los congresistas aprobaron que Agrobanco tenga carta libre para prestar a quien ellos decidan de manera directa. ¿Qué va a pasar con las cajas municipales, rurales y EDPYMEs que hoy están recibiendo fondos de Agrobanco y luego tendrán que competir con Agrobanco en una clara situación de desventaja? Mientras todas estas instituciones financieras obtienen recursos en el mercado privado de fondos, Agrobanco cuenta con una línea directa del Tesoro Público. Así yo también pongo mi banco.
Los bancos públicos están sujetos a un montón de jaloneos del sector público y seguramente el Agrobanco no será la excepción. Cuando los tiempos difíciles regresen seguramente los mismos congresistas serán los que salgan a rescatar a los pequeños agricultores que no tienen porqué cargar con el peso de esas deudas. Quien las cargará seremos nosotros los contribuyentes que seguiremos aportando con nuestros impuestos recursos para financiar estas aventuras demagógicas.
¿Se imagina que si usted fuera socio de esta entidad aprobaría semejante iniciativa? Me quedan tantas dudas para nuestros congresistas que solo alcanzo a listarlas: ¿Se han puesto a pensar que toda institución financiera requiere de un tamaño mínimo para operar eficientemente? ¿Se han detenido a reflexionar que el crédito que ellos no proveen alguien más lo entrega (proveedores, compradores, el resto del sistema financiero, etc)? ¿Se han detenido a pensar si esta es la mejor forma de ayudar a quienes realmente se quiere ayudar. Insisto que un tema recurrente en este gobierno es su incapacidad en reconocer cual es la mejor forma de atender a quienes se quiere apoyar. No están mal los objetivos, lo que está mal son los instrumentos.
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